sábado, 25 de diciembre de 2021

Drepanocitosis

Autor : Claudio Peñalver Sánchez

4º Curso Medicina grupo A (Curso 2021-2022)

Código de trabajo : 2104-CPS




Introducción


La hemoglobina (Hb) es una proteína formada por cuatro cadenas peptídicas cada una de ellas con un grupo hemo como grupo prostético. El grupo hemo es una protoporfirina con un átomo de Fe en su centro.

Existen distintas combinaciones de cadenas peptídicas capaces de formar hemoglobina siendo las más importantes:

· HbA: formada por dos cadenas alfa y dos betas (α2β2), y que supone el 97% de la Hb total en el adulto

· HbA2: formada por dos cadenas alfa y dos delta (αδ), y que supone aproximadamente un 2,5% de la Hb total en el adulto.

· HbF: también llamada hemoglobina fetal es la mayoritaria en la hematopoyesis intrauterina, está formada por dos cadenas alfa y dos cadenas gamma (αγ), y en adulto supone menos del 1% de la hemoglobina total.

Cada una de las cadenas de hemoglobina se sintetiza en su propio gen. La cadena alfa se sintetiza en el brazo corto del cromosoma 16, conteniendo dos copias en cada cromosoma, mientras que los genes de las cadenas beta, gamma y delta se localizan en el brazo corto del cromosoma 11, existiendo una única copia de cada uno por cromosoma. (1)

Otro concepto previo a tener en cuenta sería el de hemoglobinopatía, que de acuerdo con el Manual de Hematología Clínica (2) se define como defecto hereditario de la Hb por mutaciones en los genes de las globinas. Existen varios tipos según se deban a un déficit cuantitativo de la síntesis de una de las cadenas o estructural por cambio en la secuencia de aminoácidos.


Etiopatogenia


La drepanocitosis es una hemoglobinopatía estructural que se produce por una mutación puntual consistente en el cambio de una base nitrogenada (timina en lugar de adenina) que implica un cambio en el sexto aminoácido de la cadena β de hemoglobina, cambiando un ácido glutámico por una valina). Este cambio de aminoácido repercute en que se pierde una carga negativa (presente en el ácido glutámico) lo que altera la conformación tridimensional de la cadena β.

La hemoglobina resultado de esta mutación recibe el nombre de Hemoglobina S (Hb S), y se caracteriza porque en estados con baja presión de oxígeno tiene la capacidad de polimerizar formando filamentos de hemoglobina que deforman el eritrocito confiriéndole la “forma de hoz” característica de los hematíes de la enfermedad. Dichos hematíes deformados reciben el nombre de drepanocitos (fig 1). Otros factores como el frío, bajos niveles de pH, deshidratación e infecciones también pueden favorecer la precipitación de la HbS. (3)(4)




Figura 1: Frotis de sangre periférica con presencia de drepanocitos (imagen obtenida del Atlas del Grupo Español de Citología Hematológica)


La mutación se transmite de forma autosómica dominante (como en todas las hemoglobinopatías en general), pero en el caso de los heterocigotos únicamente heredan el rasgo drepanocítico, de tal forma que en general son portadores asintomáticos que únicamente presentarán cierto grado anemia leve y solo desarrollarían síntomas en situaciones de anoxia. Los pacientes afectados por tanto, serán los homocigotos (o los dobles heterocigotos, en caso de que el gen no afecto por la mutación anteriormente descrita sea anormal por otra hemoglobinopatía) los cuales desarrollarán la anemia drepanocítica como tal.


Epidemiología


Merece la pena comentar la distribución epidemiológica de la anemia de células falciformes, cuya prevalencia es mayor en el África Subsahariana, donde la mutación genética está presente en aproximadamente un 40% de la población. También existe un porcentaje significativo en algunos núcleos Mediterráneos como Grecia, Turquía, Italia y Norte de África. En América es más frecuente encontrar la mutación en descendientes de emigrantes africanos (población afro-americana) dada la mayor prevalencia que existente en ente grupo poblacional. Actualmente la India también es un foco epidemiológico a tener en cuenta.

El mapa de distribución coincide con el de la incidencia de malaria, ya que al igual que ocurre con otras hemoglobinopatías como las talasemias, el ser heterocigoto para la drepanocitosis constituye un factor protector frente a la infección por Plasmodium falciparum. (3)(5)


Fisiopatología


La deformación del hematíe le hace perder su forma redonda y bicóncava, esto provoca que tengan mayor capacidad de adherencia y que pierdan su capacidad de deformarse. También es típico el aumento en la viscosidad de la sangre por interacciones anómalas entre los eritrocitos y el resto de componentes sanguíneos así como el endotelio vascular. Este aumento de adherencia se cree que es provocado por una pérdida de la asimetría de la membrana del eritrocito, aumentándose la exposición de fosfatidilserina en la superficie. (5)

Todo ello contribuye a favorecer la agrupación de los drepanocitos entre sí y su adherencia al endotelio vascular provocando vaso-oclusión (fig 2). Es por ello que la principal clínica derivada de la enfermedad será resultado de crisis vasooclusivas, con el consiguiente daño orgánico que provoque.



Figura 2: Explicación de las crisis vasooclusivas de células falciformes (Creason C. Stedman´s Medical Terminology. 2nd ed. Baltimore. Wolters Kluwer Health. 2011


Algunos autores también sugieren que también existe una predisposición a la hemólisis intravascular traumática, con liberación de Hb al torrente sanguíneo, que se podría relacionar con una inhibición del NO y con ello un descenso de la vasodilatación, aumentando con ello el riesgo de complicaciones.

Otro aspecto relevante en la fisiopatología es el papel de la proteína banda 3 eritrocitaria. La banda 3 es una familia de intercambiadores aniónicos presentes en la membrana de todas las células. En el eritrocito estas proteínas se agregan en la superficie del eritrocito como resultado de la oxidación desnaturalización de la Hb eritrocitaria, cuando esto sucede se genera un oligómero de esta proteína que es reconocido por anticuerpos naturales de tipo IgM que mediante la acción del complemento permiten la hemolisis extravascular por macrófagos esplénicos. Este es el proceso fisiológico que sufren los eritrocitos senescentes, pero también se ha documentado una mayor actividad de este mecanismo en pacientes de varias hemoglobinopatías, y más concretamente de la drepanocitosis. Este fenómeno estaría involucrado en dos procesos claves de la fisiopatología de esta enfermedad como son la hemólisis temprana de los drepanocitos y las crisis vasooclusivas. Sobre todo es relevante el segundo supuesto y es que varios estudios (5)(6) relacionan un descenso de los niveles séricos de anticuerpos (Ac) contra la proteínas de banda 3 eritrocitaria por consumo de los mismos. Las hipótesis actuales sugieren que la adhesión de estos Ac podrían ser un mecanismo que favorezca la no adhesión de los drepanocitos y por tanto parte de la solución a las crisis oclusivas típicas de la enfermedad. Asimismo también se abriría una ventana al posible desarrollo de estrategias terapéuticas basadas en este mecanismo. (6)


Clínica


Al nacimiento los pacientes son asintomáticos por la persistencia de la Hb fetal, apareciendo las primeras manifestaciones de la enfermedad entre los 4 y 6 meses de vida. El cuadro clínico viene determinado por una hemólisis crónica con agudización en procesos con aumento del estrés oxidativo, y por el aumento de la adhesión eritrocitaria, que puede producir la oclusión de vasos dando una clínica muy variada según el órgano afecto, y siendo la principal causa de las complicaciones de la enfermedad.

Las complicaciones más frecuentes son las siguientes:
 

· Crisis vaso-oclusivas:


Son fenómenos de oclusión circulatoria desencadenados en su mayoría por la presencia de factores que aumenten la proporción de drepanocitos en sangre (situaciones que produzcan un aumento del estrés oxidativo) y con ello la probabilidad de adhesión eritrocitaria y posterior isquemia circulatoria. Dichas crisis pueden afectar a cualquier vaso sanguíneo, produciendo diferente clínica según el órgano afecto. Lo más común son las crisis de dolor vaso-oclusivas óseas que cursan con dolor intenso por infartos óseos, y cuyo manejo normalmente requiere de un equipo multidisciplinar y analgesia con opioides por su intensidad. No es despreciable tampoco el porcentaje de pacientes que sufren episodios isquémicos cerebrales por este motivo, llegando al 11% de prevalencia en homocigotos menores de 11 años. (3)(8)


· Fallo esplénico:


Se produce una esplenomegalia desde edades tempranas cuya evolución natural es un proceso denominado “auto-esplenectomía” en el que el bazo va sufriendo fibrosis progresiva. Existe una variante de evolución aguda del fallo esplénico llamada secuestro esplénico agudo que se caracteriza por una esplenomegalia aguda con bicitopenia y colapso circulatorio por secuestro esplénico. El tratamiento se basa en la realización de transfusiones y el uso de expansores de volumen. Si este suceso es de repetición la esplenectomía es de elección. (3)


· Infecciones de repetición:


Son la principal causa de morbi-mortalidad en estos pacientes, y generalmente se debe al fallo esplénico que suelen presentar. Otro factor predisponente es la posible presencia de zonas isquémicas intestinal por vaso-oclusión, estableciendo “puertas de entrada” para organismos colonizadores.


