lunes, 31 de marzo de 2025

Leucemia mieloide crónica atípica


Autora : Lucía Ponce Cantizano

4º curso de Medicina grupo "B" (curso 2024-25)

Código de trabajo : 2421-LPC





¿QUÉ ES LA LEUCEMIA MIELOIDE CRÓNICA ATÍPICA (LMCa)?



Definición e importancia del estudio de la enfermedad


La Leucemia Mieloide Crónica atípica (LMCa) BCR/ABL negativa es una neoplasia mieloproliferativa rara que se caracteriza por una proliferación clonal de células de la estirpe mieloide que no tienen el reordenamiento genético BCR/ABL característico de la Leucemia Mieloide Crónica clásica (1).

Se trata de una enfermedad que tiene un comportamiento agresivo y una evolución clínica desfavorable, con alta probabilidad de transformación en leucemia aguda (1). La Leucemia Crónica Atípica comparte características tanto con algunos síndromes mielodisplásicos como con algunas neoplasias mieloproliferativas, lo que dificulta enormemente su diagnóstico y manejo (1).

La importancia del estudio de esta neoplasia radica principalmente en el conocimiento de su naturaleza heterogénea, para poder influir en su mal pronóstico. La ausencia del gen de fusión BCR/ABL en las células del tumor impide el uso de inhibidores tirosina-quinasa, que son la estrategia de tratamiento utilizada en la LMC clásica, lo que limita las opciones terapéuticas (1).

La identificación reciente de biomarcadores genéticos como las mutaciones EZH2, ASXL1 y SETBP1 ha facilitado una mejor comprensión de la patogénesis de esta enfermedad y podría contribuir al desarrollo de estrategias terapéuticas nuevas y personalizadas (1).


Objetivos de este trabajo


Este trabajo tiene como objetivo proporcionar un conocimiento general sobre la Leucemia Mieloide Crónica Atípica BCR/ABL negativa, enfermedad que no se ha desarrollado con detenimiento en las horas lectivas de la asignatura de Hematología dado a su baja incidencia en la población. El trabajo incluirá las características clínicas de la enfermedad, sus bases biológicas, sus métodos diagnósticos y las opciones terapéuticas disponibles.




BASES BIOLÓGICAS Y EPIDEMIOLOGÍA DE LA ENFERMEDAD


Diferencias entre la LMC clásica y la LMCa


Como ya hemos comentado, la principal diferencia entre la LMC clásica y la LMCa es la falta en esta segunda, del reordenamiento genético BCR/ABL. A su vez, también presenta, un comportamiento biológico mas agresivo, que le confiere un peor pronóstico.

La LMC, como sabemos, se asocia con la traslocación t (9;22) conocida con el nombre de cromosoma Philadelphia; la LMCa sin embargo, presenta una frecuencia alta de mutaciones en los genes ASXL1, SETBP1 y ETK1 en sus células tumorales, que afectan a la regulación de la hematopoyesis (2).

Otra diferencia entre estas enfermedades es, como también hemos comentado, la respuesta eficaz de la LMC a inhibidores de la tirosina-quinasa, mientras que la LMCa no responde a estos, presentando opciones terapéuticas limitadas (2).


Factores genéticos y moleculares


La LMCa tiene un perfil genético heterogéneo, que es el que contribuye a su fisiopatología y su mal pronóstico. Las mutaciones en el gen ASXL1 son las más frecuentes en las células tumorales, y se asocian con una menor supervivencia, ya que alteran la regulación de la expresión génica. Otras mutaciones propias de esta enfermedad que ya hemos comentado son SETBP1 y ETNK1, implicadas en la proliferación celular descontrolada y en la disfunción de la diferenciación mieloide respectivamente (2).



Incidencia y factores de riesgo


La LMCa es una enfermedad poco común, con una incidencia aproximada de menos de un caso por cada 100.000 habitantes al año (2). Suele diagnosticarse en adultos mayores, con una edad media de entre 60 y 70 años. Cabe destacar que la falta de criterios diagnósticos específicos y la frecuencia de superposición con otras enfermedades neoplásicas, dificultan una detección temprana, lo que también contribuye a su mal pronóstico (2).

En los estudios realizados, no se han identificado claramente factores de riesgo ambientales, aunque se ha sugerido una posible predisposición genética (2).



¿CÓMO SE DESARROLLA LA ENFERMEDAD?


Mecanismos de proliferación celular anormal y anomalías en MO y SP.


La proliferación celular descontrolada característica de la LMCa es el resultado de la regulación anormal de diversas vías de señalización intracelular.