· Síndrome del tórax (síndrome torácico) agudo:


Se define como la presencia de un infiltrado alveolar no atelectásico que comprometa, al menos, un segmento del pulmón junto con presencia de fiebre mayor de 38,5 ºC, taquipnea, tos o sibilancias. Se estima que el 50% de los homocigotos tendrán al menos un episodio a lo largo de su vida. La propensión a este síndrome en pacientes de drepanocitosis es explicado por una triada de procesos fisiopatológicos que se retroalimentan entre sí. En primer lugar tendría su papel la mayor propensión a sufrir infecciones por parte de estos pacientes, y que es también aplicable a las infecciones de origen respiratorio. La presencia de infecciones localizadas en el pulmón provoca a su vez una zona hipoventilada que favorece la polimerización de Hb y con ello la generación de drepanocitos con tendencia a la adhesión y posiblemente de crisis vaso-oclusivas. Dichos fenómenos vaso-oclusivos se podrían producir en la zona infartada aumentando la hipoperfusión de la misma. A su vez existe una teoría según la cual afectarían también a la microcirculación ósea pudiéndose liberar émbolos que viajen por el sistema venoso hasta la circulación pulmonar embolizando nuevo territorio pulmonar. Esta complicación supone la segunda causa de ingreso más habitual. El tratamiento de elección en estos pacientes es antibioterapia de amplio espectro asociado a un macrólido. (8)(9)(10)


Tratamiento


En la actualidad el único tratamiento curativo de la enfermedad es el trasplante alogénico de progenitores hematopoyéticos con un donante HLA idéntico, el cual queda reducido como tratamiento de elección en jóvenes de entre 12-16 años con drepanocitosis severa. Esta intervención ha demostrado una supervivencia entre el 85-90% según el estudio seleccionado. A pesar de los buenos datos en ese sentido, hay que destacar la dificultad para obtener un donante haploidéntico, ya que solo está disponible en aproximadamente un 20% de los casos (3). Es por ello que se ha llegado a probar el uso de progenitores del cordón umbilical (se considera que sus células son menos inmunorreactivas), y a pesar de que los resultados eran algo mejores en los pacientes trasplantados con progenitores hematopoyéticos de médula ósea de donante haploidéntico, los resultados fueron bastante buenos, con una supervivencia a dos años de todos los participantes en el estudio (44 pacientes de talasemia y anemia drepanocítica). (11)(12)

La terapia con trasfusión de hematíes también están indicadas en estos pacientes, y se pueden realizar de forma aguda o crónica. Las trasfusiones agudas quedan restringidas a crisis de la enfermedad como el secuestro esplénico mencionado anteriormente, o el síndrome del tórax agudo. Las trasfusiones crónicas en cambio se recomiendan en todos los pacientes homocigotos a fin de mantener los niveles de HbS por debajo del 30% y con ello disminuir el riesgo de crisis oclusivas. Se recomienda que los pacientes que reciban trasfusiones crónicas reciban a su vez tratamiento con quelantes del hierro a fin de evitar hemosiderosis.

También hay fármacos que han demostrado que pueden ser de utilidad para esta patología entre los que destacan los siguientes:

· Hidroxiurea: se ha visto que este fármaco citotóxico puede usarse para mantener los niveles de HbF más altos de lo habitual en adultos, algo que se relaciona con buen pronóstico en esta enfermedad ya que asocia menor número de complicaciones. Inhibe la síntesis de ADN, induciendo supresión medular lo que parece ser que favorece la producción de precursores que contienen HbF. Este tratamiento se debe hacer bajo un seguimiento estrecho por parte de un hematólogo.

· Ácido fólico: se utiliza sobre todo en el contexto de acentuación de la anemia hemolítica con eritropoyesis elevada, que se da en complicaciones como infecciones o en las crisis vaso-oclusivas.

Asimismo es relevante mencionar el importante papel que tiene la prevención en esta enfermedad, puesto que el mejor tratamiento posible de las complicaciones es que estas no se produzcan. En primer lugar han demostrado su eficacia los programas de tamizaje neonatal por cromatografía de alta resolución, que ayudan a un diagnóstico precoz y que redundan en un descenso de la morbimortalidad en comparación con los pacientes diagnosticados en etapas posteriores. Esto se debe de acompañar de un programa de educación a los padres para poder realizar una intervención clínica temprana en caso de complicaciones.

También está indicada la profilaxis antibiótica con penicilina oral desde los 3 meses hasta los 5 años para evitar las infecciones, disminuyendo la incidencia de varias patologías habituales desde su implantación en EEUU. Para evitar las infecciones otra medida clave a realizar es la vacunación temprana, especialmente la referente a patógenos encapsulados contra los que podrían tener un mayor riesgo de complicaciones respecto a la población general. (3)


Bibliografía


1. Peñuela OA. Hemoglobina: una molécula modelo para el investigador. Colombia Medica. 2005; 36. Available from: https://www.redalyc.org/pdf/283/28336313.pdf

2. Sanz MA, Carreras E. Manual práctico de hematología clínica. 6a. Antares; 2019.

3. Quintero M, Hernández AJ. Anemia de células falciformes. Revista Gastrohnup. 2012; 14 (2); S27-S35. Available from: https://bibliotecadigital.univalle.edu.co/handle/10893/5929

4. Rees D, Williams T, Lancet MG-T, 2010. Sickle-cell disease. Lancet. 2010; Available from: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S014067361061029X?c asa_token=FD0pgUnnVucAAAAA:tbJuT7eZz15BvbIZO2DRdoBxNINNMrKnttkq SlS3OJfta9fFrqkG7D7IMB2PCGnX1JflIss-

5. Vacca VM, Blank L. Drepanocitosis: situación actual y perspectivas. Nursing . 2017 Nov 1; 34 (6): 32–9. Available from: https://www.elsevier.es/es- revista-nursing-20-articulo-drepanocitosis-situacion-actual-perspectivas- S0212538217301814

6. Arce Hernández AA, Villaescusa Blanco R, Merlín Linares JC, Guerreiro Hernández AM. Estudio seriado de anticuerpos naturales antibanda 3 en enfermos con drepanocitosis. Revista Cubana hematología, inmunología y hemoterapia. 2016; 32. Available from: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864- 02892016000300008

7. Villaescusa Blanco R, Arce Hernández AA, Merlín Linares JC, Herrera Rolo T, Espinosa Martínez E. Anticuerpos naturales anti banda 3: Participan en el fenómeno de vasooclusión de la drepanocitosis. Revista Cubana hematología inmunología y hemoterapia. 2007; Available from: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864- 02892007000100005

8. González Sánchez M, Mayordomo Colunga J, Larrea Tamayo E, González Muñiz S, Sariego Jamardo A. Crisis vaso-oclusivas, una complicación frecuente de la drepanocitosis. Boletín de pediatría. 2010; 50. Available from: https://www.sccalp.org/documents/0000/1676/BolPediatr2010_50_281- 284.pdf

9. Gladwin MT, Vichinsky E. Pulmonary Complications of Sickle Cell Disease. New England Journal of Medicine. 2008 Nov 20; 359 (21): 2254–65. Available from: http://www.nejm.org/doi/abs/10.1056/NEJMra0804411

10. Miller AC, Gladwin MT. Pulmonary Complications of Sickle Cell Disease. American Journal of Respiratory Critical Care Medicine. 2012 Jun 1; 185 (11): 1154. Available from: /pmc/articles/PMC3373067/

11. Locatelli F, Rocha V, Reed W, Bernaudin F, Ertem M, Grafakos S, et al. Related umbilical cord blood transplantation in patients with thalassemia and sickle cell disease. Blood. 2003 Mar 15; 101 (6): 2137–43. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/12424197/

12. Oringanje C, Nemecek E, Oniyangi O. Hematopoietic stem cell transplantation for people with sickle cell disease. Cochrane Database Syst Rev. 2020 Jul 3; 2020 (7).


viernes, 17 de diciembre de 2021

Deficiencia de glucosa-6-fosfato-deshidrogenasa


Autora : Paula Villalba Narváez

4º Curso Medicina grupo A (curso 2021-2022)

Código de trabajo : 2103-PVN


Introducción


La glucosa-6-fosfato deshidrogenasa (G6PD) es una enzima citoplasmática presente en todas las células variando su concentración en función del tejido (4) que cataliza la primera reacción en la vía de las pentosas fosfato, proporcionando poder reductor a todas las células en forma de NADPH, el cual permite contrarrestar el estrés oxidativo desencadenado por los agentes oxidantes. Dado que los glóbulos rojos no contienen mitocondrias, la vía de las pentosas fosfato es su única fuente de NADPH; y por tanto, la defensa contra el daño oxidativo depende de G6PD (1).



Figura 1: Vía de las pentosas fosfato

Etiología


El gen G6PD se encuentra en la región telomérica del brazo largo del cromosoma X, por ello su herencia es ligada al cromosoma X con una incidencia de la patología mayor en varones.

Todas las mutaciones del gen G6PD que dan como resultado una deficiencia enzimática afectan la secuencia codificante del gen. Se conocen unas 140 mutaciones, la mayoría de las cuales son sustituciones de una sola base que conducen a reemplazos de aminoácidos.

La deficiencia de G6PDH es la enzimopatía más frecuente en seres humanos (1), con más de 400 millones de personas afectas a nivel mundial (2).

Cabe destacar la predominancia geográfica de dicha alteración genética en las zonas de mayor incidencia de malaria. Debido a ello se postuló y estudió si la deficiencia de G6PDH podría ejercer un efecto protector contra el parásito de la malaria.




Figura 2. Mapa de la distribución mundial de la deficiencia G6PDH. Fuente: WHO working group Glucose-6-phosphate dehydrogenase deficiency Bull World Health Organ, 67 (1989)


Finalmente salieron a la luz estudios que demostraban un crecimiento deficiente de los parásitos de Plasmodium falciparum en eritrocitos deficientes en G6PD dando lugar a una reducción significativa en el riesgo de paludismo grave. (2)


Clases de deficiencia de G6PD


En función de la actividad enzimática y las manifestaciones clínicas la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica la enfermedad en cinco clases distintas:

- Clase I: su prevalencia es poco frecuente y normalmente el nivel de deficiencia es grave que se manifiestan como anemia hemolítica no esferocítica, o anemia crónica en presencia de función eritrocítica normal.

- Clase II: más prevalente en el Mediterráneo y Asia. Aquí el nivel de deficiencia también es grave y la actividad enzimática es menor del 10% de lo normal.

- Clase III: presente en el 10% de los varones negros de Estados Unidos. Incluye variantes con nivel de deficiencia moderado y una actividad enzimática del 10 al 60% de lo normal.

- Clase IV: es una variante rara donde la deficiencia enzimática suele ser leve o ninguna, y el nivel de actividad enzimática del 60 al 150% del normal.

- Clase V: no hay deficiencia enzimática, también es rara en cuanto a prevalencia y la actividad enzimática es mayor al 150% de lo normal.

Debido a la gran heterogeneidad genética, la forma de presentación clínica también es bastante variable. La mayoría de los pacientes con este déficit suelen estar asintomáticos. No obstante, también existen formas clínicas sintomáticas de la enfermedad entre las cuales cabe destacar:

- Anemia hemolítica aguda (por fármacos o infecciones). Existe una larga lista de fármacos y agentes infecciosos que se han relacionado con cuadros de hemólisis aguda.

1) Inducida por fármacos: Actualmente se ha demostrado la estrecha relación entre el consumo de determinados fármacos, como los que se mencionan a continuación, y las crisis hemolíticas:

a. Medicamentos antipalúdicos

b. Ácido acetilsalicílico (AAS)

c. Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs)

d. Quinidina

e. Sulfamidas

f. Etc.

Los principales fármacos implicados se resumen en la siguiente tabla:




Figura 3. Fármacos asociados con crisis hemolíticas en personas con deficiencia de G6PD. Fuente: Tabla modificada. Cappellini MD y cols 2008 y Frank J 2005.


En este caso la hemólisis no es clínicamente detectable hasta las 24-72 horas de su consumo. El signo principal y característico es la coloración oscura de la orina por hemoglobinuria (debido a la hemólisis intravascular).

La anemia se agudiza hasta los 7-8 días de la administración, momento en el que la hemoglobina inicia la recuperación.


2) Inducida por infecciones. Los principales microorganismos desencadenantes son: los virus A y B de la hepatitis, citomegalovirus, neumonías, fiebre tifoidea y agentes como E. Coli, Salmonella y Streptococcus del grupo B. El mecanismo exacto de hemólisis por esta causa es desconocido, aunque una explicación podrían ser las reacciones derivadas de la actividad fagocitaria en el seno de la infección.

3) Otras presentaciones clínicas

- Favismo. Ya en la antigüedad se ahondó y pareció descifrar que el consumo de habas provocaba estos cuadros hemolíticos. Aunque la evidencia clínica no lo ha demostrado del todo, la mayoría de los autores coinciden en que la patogenia está determinada por la toxicidad que producen elementos del haba, como la vicina y la convicina, al ser hidrolizadas en el tubo digestivo y convertirse en alguno de los activos divicina e isouramilo, que son capaces de producir hemólisis de los glóbulos rojos.

- Anemia hemolítica congénita no esferocítica. Es una forma de hemólisis crónica, agrupada en el tipo I de la OMS. Son casos esporádicos. Se trata de una hemólisis típicamente extravascular, que se debe sospechar por una historia compatible (típicamente ictericia neonatal, anemia crónica regenerativa que se exacerba con estímulos oxidativos, colelitiasis, esplenomegalia), así como datos analíticos de destrucción corpuscular.

- Hiperbulirrubinemia neonatal. Es más típica y grave en recién nacidos pretérminos que en términos. Se suele presentar entre los días 1 y 4 de vida. El mecanismo de la hemólisis es mayormente desconocido. Se debe sospechar de esta deficiencia en el caso de ictericia en las primeras 24 horas de vida, con valores altos, o en casos de historia familiar previa al nacimiento.


De las variantes ya mencionadas las dos más frecuentes son:

- Clase II de la OMS (G6PH mediterránea): afecta fundamentalmente a poblaciones de origen griego, italiano, español, árabe, como el caso de nuestros pacientes, y judíos. Esta variante produce además hiperbilirrubinemia neonatal más grave y el favismo con mucha mayor frecuencia.

- Clase III de la OMS: afecta fundamentalmente a africanos y sus descendientes. Su sintomatología en general es poco grave debido a que solo un 20-30% de los eritrocitos deficientes sufren hemólisis. Se suele presentar con poca frecuencia como favismo.




 

Clase II (G6PDH

mediterránea)

      Clase III

      Población afecta

Griegos, italianos,

españoles…

      Africanos

Rasgos asociados


Hiperbilirrubinemia

neonatal y favismo

Se asocia con poca frecuencia al favismo

Gravedad


Mayor

      Menor



Figura 4. Tabla: diferencias principales entre la variante II y III (clasificación OMS)



Además de todas las complicaciones inherentes a la enfermedad, los pacientes con DG6PDH tienen mayor vulnerabilidad para la sepsis (1 y 4).


Clínica y diagnóstico


Como ya se ha mencionado más de una vez, las crisis hemolíticas van a tener un desencadenante. Cuando ocurra la exposición al mismo será el momento en el que tenga lugar la destrucción de hematíes y, por consiguiente, aparezcan los signos y síntomas. Los más típicos son: (3)

- Coloración oscura de la orina

- Hemoglobinuria en caso de hemólisis intravascular

- Fiebre

- Dolor abdominal

- Esplenomegalia y hepatomegalia

- Fatiga

- Palidez

- Taquicardia (aumento de la frecuencia cardíaca)

- Disnea (dificultad para respirar)

- Ictericia (coloración amarilla de la piel)


Ante todo paciente que acude con un cuadro de crisis hemolítica aguda habrá que realizarle las siguientes pruebas complementarias:

- Hemograma

- Reticulocitos: imprescindibles en cualquier estudio de anemia. Nos indican si la anemia es arregenerativa o regenerativa.

- Coombs directo: diagnostico diferencial entre anemias hemolíticas autoinmunes o no autoinmunes.

- Frotis en sangre periférica. Cuando es normal orienta hacia un defecto de membrana específico.

- Bioquímica de sangre. Se observará el cuadro típico de hemólisis:

· Elevación de la LDH (lactato deshidrogenasa), bilirrubina indirecta y haptoglobina.

· También puede coexistir afectación del perfil renal y hepático: Valora datos de insuficiencia renal por daño agudo de metabolitos de la hemoglobina y valores de las transaminasas hepáticas (GOT y GPT).

- Análisis de orina: para investigar el urobilinógeno y la hemoglobinuria.

- Si hay clínica infecciosa concomitante:

· Serologías infecciosas si existen datos compatibles: virus de Epstein Barr, citomegalovirus, virus herpes simple, virus varicela-zóster, virus de la inmunodeficiencia humana, hepatitis, Mycoplasma.

· Cultivos: frotis faríngeo para bacterias/virus; coprocultivo; cultivos de sangre y orina; gota gruesa si procede de área endémica de malaria.


Los estudios complementarios ante una crisis hemolítica para el diagnóstico final específico se completan en función de la orientación del cuadro clínico y la sospecha.

En el caso de la deficiencia de G6PDH, se realiza un estudio enzimático específico para determinar la actividad del enzima (3 y 4).


Tratamiento


· Hallar el desencadenante y retirarlo (bien sea un fármaco, el consumo de determinados alimentos…)

· Tratamiento antibiótico especifico en caso de cuadros compatibles con una infección bacteriana.

· Valorar ingreso del paciente en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) en función de la gravedad del cuadro.

· Se pueden transfundir concentrados de hematíes en casos graves que lo requieran, pero la recomendación general es limitar las transfusiones todo lo que se pueda para evitar complicaciones futuras.

· Soporte renal (hidratación y alcalinización de la orina) en caso de hemólisis intravascular: administración de suero glucosado sin potasio y bicarbonato para mantener el pH de la orina en torno a 7-8.

· Suplementos de ácido fólico.

· Quelantes de hierro en caso de sobrecarga férrica.

· Controles analíticos estrechos hasta la estabilización del paciente (4).



Pronostico y posibles complicaciones


El pronóstico suele ser favorable tras la resolución del episodio hemolítico. En muy pocas ocasiones se producirá insuficiencia renal y, menos frecuente todavía, la muerte del paciente tras una crisis muy grave (3).



Bibliografía


1. Cappellini M, Fiorelli G. Glucose-6-phosphate dehydrogenase deficiency. Lancet. 2008 Jan 5;371(9606):64–74.

2. Ruwende C, Hill A. Glucose-6-phosphate dehydrogenase deficiency and malaria. Journal of Molecular Medicine 1998 768 [Internet]. 1998;76(8):581–8. Available from: https://link.springer.com/article/10.1007/s001090050253

3. Deficiencia de glucosa -6- fosfato deshidrogenasa: MedlinePlus enciclopedia médica [Internet]. Available from: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000528.htm

4. Bello Gutiérrez P, Mohamed Dafa L. Déficit de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa: revisión a propósito de un caso. Pediatría Atención Primaria [Internet]. 2015 Oct 1; 17(68):361–8. Available from: https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1139- 76322015000500014&lng=es&nrm=iso&tlng=es

martes, 7 de diciembre de 2021

Anemia de Blackfan-Diamond

Autora : Isabel Ortiz Carrascosa

4º Curso Medicina grupo "A" (curso 2021-2022)

Código de trabajo : 2102-IOC


Introducción


La anemia de Blackfan-Diamond es una enfermedad hereditaria hematológica incluida dentro del conjunto de enfermedades raras, caracterizada por una aplasia medular arregenerativa congénita con eritroblastopenia que se manifiesta en los primeros meses de vida, pudiendo ser diagnosticada hasta los 2 años de vida y muy rara vez después de los 4 años (1).

Por ello, los pacientes tienen un déficit de la serie roja que produce severas consecuencias, además de otras malformaciones.


Aplasias medulares


Para entender esta enfermedad, hay que entender el concepto de aplasia o insuficiencia medular, en la que hay un déficit de una o más series de células sanguíneas por diversas causas a nivel central en la médula ósea. En el caso de la anemia de Blackfan-Diamond, se trata de una insuficiencia medular selectiva, pues solo afecta a la serie roja (anemia).

La aplasia pura de la serie roja o eritroblastopenia, se caracteriza por:

- Anemia normocítica severa.

- Reticulocitos < 20.000/mm3.

- Ausencia selectiva de precursores eritroides en la médula ósea.

- La celularidad medular es normal, con cifras de leucocitos y plaquetas normales.

A su vez, las eritroblastopenias pueden ser:

- Congénitas: anemia de Blackfan-Diamond (tema a tratar).

- Adquiridas: bien idiopáticas o secundarios a otras causas (fármacos, infecciones, etc).



Clínica


En general, los pacientes suelen ser diagnosticados antes de los 18 meses de vida. Los primeros síntomas de alarma suelen ser palidez y disnea durante la alimentación o lactancia. Dicha palidez es aislada, no se encuentran visceromegalias ni otros signos de hemolisis.

También aparece una anemia macrocítica arregenerativa severa, siendo las demás series hematopoyéticas normales (2). Los pacientes suelen presentar una baja estatura y anomalías congénitas, sobre todo a nivel craneofacial (secuencia de Pierre-Robin y fisura palatina), urogenital (ausencia de riñón o riñón en herradura), cardiológico (4), ocular (cataratas, glaucoma, esclerótica azul), en los pulgares (frecuente que tengan tres falanges) (1). Estas malformaciones aumentan el riesgo de padecer otras enfermedades neoplásicas en el futuro, bien por tumores sólidos o hematológicos; además de problemas hormonales tales como insuficiencia suprarrenal, hipogonadismo e hipotiroidismo (2).

 


Figura 1. Secuencia de Pierre-Robin: micrognatia, glosoptosis y
 obstrucción respiratoria alta con o sin paladar hendido.




 
Figura 2. Pulgar con tres falanges, característico.

Etiología


Es una enfermedad que se hereda de forma autosómica dominante, por lo que solo hace falta una copia anormal del gen mutado para que se manifieste la enfermedad. A pesar de esto, también puede aparecer ‘de novo’ en una familia debido a una mutación puntual.

En los casos hereditarios, se han encontrado genes que están presentes en un 45% de los pacientes. Todos ellos codifican proteínas ribosómicas o de la subunidad pequeña (RPS7, RPS17, RPS19 en un 25% de los casos, RPS24) o grande (RPL5, RPL11, RPL35A) del ribosoma (1).

En casos muy raros, puede estar causado por una mutación en el gen GATA1, gen que codifica un factor de transcripción involucrado en el desarrollo eritroide (4), o deberse a una herencia ligada al cromosoma X (2).

Dependiendo de cuál sea la mutación implicada, esta enfermedad puede clasificarse en diferentes subtipos.

 


Tabla 1. Subtipos de la Anemia de Blackfan-Diamond según la mutación genética implicada (3).

A pesar de que la mayoría de estas mutaciones solo se encuentran en un porcentaje muy bajo de pacientes, existe una correlación entre la aparición de anomalías craneoencefálicas en portadores de RPL5 y RPL11 y la no aparición de estas anomalías en portadores de RPS19 (1).


Patogenia


La enfermedad se produce por un trastorno intrínseco de la eritropoyesis, con una disminución de las CFU-E y en algunos casos, también de las BFU-E debido a una hipersensibilidad a la muerte por apoptosis (8) por la falta de funcionamiento de las proteínas ribosomales y/o errores en su ensamblaje. Una explicación viene dada por la ‘Hipótesis del estrés ribosómico’. En condiciones normales, una proteína llamada HDM2 (ubiquitina ligasa) regula los niveles y actividad del p53, promoviendo su degradación. La interacción de esta proteína junto con otras proteínas mutadas que aparecen en la Anemia de Blackfan- Diamond (RPL5, RPL11 y RPL23) reducirían su actividad e impedirían la degradación del p53, afectando así a los precursores eritroides.



Criterios diagnósticos (6)


1. Edad menor de 1 año.

2. Anemia macrocítica sin otras citopenias.

3. Reticulocitopenia.

4. Celularidad normal en médula ósea, con escasez de precursores eritroides (5)

 

 
 
Criterios de soporte:

- Historia familiar: se puede confirmar hasta en un 20% de los casos (1).

- Detección de las mutaciones causantes (gran valor diagnóstico).

- Aumento de actividad de adenosina deaminasa (ADA) eritrocitaria: es frecuente pero no es específica, puede elevarse en personas que no padezcan la enfermedad.

- Anomalías congénitas características con la enfermedad.

- Hemoglobina F elevada.

- No evidencia de otros fallos medulares congénitos.


Diagnóstico diferencial


- Eritroblastopenia transitoria de la infancia: se da en niños mayores de un año, no es de carácter hereditario y la HbF y la ADA no están elevados (8).

- Otras ribosomopatías: disqueratosis congénita, hipoplasia del cartílago- cabello, síndrome de Shwachman-Diamond, síndrome de Treacher Collins, síndrome de Bowen-Conradi, cirrosis infantil de los indios de Norte América (6).


Tratamiento


- Corticoides (Prednisona): mejora la anemia en el 80% de los casos, en los casos donde no haya mejora, deben suspenderse poco a poco (6). Contraindicados en el primer año de vida (1).

- Transfusiones de sangre: para mejorar la anemia y mantener una concentración de hemoglobina y glóbulos rojos óptima, además de mantener el crecimiento y el desarrollo del niño.

- Trasplante de médula ósea con HLA idéntico de hermano no afectado (1): único tratamiento potencialmente curativo. A pesar de esto, no desaparece el riesgo aumentado de padecer otras neoplasias (las malformaciones ya están presentes).



Pronóstico


El pronóstico es generalmente bueno (1), aunque depende fundamentalmente de la clínica del paciente, la gravedad de las alteraciones morfológicas, la severidad de la anemia, la respuesta al tratamiento y las complicaciones asociadas. A largo plazo, hay mayor riesgo de padecer diferentes neoplasias, posiblemente por las ventajas de los clones con mutaciones en p53.

Las complicaciones asociadas al tratamiento suelen ser por efectos secundarios del uso prolongado de corticoides, sobrecarga de hierro por las transfusiones, etc.

Debido a los avances, ha aumentado el número de mujeres embarazadas con esta patología. Estos embarazos son considerados de alto riesgo por retraso en el crecimiento fetal intrauterino, frecuencia de pérdidas fetales, prematuridad, preeclampsia y otros; por ello deben ser monitoreados y manejados de forma multidisciplinar por obstetras, hematólogos y neonatólogos (9).


Bibliografía


1. https://www.orpha.net/consor/cgi-bin/OC_Exp.php?Lng=ES&Expert=124

2. https://rarediseases.info.nih.gov/espanol/12933/anemia-de-diamond- blackfan

3. https://omim.org/phenotypicSeries/PS105650

4. Ellis, S. R. (2014). Nucleolar stress in diamond blackfan anemia pathophysiology. Biochimica et Biophysica Acta - Molecular Basis of Disease, 1842(6), 765–768. https://doi.org/10.1016/j.bbadis.2013.12.013

5. https://www.medigraphic.com/pdfs/pinar/rcm-2017/rcm174p.pdf

6. Machado, A. (2010). Muchas gracias a todos. 2010.

7. Presentación Hematología 2021. Medicina.

8. Lipton, J. M., & Ellis, S. R. (2009). Diamond-Blackfan Anemia: Diagnosis, Treatment, and Molecular Pathogenesis. Hematology/Oncology Clinics of North America, 23(2), 261–282. https://doi.org/10.1016/j.hoc.2009.01.004 Rich. (2009). NIH Public Access. Bone, 23(1), 1–7. https://doi.org/10.1016/j.tracli.2010.06.001.Diamond-Blackfan

martes, 16 de noviembre de 2021

Terapia celular CAR-T para tumores hematológicos : Proyecto Ari

Autora : María R. C.

4º Curso Medicina grupo "A" (curso 2021-2022)

Código de trabajo : 2101-MRC

 

INTRODUCCIÓN

Los recientes descubrimientos acerca de la relación entre el sistema inmunitario y la aparición de células cancerosas han permitido desarrollar las llamadas inmunoterapias. Tras el desarrollo de tratamientos con anticuerpos monoclonales, para restaurar funciones defensivas adormecidas por citoquinas del microambiente tumoral (como anti-PDL1 o anti CTLA 4) un nuevo marco de actuación está emergiendo: las terapias celulares. Concretamente las de células T, que responden a la interacción de sus receptores con antígenos concretos de las células diana. La investigación de las vías moleculares oncogénicas y de los marcadores tumorales de las últimas décadas asienta la base teórica que ha permitido este tipo de abordajes: los linfocitos T del propio paciente serán los que ataquen su tumor, tras haber sido extraídos y reprogramados genéticamente para presentar los receptores que se unan a los antígenos tumorales adecuados.

En este proceso intervienen por un lado los linfocitos T CD8, también llamados citotóxicos, que tras reconocer y unir sus receptores (de ahora en adelante, TCR) a su antígeno correspondiente, liberan sustancias citotóxicas que terminan con la diana, ya sea esta una célula infectada por un microorganismo, o en este caso, una célula tumoral que presentan moléculas específicas en su membrana. Por otro lado, son asimismo importantes los linfocitos T CD4, también llamados colaboradores, que tras unir su TCR a su antígeno específico, son activados para comenzar a liberar citocinas que a su vez favorecerán las respuestas de otras células inmunitarias. 

ORIGEN Y PASOS INICIALES

Antes incluso de que fuera posible la reprogramación genética de las células T, se sabía que estas podían eliminar células tumorales. Esta era la razón por la que en trasplantes de médula alogénicos se presenciaba la eliminación de células tumorales hematológicas: las linfocitos del donante no presentaban el mismo complejo de histocompatibilidad (MHC), así que reconocían el del receptor como extraños y terminaban con sus células. El problema, es que no solo las células tumorales presentaban su MHC particular, sino todas las del organismo, lo que daba lugar a la enfermedad del injerto contra el receptor. Se necesitaba una respuesta específica contra las células tumorales.

Hubo varios enfoques. Se intentó eliminar los linfocitos del donante, para solo trasplantar las células hematopoyéticas, introduciendo un gen suicida en los mismos a través de un retrovirus, pero esto reducía la respuesta antitumoral. Se buscó también potenciar la replicación de aquellos linfocitos de una muestra que interaccionaban más intensamente con antígenos de tumores como melanomas, mediante la administración de IL-2, pero la respuesta in vivo no resultaba la esperada. Finalmente, el desarrollo de técnicas de secuenciación masiva, de cultivos celulares y de vectores de introducción de genes concretos ha permitido utilizar las propias células del paciente.

 

Ilustración 1: Mansoor et al, British Jounal of Cancer(2005). En este esquema vemos las diferentes estrategias mencionadas: A) células T con CIR B) células T tras introducción de gen por retrovirus C) células T específicas encontradas tras identificación de aquellas específicas y su expansión en cultivos

La posibilidad de introducir y fomentar la traducción de genes de las moléculas alfa y beta del TCR en la célula de un paciente ya no suponía un problema gracias a los vectores retrovirales. No obstante, seguía existiendo la limitación de no conocer suficientes genes de TCR que interaccionaran con tumores, salvo los que se habían descubierto por azar en muestras de linfocitos de donantes. Así, se consiguieron secuenciar genes TCR contra antígenos como MDM-2, presente en varios tumores, o WT-1, característico de algunas leucemias. Se necesitaba disponer de más genes de TCR para aumentar la oferta terapéutica, pero encontrar linfocitos T específicos de antígenos tumorales no era tan sencillo como conseguir anticuerpos monoclonales.

Es por esto que los receptores inmunes quiméricos (CIR) permitieron en gran medida el desarrollo de estas terapias. Estos consistían en la fusión de un anticuerpo monoclonal (específico de un antígeno tumoral) con una cadena beta de TCR. La unión del anticuerpo a su antígeno activaba el receptor y la liberación de los gránulos citotóxicos, y lo que es más importante, esto era posible sin la necesidad de presentar los antígenos por parte de MHC. Teniendo en cuenta que muchos tumores ven disminuida la cantidad de MHC expresado, los receptores inmunes quiméricos cobraban aún más importancia. Desde entonces, se disponen de células T con CIR específicos de CD20, CD30, CEA, ErbB-2…(1)

 
Ilustración 2: Hughes-Parry et al. International Journal of Molecular Sciencies (2020). En este esquema vemos como se conformaría el receptor tipo CIR, con la fracción variable de un anticuerpo monoclonal unido al dominio transmembrana de la cadena beta y al CD3ζ.(2)

TERAPIAS CAR-T PARA TUMORES DE CÉLULAS B

Los primeros CIR obtenidos fueron contra el antígeno CD19, presente en los linfocitos B, lo que ha permitido que las primeras terapias de uso clínico hayan sido para tumores de este tipo de células. Actualmente también se dispone de tratamientos contra mielomas (antígeno BCMA), y se pretende ampliar el abanico de oferta terapéutica, sin embargo, los ensayos clínicos de terapias para tumores sólidos de momento muestran una eficacia limitada y gran toxicidad. Esto último se puede deber a la dificultad de encontrar antígenos específicos, como mencionábamos anteriormente, así como a la pobre infiltración de los linfocitos T reprogramados y el microambiente inmunosupresor del tumor.

Es por esto que la investigación centrada en los tumores hematológicos ha ido dando más frutos. Actualmente los CIR se han perfeccionado, obteniéndose así los llamados de “segunda generación”, en los que se fusiona solo una cadena de la región variable del anticuerpo monoclonal con la cadena beta del receptor TCR, con la novedad de estar esta a su vez conectada a dominios de receptores coestimuladores. Estos CIR han demostrado una mayor eficacia a la hora de producir citocinas proinflamatorias y favorecer la citotoxicidad contra el tumor. (3)

La verdadera limitación que se han encontrado este tipo de terapias ha sido su alto coste. La aprobación en 2018 de la primera terapia CAR-T de uso comercial, “Kimria” del laboratorio Novartis, no se vio exenta de polémica. Su precio de 320.000€ en Europa (excesivamente caro, teniendo en cuenta que según investigadores de este ámbito, el precio de fabricación podía rondar los 20.000 €), impidió que se pudiera a aplicar a todos los pacientes indicados (pacientes infantiles de leucemia linfoblástica aguda en recaída y pacientes adultos en recaída de linfoma B difuso de célula grande). Tras diversos litigios judiciales por problemas de trasparencia, se consiguió anular parcialmente la patente, si bien el tratamiento sigue sin ser precisamente económico. Es por esto que el desarrollo desde el ámbito público, desde la investigación básica hasta la cama del paciente, es un rayo de esperanza para todos estos pacientes que ven sus posibilidades de tratamiento tan limitadas. (4)(5)(6)(7)

EL PROYECTO ARI EN BARCELONA: CAR-T ARI-0001

El primer y único proyecto de terapia CAR-T en España fue desarrollado en Barcelona. Es a su vez el primero enteramente público, si bien hay que agradecer su impulso principal: el “Proyecto Ari”, organización benéfica fundada por Ari Benedé, una chica diagnosticada con leucemia linfoblástica aguda que desgraciadamente falleció en 2016. Al trabajo de ella y de su madre se debe gran parte de la financiación. 
 
Ilustración 3 : Ariana Benedé (1998-2016)
Imagen obtenida en internet, sin créditos de autor, de probable dominio público.

En este proyecto se utilizó un anticuerpo anti-CD19 (A3B1) para unirlo con la cadena beta en el CIR. Este había sido desarrollado 30 años antes también en el mismo hospital, el Clinic de Barcelona, para utilizarse como anticuerpo monoclonal. Para ello, primero volvieron a demostrar la especificidad del anticuerpo, y tras eso, la citotoxicidad por parte de los linfocito T reprogramados, gracias a estudios de citometría de flujo que indicaban que, tras el cultivo conjunto, las células CD19+, así como la medición de citocinas producidas mediante ELISA, concretamente, los niveles de TNF alfa y IFN gamma se vieron aumentados.

Tras demostrar su efectividad in vitro, se procedió a los ensayos con ratones, donde con biopsias se confirmó no solo la no progresión de la enfermedad, sino también la eliminación de las células CD19+. Se comparó la efectividad con otras células CAR-T y no hubo diferencias significativas. Solo quedaba poder replicar a gran escala los lentivirus que introdujeran los genes del CIR, y después cultivar las células. Gracias a maquinaria altamente especializada, el biorreactor cerrado semiautomático de CliniMACS Prodigy, de Miltenyi Biotec se consiguieron cantidades adecuadas, que si bien no a un ritmo industrial, permitía comenzar los ensayos clínicos, y tras sus prometedores resultados, empezar a tratar a todos aquellos pacientes que cumplieran con los criterios de inclusión. (8)

Para realizar los ensayos clínicos que permitieran la aprobación como medicamento por parte del ministerio de sanidad, se incluyeron a 28 pacientes tanto pediátricos como adultos, del Hospital Clinic y del Hospital Sant Joan de Déu. Esto es importante porque los otros tratamientos comerciales (Kimria y Yescarta) no estaban indicados para pacientes adultos mayores de 25 años.

En la fase I de los ensayos clínicos, mediante aféresis se extraía sangre de los pacientes, se eliminaban los eritrocitos y plaquetas gracias a centrifugación y se seleccionaban los linfocitos T con bandas magnéticas. Se comenzaban los cultivos como se ha mencionado previamente, durante 7-10 días, donde las células se expandían con IL-7 y IL-15, y después se criopreservaban hasta la infusión. El objetivo era tener 2 dosis por paciente, de 1 millón de células por kilo para pacientes de leucemia linfoblastica aguda y crónica y 5 millones de células por kilo para aquellos pacientes de linfoma no hodgkin. Para el control de calidad, se realizaban PCR para asegurar la correcta inclusión del gen, medición de citoquinas… Se pudo demostrar que todos los productos eran citotóxicos contra células CD-19+, que se producían citoquinas proinflamatorias, pero también, que la expansión era menor en las células de pacientes que en células de donantes sanos. También se descubrió que una proporción de las células T eran capaces generar memoria inmunitaria en los pacientes. Se demostraba que conseguir el tratamiento con ese tipo de biorreactores y que funcionaran en pacientes era factible. (3)

Finalmente, los resultados del ensayo clínico permitieron la aprobación del fármaco por la AEMPS. Los pacientes recibieron ciclofosfamida, fludarabina y después entre 0,4 y 5 millones de células ARI-0001 por kg. Al principio se dio una sola dosis, y después se dividió en tres dosis del 10%, el 30% y el 60% para prevenir una de las peores complicaciones, el síndrome de liberación de citoquinas(SLC). De los 58 pacientes incluidos en el estudio, 47 recibieron la terapia, 38 de los cuales presentaban LLA, 7 linfoma no Hodgkin y el restante LLC. En los pacientes con LLA, un 13,2 % presentó SLC, que fue tratada con tocilizumab. Un 2,6% de los pacientes presentaron neurotoxicidad, y la mortalidad relacionada con el procedimiento fue de 7,9% ras el día 100, sin ninguna otra muerte tras espaciar la dosis. El porcentaje de remisión completa en el día 100 fue de un 71,1%, y la supervivencia sin progresión fue de un 47% al año. La supervivencia en general fue de un 68,6% en definitiva, cifras similares a las de las otras dos soluciones comerciales. (3)(9)(10)(11)


COMPLICACIONES DE LA TERAPIA CAR-T

Las siguientes complicaciones son las que se describen en la ficha técnica de CAR-T ARI-0001, que son comunes a otros productos comerciales.

· Reacciones a la infusión: por lo general leves, que nunca han llevado a la interrupción temporal o a la retirada del tratamiento. Por este motivo se administra premedicación 30 minutos antes de la infusión (paracetamol, dexclorfeniramina) Pueden ser: eventos cardíacos, escalofríos, disnea, fatiga, hipertensión repentina, hipotensión, náuseas, dolor, fiebre, erupción cutánea y urticaria.

· Síndrome de lisis tumoral (SLT): Para prevenirlo se recomienda la administración oral de alopurinol e hidratación oral abundante (al menos 2 litros/día) a partir del día de la infusión Se deben monitorizar los signos y síntomas de SLT (creatinemia, arritmias por la liberación de potasio, convulsiones…)

· Síndrome de liberación de citocinas (SLC): se observó SLC en un 55% de los pacientes y en 13,2% fue de grado III o superior (fiebre persistente, de más de 38ºC, asociada a: hipoxia que requiere ventimask o cánula nasal de alto flujo o hipotensión arterial que requiere la administración de un único vasopresor). Los síntomas del SLC podrían ser, aparte de los mencionados, escalofríos, mialgia, artralgias, náuseas, vómitos, diarrea, diaforesis, erupción, anorexia, fatiga, dolor de cabeza, disnea, taquipnea. Pueden observarse también alteraciones orgánicas como insuficiencia cardiaca y arritmia, insuficiencia renal y daño hepático acompañado de elevaciones de la AST, ALT o de la bilirrubina total. En algunos casos podría aparecer coagulación intravascular diseminada (CID), con bajos niveles de fibrinógeno, síndrome de fuga capilar, síndrome de activación macrofágica (SAM) y linfohistiocitosis hemofagocítica. Se ha de administrar un tratamiento profiláctico y terapéutico para las infecciones y se ha de garantizar la resolución completa de las infecciones existentes. Las infecciones también pueden ocurrir durante el SLC y podrían incrementar el riesgo de muerte. El síndrome de liberación de citoquinas debe manejarse administrando toicilizumab o corticoides dependiendo del grado de gravedad. Ante la aparición de hipotensión o hipoxia, se debe considerar el traslado a una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

· Neurotoxicidad (ICANS): se detectaron alteraciones neurológicas en 16 pacientes con LLA, de las cuales 1 fue considerada como neurotoxicidad asociada a las células inmunoefectoras (ICANS) Puede tener diversas formas de presentación: temblor fino, digrafía, dificultad leve en el habla (afasia de expresión), déficit de atención, apraxia y letargo leve. La cefalea es frecuente pero inespecífica, mientras que la afasia de expresión es muy específica. Los síntomas pueden empeorar hasta afasia global, llegando incluso al mutismo y la acinesia. También pueden aparecer mioclonías o temblor grave, nistagmo, visión borrosa, disminución del nivel de conciencia, letargo, obnubilación, estupor o incluso coma. Son posibles las convulsiones, casi siempre después de afasia global. En casos raros las pruebas de imagen (RM) demuestran la aparición de edema cerebral, local o general, que puede ser de instauración muy rápida. Se trata también con tocilizumab o corticoides, incluso terapia osmótica en caso de edema cerebral.

· Otras complicaciones: aplasia de linfocitos B (si bien en esos pacientes no se produjeron más infecciones que en otro tipo de tratamientos), segundas neoplasias, … (12)(13)(14)


NUEVOS HORIZONTES

Está claro que las terapias CAR-T han supuesto una verdadera revolución de cara al tratamiento de pacientes oncológicos, principalmente hematológicos por el momento. Aunque actualmente su elevado coste y sus complicaciones hacen que sean vistas como último recurso para pacientes que no responden a terapias tradicionales, está claro que las futuras investigaciones supondrán grandes avances que permitirán su generalización

Si se sigue favoreciendo el desarrollo público que permita el acceso por parte de candidatos, y se tiene más información acerca del mecanismo fisiopatológico de las complicaciones mencionadas y su tratamiento, cada vez podrán ser más utilizadas.

Las líneas de investigación actuales señalan que los posibles proyectos se basarán en la creación de células CAR-T madre, que favorece su durabilidad y la total remisión de la enfermedad, así como células de cuarta generación que puedan actuar contra tumores sólidos como células T que contengan genes suicidas o CAR-T productoras de anticuerpos. (15)



BIBLIOGRAFÍA

Además de las fuentes mencionadas, parte de los conocimientos para realizar este trabajo son los adquiridos en la asignatura de Inmunología de 2º.

1. Mansoor W, Gilham DE, Thistlethwaite FC, Hawkins RE. Engineering T cells for cancer therapy. Br J Cancer [Internet]. 2005 Nov 4 [cited 2021 Sep 8];93(10):1085. Available from: /pmc/articles/PMC2361500

2. Hughes-Parry HE, Cross RS, Jenkins MR. The Evolving Protein Engineering in the Design of Chimeric Antigen Receptor T Cells. Int J Mol Sci 2020, Vol 21, Page 204 [Internet]. 2019 Dec 27 [cited 2021 Oct 20];21(1):204. Available from: https://www.mdpi.com/1422-0067/21/1/204/htm
 
3. Castella M, Caballero-Baños M, Ortiz-Maldonado V, González-Navarro EA, Suñé G, Antoñana-Vidósola A, et al. Point-Of-Care CAR T-Cell Production (ARI- 0001) Using a Closed Semi-automatic Bioreactor: Experience From an Academic Phase I Clinical Trial. Front Immunol. 2020;0:482

4. Los hospitales públicos pagan 307.200 euros por cada tratamiento personalizado contra la leucemia infantil [Internet]. [cited 2021 Sep 11]. Available from: https://civio.es/medicamentalia/2019/10/29/car-t-kymriah-yescarta- precios-novartis-gilead

5. Informe de Posicionamiento Terapéutico de tisagenlecleucel (Kymriah®) en el tratamiento de pacientes pediátricos y adultos hasta 25 años con leucemia linfoblástica aguda de células B refractaria, en recaída post-trasplante, o en segunda recaída o posterior; y de pacientes adultos con linfoma difuso de células grandes B recaído/refractario tras dos o más líneas de tratamiento sistémico. Ministerio de Sanidad. 2019 Feb 25. [cited 2021 Sep 8]. Available from: /https://www.aemps.gob.es/medicamentosUsoHumano/informesPublicos/docs/I PT-tisagenlecleucel-kymriah-LAL-LCGB.pdf

6. Novartis se enfrenta a la OCU por el precio Kymriah [Internet]. [cited 2021 Sep 11].Available from: https://www.redaccionmedica.com/secciones/industria/novartis-recurre-que-se- publiquen-los-criterios-de-financiacion-de-kymriah-8264

7. Victoria de Médicos del Mundo: Novartis retira su patente abusiva sobre un tratamiento contra el cáncer desmesuradamente caro | Médicos del Mundo [Internet]. [cited 2021 Sep 11]. Available from: https://www.medicosdelmundo.org/actualidad-y-publicaciones/noticias/victoria- de-medicos-del-mundo-novartis-retira-su-patente-abusiva

8. Castella M, Boronat A, Martín-Ibáñez R, Rodríguez V, Suñé G, Caballero M, et al. Development of a Novel Anti-CD19 Chimeric Antigen Receptor: A Paradigm for an Affordable CAR T Cell Production at Academic Institutions. Mol Ther - Methods Clin Dev [Internet]. 2019 Mar 15 [cited 2021 Sep 11];12:134–44. Available from: http://www.cell.com/article/S2329050118301220/fulltext

9. Juan DM, Delgado DJ, Calvo DG, Trias DE, Urbano-Ispizua PA. Is Hospital Exemption an alternative or a bridge to EMA for developing Academic CAR-T in Europe? Our experience with ARI0001. https://home.liebertpub.com/hum [Internet]. 2021 Sep 3 [cited 2021 Sep 11]; Available from: https://www.liebertpub.com/doi/abs/10.1089/hum.2021.168

10. Ortíz-Maldonado V, Rives S, Castellà M, Alonso-Saladrigues A, Benítez- Ribas D, Caballero-Baños M, et al. CART19-BE-01: A Multicenter Trial of ARI- 0001 Cell Therapy in Patients with CD19 + Relapsed/Refractory Malignancies. Mol Ther [Internet]. 2021 Feb 3 [cited 2021 Sep 11];29(2):636–44. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33010231/

11. Castellà M, Boronat A, Martín-Ibáñez R, Rodríguez V, Suñé G, Caballero M, et al. Development of a Novel Anti-CD19 Chimeric Antigen Receptor: A Paradigm for an Affordable CAR T Cell Production at Academic Institutions. Mol Ther Methods Clin Dev [Internet]. 2018 Mar 15 [cited 2021 Sep 11];12:134–44. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30623002/

12. Investigación clínica, terapias avanzadas [Internet]. [cited 2021 Sep 11]. Available from: https://www.aemps.gob.es/investigacionClinica/terapiasAvanzadas/docs/ARI- 0001_ficha-tecnica.pdf?x12870

13. Notario Dongil C, Fraga Fuentes M, Gómez Lluch M, Marcos de La Torre A, Andrés Navarro N, Valenzuela Gámez J, et al. CAR-T: luces y sombras. Rev la OFIL [Internet]. 2020 [cited 2021 Sep 11];30(4):329–33. Available from: https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1699- 714X2020000400011&lng=es&nrm=iso&tlng=es

14. Yakoub-Agha I, Chabannon C, Bader P, Basak GW, Bonig H, Ciceri F, et al. Management of adults and children undergoing chimeric antigen receptor T-cell therapy: best practice recommendations of the European Society for Blood and Marrow Transplantation (EBMT) and the Joint Accreditation Committee of ISCT and EBMT (JACIE). Haematologica [Internet]. 2020 Jan 31 [cited 2021 Sep 11];105(2):297–316. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31753925/ McLellan AD, Ali Hosseini Rad SM. Chimeric antigen receptor T cell persistence and memory cell formation. Immunol Cell Biol [Internet]. 2019 [cited 2021 Sep 11];97(7):664–74. Available from: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31009109/


miércoles, 3 de noviembre de 2021

Hemocromatosis

Autora : Carla García García

4º Curso Medicina grupo "A" (Curso 2021-2022)

Código de trabajo : 2100-CGG
 

INTRODUCCIÓN

Los trastornos por sobrecarga de hierro representan una clase importante de enfermedades humanas. De las condiciones primarias de sobrecarga de hierro, la más común y mejor estudiada es la hemocromatosis relacionada con HFE, que resulta de la homocigosidad de una mutación que conduce a la sustitución de C282Y en la proteína HFE. Esta enfermedad se caracteriza por una expresión reducida de la hormona reguladora del hierro hepcidina, lo que conduce a un aumento de la absorción de hierro en la dieta y a la deposición de hierro en múltiples tejidos, incluidos el hígado, el páncreas, las articulaciones, el corazón y la hipófisis. El fenotipo de la hemocromatosis relacionada con HFE es bastante variable, y algunos individuos muestran poca o ninguna evidencia de aumento de hierro corporal, mientras que otros muestran una carga de hierro severa, daño tisular y secuelas clínicas. La mayoría de los individuos genéticamente predispuestos muestran al menos alguna evidencia de carga de hierro (aumento de la saturación de transferrina y ferritina sérica), pero una minoría muestra síntomas clínicos y las consecuencias graves son raras. Otras formas de pérdida de sangre, influencias del sistema inmunológico, la cantidad de hierro biodisponible en la dieta y los factores del estilo de vida también pueden contribuir a la carga de hierro y la expresión de la enfermedad. El diagnóstico no es invasivo e incluye examen clínico, evaluación de los parámetros de hierro plasmático, pruebas de imagen y genéticas. El tratamiento estándar eficaz son las flebotomías repetidas, que en las etapas preclínicas y clínicas tempranas aseguran una tasa de supervivencia normal.(5) 


ETIOLOGÍA Y PATOGENIA

Etiología

La hemocromatosis puede dividirse principalmente en dos grupos: primaria o congénita y secundaria o adquirida. A su vez, dentro del primer grupo pueden establecerse dos subgrupos según el gen que esté mutado, así podemos distinguir las formas HFE, causadas por una mutación en el gen HFE que codifica una proteína implicada en la regulación de la absorción de hierro y responsable de la mayoría de los casos de hemocromatosis congénita; y las formas no HFE, en las que está mutado otro gen diferente al anterior. Otro sistema de clasificación de la hemocromatosis hereditaria similar es el siguiente:

· Tipo 1: es la forma clásica de hemocromatosis hereditaria que se hereda de forma autosómica recesiva. Está causada por mutaciones en HFE, siendo las más comunes las mutaciones C282Y y H63D.

· Tipo 2A, provocado por mutaciones del gen HJV que codifica la hemojuvelina, y tipo 2B, consecuencia de mutaciones en HAMP que codifica la hepcidina: trastorno autosómico recesivo cuya aparición suele ser a los 15-20 años.

· Tipo 3: trastorno autosómico recesivo que aparece a los 30-40 años. Está causado por mutaciones en el gen TFR2, que codifica el receptor 2 de la transferrina.

· Tipo 4: enfermedad autosómica dominante que se expresa entre los 10-80 años. Es consecuencia de mutaciones en el gen SLC40A1 que codifica la ferroportina y, por lo tanto, conducen a una ganancia de actividad de la misma. Este trastorno se clasificó anteriormente como tipo 4B y es diferente de la enfermedad por ferroportina, que es causada por la pérdida de actividad de la ferroportina y se clasifica como tipo 4A.(2)

La hemocromatosis secundaria o adquirida puede estar provocada por múltiples etiologías muy variadas, como repetidas transfusiones de sangre, diseritropoyesis, anemia hemolítica, enfermedades hepáticas o ingesta excesiva de hierro, entre otras. Dentro de este grupo, se incluye la hemocromatosis secundaria a otros trastornos genéticos raros como la enfermedad por pérdida de función por ferroportina, atransferrinemia, aceruloplasminemia o sobrecarga de hierro relacionada con el transportador de cationes divalentes 1 (DMT1).

En este trabajo nos centraremos principalmente en las manifestaciones, el diagnóstico y el tratamiento de la hemocromatosis primaria o congénita. 

Patogenia

Los mecanismos patogénicos por los cuales el producto del gen HFE mutado afecta la homeostasis del hierro no se comprenden completamente. La hepcidina, que se produce en el hígado, es el "regulador maestro" de la homeostasis del hierro corporal, y su función principal es inactivar la ferroportina. La ferroportina tiene una posición importante en la regulación del transporte de hierro a través de la membrana celular (eflujo) en enterocitos, hepatocitos y macrófagos. HFE normal y los complejos del receptor 2 de transferrina en la membrana celular de los hepatocitos estimulan la producción/activación de hepcidina, que posteriormente inhibe la captación intestinal de hierro. Por el contrario, la deficiencia de hierro conduce a una producción reducida de hepcidina, lo que provoca un aumento de la absorción de hierro. En la hemocromatosis, debido a un complejo HFE defectuoso, la producción/activación de hepcidina se reduce, lo que da como resultado un aumento de la captación intestinal de hierro, que es en gran medida independiente del estado de hierro del cuerpo. La hemocromatosis por HFE se caracteriza por una concentración plasmática baja de hepcidina denominada “insuficiencia de hepcidina”.

El aumento de la absorción de hierro da como resultado un hierro sérico o plasmático alto y una saturación de transferrina sérica o plasmática elevada. A valores de saturación de transferrina> 60%, se produce hierro no unido a transferrina en el plasma, que es absorbido fácilmente por las células de varios órganos (por ejemplo hígado, páncreas, corazón y órganos endocrinos). Sin embargo, una excepción son los macrófagos, que normalmente contienen menos hierro que los macrófagos en las personas normales de control.

Las altas concentraciones de hierro en las células y tejidos se depositan como hemosiderina y desencadenarán a través de la reacción de Fenton la formación de radicales hidroxilo libres, que son tóxicos para las células y pueden causar daño al ADN y muerte celular con la consiguiente fibrosis y remodelación tisular que causa deterioro de la función de los órganos.(3) El hierro retenido se deposita principalmente en las células parenquimatosas en la hemocromatosis hereditaria, donde la fibrosis inicial puede eventualmente progresar a cirrosis, mientras que, en el caso de la hemocromatosis transfusional, se deposita principalmente en las células reticuloendoteliales.(1) 


EPIDEMIOLOGÍA

La hemocromatosis hereditaria es el trastorno autosómico recesivo más común en los blancos, con una prevalencia de 1 de cada 300 a 500 personas. La hemocromatosis hereditaria tipo 2, 3 y 4 se observa en todo el mundo, pero la tipo 1 se observa principalmente en personas de ascendencia del norte de Europa. La prevalencia de hemocromatosis es la misma en Europa, Australia y otros países occidentales con exceso de personas de origen celta. Es menos frecuente en pacientes de ascendencia africana. La población blanca tiene un riesgo seis veces mayor de desarrollar la enfermedad que la población negra.

En la hemocromatosis, los hombres se ven afectados alrededor de 2 a 3 veces más a menudo que las mujeres. Estas se vuelven sintomáticas más tarde en la vida que los hombres debido a la pérdida de sangre y la consiguiente excreción de hierro asociada con la menstruación. En los hombres, la enfermedad suele manifestarse en la quinta década; sin embargo, en las mujeres, se presenta a menudo en la sexta década. Por el contrario, la hemocromatosis juvenil puede aparecer en personas de 10 a 30 años.(2) 


MANIFESTACIONES CLÍNICAS

Las personas con HFE -hemocromatosis a menudo se descubren al azar en relación con la toma de muestras de sangre de rutina y aproximadamente el 75% son asintomáticas en el momento del diagnóstico. La mayoría de las personas no presentan síntomas en la etapa inicial de la enfermedad. Con el aumento de la acumulación de hierro en diversos tejidos y órganos, los pacientes desarrollan una carga cada vez mayor de síntomas y riesgo de afectación de órganos. Por lo tanto, el cuadro clínico variará dependiendo de qué tan temprano o tardío se haga el diagnóstico y qué tan temprano o tardío se inicie el tratamiento para la depleción de hierro.

Los síntomas se observan con mayor frecuencia después de los 30 años en los hombres y después de la menopausia en las mujeres.(3) Cuando se desarrollan los síntomas, la fatiga crónica es prominente. Además, el dolor articular es frecuente y está causado por monoartritis, oligoartritis o poliartritis aguda o crónica; la artritis en la segunda y tercera articulaciones metacarpofalángicas y los tobillos es particularmente sugerente. Las fracturas espontáneas (especialmente de las vértebras) pueden ocurrir debido a la osteoporosis de aparición temprana. Los signos dermatológicos son principalmente melanodermia (oscurecimiento de la piel), pero también pueden incluir sequedad de la piel y cambios en las uñas, como uñas blancas, uñas planas y coiloniquia (es decir, uñas anormalmente delgadas que se curvan hacia adentro, también llamadas uñas en forma de cuchara). El principal síntoma hepático es la hepatomegalia. A diferencia de la mayoría de las otras enfermedades hepáticas, los hígados cirróticos en la hemocromatosis funcionan bien, de modo que no se suele observar insuficiencia hepatocelular ni hipertensión portal en ausencia de cofactores hepatotóxicos, pero sí es común la relación con el carcinoma hepatocelular. La enfermedad hepática también puede presentarse con dolor abdominal, ascitis y esplenomegalia.(2)

Además, puede producirse diabetes mellitus y, más raramente, insuficiencia suprarrenal, hipogonadismo hipofisario (manifestado por disminución de la libido e impotencia en hombres y amenorrea en mujeres), hipopituitarismo, disfunción tiroidea y defectos paratiroideos, entre otros. Los síntomas cardíacos consisten en trastornos del ritmo cardíaco, insuficiencia cardíaca, miocardiopatía restrictiva o dilatada y arritmias. Los pacientes con esta patología tienen un mayor riesgo de infección por Yersinia enterocolítica, Listeria monocytogenes y Vibrio vulnificus. Juntos, estos síntomas tienen un impacto negativo en la calidad de vida.(1) 

 

DIAGNÓSTICO

Los exámenes iniciales incluirían un examen clínico general basado en una anamnesis minuciosa y una exploración física completa, además de un análisis de sangre, exámenes que pueden ser realizados por todos los médicos, incluidos los médicos generales.

Hecho esto, la investigación debe seguir con la medición de la saturación de transferrina sérica o la concentración de ferritina sérica. Cabe señalar que la especificidad de la ferritina puede verse afectada por afecciones inflamatorias. Un nivel de ferritina por encima de 200 mcg/L en mujeres o 300 mcg/L en hombres o una saturación de transferrina de más del 40% en mujeres o 50% en hombres deben llevar a más pruebas. Las enzimas hepáticas suelen estar elevadas, y la mayoría de los pacientes tienen niveles elevados de aminotransferasas, pero las enzimas hepáticas no suelen ser superiores al doble de los niveles normales. Es necesario controlar los niveles de glucosa en sangre en ayunas para detectar diabetes. Otras pruebas que deben realizarse en pacientes con niveles altos de ferritina son el ecocardiograma y electrocardiograma para la miocardiopatía, los niveles hormonales para evaluar el hipogonadismo y la densitometría ósea para evaluar la osteoporosis.(2)

Son útiles las pruebas genéticas para las mutaciones C282Y y H63D, que confirmarán el diagnóstico en más del 90% de los casos. Los familiares de primer grado de pacientes con hemocromatosis deben someterse a exámenes de detección con pruebas genéticas.(1)

La biopsia hepática es la prueba más sensible y específica para medir el contenido de hierro en el hígado y también puede evaluar el daño hepático. En el análisis histopatológico con tinción de azul de Prusia de Perls, existe un patrón clásico en el que el hierro se deposita principalmente en los hepatocitos y las células epiteliales biliares, con una ligera afectación de las células de Kupffer. Además, la biopsia de hígado se puede utilizar para evaluar el grado de fibrosis/cirrosis y la presencia de carcinoma hepatocelular.(1)

La ecografía del hígado suele ser el primer paso diagnóstico, cuando el paciente presenta elevación de las enzimas hepáticas o hay sospecha de enfermedad hepática. La ecografía no puede detectar hierro en el tejido hepático y, por lo tanto, no puede usarse para el diagnóstico de sobrecarga de hierro en la hemocromatosis, pero es útil para fines de diagnóstico diferencial.(3)

La radiografía se puede utilizar para diagnosticar la afectación de órganos, por ejemplo, se utiliza para evaluar la extensión de la artritis. Una radiografía de tórax puede indicar cardiomegalia y aumento de las marcas vasculares pulmonares. La resonancia magnética del hígado es una forma no invasiva de medir el contenido de hierro en el hígado, así como la resonancia magnética cardíaca.(2) La tomografía computarizada (TC) del hígado no se usa en la detección de contenido de hierro en hígado, aunque es útil para visualizar las lesiones focales hepáticas.(3) 


TRATAMIENTO

El tratamiento de la hemocromatosis tiene cuatro ramas fundamentales: la eliminación de hierro, el control de la dieta, el trasplante hepático y las terapias con hepcidina. 

Eliminación de hierro

· Flebotomía. La flebotomía sigue siendo el pilar del tratamiento de la hemocromatosis asociada a HFE. Para la hemocromatosis no asociada a HFE que está relacionada con la deficiencia de hepcidina, es el tratamiento preferido, pero la quelación oral complementaria se puede utilizar en los casos más graves (por ejemplo, personas con hemocromatosis juvenil). Las flebotomías también son eficaces para el tratamiento de pacientes con enfermedad por ferroportina por pérdida de función.

Esta forma de depleción de hierro puede mejorar la fatiga crónica y la función cardíaca, estabilizar la enfermedad hepática, revertir la fibrosis hepática, reducir la pigmentación de la piel y mejorar la sensibilidad a la insulina. Sin embargo, los síntomas articulares, la cirrosis y el hipogonadismo responden mal. Los efectos adversos de la flebotomía ocurren en 37 a 50% de los pacientes e incluyen flebitis, malestar y fatiga.

Para la terapia de inducción de flebotomía, se extrae un volumen de 400 a 500 ml de sangre durante 15 a 30 minutos con el paciente en posición reclinada. La duración de la terapia de inducción depende de la gravedad de la sobrecarga de hierro y puede variar de meses a años. En ocasiones, se administra eritropoyetina, en combinación con flebotomía, para mantener la concentración de hemoglobina mientras se fuerza la movilización del hierro. Después de la fase de inducción, se llevan a cabo flebotomías de mantenimiento (3-4 al año) para mantener los niveles de ferritina sérica en ~ 50 μg por litro.(2)


· Terapia de quelación. Aunque no es tan eficaz en la hemocromatosis hereditaria, es más beneficiosa en la hemocromatosis eritropoyética, donde la flebotomía no suele ser una opción. La deferoxamina es un agente quelante del hierro por vía intravenosa. La deferiprona y el deferasirox son quelantes de hierro orales. Todos son equivalentes en eficacia en la movilización y excreción de hierro.(1)

Sin embargo, no se recomienda la deferoxamina porque es cara, ineficaz y puede provocar efectos adversos, como visión borrosa, mareos, acúfenos, rubor, erupción cutánea y diarrea.(2) 

 

Control de la dieta

Se aconseja a los pacientes con hemocromatosis que eviten la terapia con hierro oral y el abuso de alcohol, pero no existen restricciones dietéticas comprobadas.(4) El alcohol debe estar estrictamente prohibido en esta condición porque puede acelerar la toxicidad hepática y pancreática.(2) Se ha demostrado que el consumo de té y el uso de inhibidores de la bomba de protones disminuyen la absorción intestinal de hierro. Deben evitar consumir mariscos crudos, especialmente en áreas subtropicales, ya que los pacientes tienen un mayor riesgo de infección por Vibrio spp.(2) 


Trasplante de hígado

A pesar de la alta prevalencia de hemocromatosis, sigue siendo una indicación poco común de trasplante de hígado. La principal indicación para el trasplante de hígado en la hemocromatosis es el carcinoma hepatocelular. La flebotomía previa al trasplante podría mejorar la función cardíaca y se recomienda si se tolera.(2) 


Terapias con hepcidina

Dado que se han implicado niveles bajos de hepcidina o actividad de hepcidina en la patogenia de la hemocromatosis, se han propuesto análogos de hepcidina como terapia. Los primeros informes sugieren que este enfoque es más adecuado para la terapia de mantenimiento, ya que estos fármacos no reducen el almacenamiento de hierro en el hígado. Es probable que estos tratamientos sean parenterales y costosos, lo que será difícil de competir con la terapia de flebotomía.(2) 


EVOLUCIÓN Y PRONÓSTICO

Un estudio danés mostró que los pacientes con HFE -hemocromatosis, que no son tratados o tratados de manera insuficiente, tienen una tasa de supervivencia más baja debido a cirrosis, carcinoma hepatocelular, miocardiopatía y diabetes que los pacientes que reciben un tratamiento adecuado para la depleción de hierro. Los hombres homocigotos C282Y con ferritina sérica superior a 1.000 µg/L tienen una prevalencia significativamente mayor de fatiga crónica, artritis y enfermedad hepática que los hombres sin mutaciones de HFE. El nivel de ferritina en el momento del diagnóstico tiene importancia pronóstica, ya que los pacientes con ferritina <1.000 µg/L tienen una tasa de mortalidad más baja que los pacientes con ferritina> 2.000 µg / L.

Cuanto antes se haga el diagnóstico, antes se iniciará el tratamiento con flebotomía; cuanto menor sea el riesgo de desarrollar disfunción orgánica o daño orgánico, mayor será la tasa de supervivencia. Los pacientes en la etapa preclínica y los pacientes en la etapa clínica sin disfunción orgánica permanente, como cirrosis hepática, miocardiopatía, fibrosis pancreática y diabetes mellitus, después de un tratamiento adecuado tendrán la misma tasa de supervivencia que la población de base.(3) 


BIBLIOGRAFÍA


1. Porter JL, Rawla P. Hemochromatosis. Med Interna Mex [Internet]. 2021 Jun 15 [cited 2021 Oct 2];35(6):896–905. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK430862/

2. Brissot P, Pietrangelo A, Adams PC, Graaff B de, McLaren CE, Loréal O. Haemochromatosis. Nat Rev Dis Prim [Internet]. 2018 Apr 5 [cited 2021 Oct 2];4:18016. Available from: /pmc/articles/PMC7775623/

3. Milman NT, Schioedt FV, Junker AE, Magnussen K. Diagnosis and Treatment of Genetic HFE-Hemochromatosis: The Danish Aspect. Gastroenterol Res [Internet]. 2019 [cited 2021 Oct 2];12(5):221. Available from: /pmc/articles/PMC6785287/

4. Adams PC. Hemochromatosis: Ancient to the Future. Clin Liver Dis [Internet]. 2020 Oct 1 [cited 2021 Oct 2];16(Suppl 1):83. Available from: /pmc/articles/PMC7539181/

5. Anderson GJ, Bardou-Jacquet E. Revisiting hemochromatosis: genetic vs. phenotypic manifestations. Ann Transl Med [Internet]. 2021 Apr [cited 2021 Oct 2];9(8):731–731. Available from: /pmc/articles/PMC8106074/