Mientras que en la LMC la activación continua de la tirosina quinasa BCR-ABL1 fomenta la expansión clonal de las células mieloides, en la LMCa se han identificado anomalías en las vías JAK-STAT y RAS-MAPK, que promueven la supervivencia y la proliferación de las células tumorales (3). Además, las mutaciones ASKL1 y SETBP1 previamente mencionadas conducen a defectos de la diferenciación celular, provocando la acumulación de células inmaduras en la médula ósea y en sangre periférica (3). Es por esto que la médula ósea suele presentar hipercelularidad, con displasia marcada en la línea mieloides y megacariocítica, lo que refleja la superposición de características entre síndromes mielodisplásicos y neoplasias mieloproliferativas (3).

A continuación, se exponen algunas imágenes que muestran la anormalidad celular de la médula ósea y de la sangre periférica que acabamos de comentar.



Imagen 1: Se muestra un frotis de sangre periférica con un gran número 
de polimorfonucleares inmaduros hipolobulados e hipogranulares (flechas azules) 
y mielocitos/ juveniles hipogranulares (flechas rojas) (4).




Imagen 2: Imágenes A y B:Se muestra un frotis de sangre
 periférica con doble población de neutrófilos polisegmentados, 
unos normalmente granulados y otros degranulados y con apéndices cromatínicos. 
Imágenes C-E: neutrófilos hiposegmentados, hipogranulados y con cuerpos de Döhle.


La imagen de mayor tamaño muestra una médula ósea con una celularidad global incrementada con marcada hiperplasia granulocítica (5).



Imagen 3: En esta imagen se muestra un aspirado de médula ósea en el que
 también aparecen neutrófilos con una condensación anómala 
y número anormal de células inmaduras (blastos) (5).



¿CÓMO SE MANIFIESTA LA LMCa?


Síntomas generales y específicos


La LMCa se caracteriza por presentar un espectro de manifestaciones clínicas variables.

Entre los síntomas generales más comunes, destacamos astenia, fiebre, sudoración nocturna y pérdida de peso no intencional. En cuanto a los síntomas más específicos de la propia enfermedad, se ha descrito la esplenomegalia como uno de los síntomas más frecuentes, presente en la mayoría

de los casos. A este síntoma van asociados otros como sensación de plenitud abdominal, saciedad temprana y dolor en hipocondrio izquierdo. Además, también puede aparecer esplenomegalia, aunque es menos frecuente (6).

Otros síntomas derivan de la disfunción hematopoyética. Así, los pacientes pueden padecer anemia que provoca palidez y debilidad; trombocitopenia que puede provocar equimosis y hemorragias espontáneas; y leucocitosis (6).



Curso clínico de la LMCa


El curso clínico de la LMCa, como ya se ha mencionado, es más agresivo que el de la LMC, y suele asociarse a un peor pronóstico, en parte por las limitaciones terapéuticas, como se ha especificado anteriormente. Aunque los pacientes pueden permanecer en fase crónica durante meses o pocos años, esta enfermedad progresa rápidamente a una fase acelerada o blástica, a diferencia de la LMC clásica (6).

Conforme la enfermedad va progresando, puede darse la aparición de citopenias secundarias principalmente a insuficiencia medular, así como la transformación de la enfermedad a leucemia aguda en un porcentaje importante los casos (3).

En una fase avanzada de la enfermedad, se puede observar un incremento de blastos en médula ósea y en sangre periférica, acompañado de un deterioro clínico general notable, fiebre persistente, hemorragias e infecciones recurrentes (6).



Diferencias con otras neoplasias mieloides


El diagnóstico diferencial de la LMCa BCR/ABL negativa es de extrema importancia, dada la similitud de las manifestaciones clínicas de la enfermedad con otras neoplasias mieloides. Entre las principales entidades con las que debemos realizar un diagnóstico diferencial encontramos:

  • Leucemia neutrofílica crónica (LNC): Aunque comparte características con la LMCa, la LNC se distingue debido a que presenta una mutación CSF3R y una mayor proporción de neutrófilos en sangre periférica (6).
  • Síndromes mielodisplásicos/mieloproliferativos (SMD/SMP): Existen solapamientos clínicos con estos síndromes, especialmente con aquellos con características mieloproliferativas y displásicas simultáneamente. La diferenciación con la LMCa debe realizarse mediante estudios genéticos y morfológicos (6).
  • Leucemia mieloide crónica (LMC) clásica: Se diferencia de la LMCa por la presencia del reordenamiento BCR/ABL1, el cual es un criterio diagnóstico clave en esta enfermedad (6).


¿CÓMO PODEMOS DIAGNOSTICAR LA LMCa?


Entre las pruebas que nos ayudan a detectar las anomalías y las características propias de la LMCa podemos mencionar:

  • Hemograma y análisis de sangre periférica: El diagnóstico de la LMCa BCR/ABL negativa precisa de un análisis detallado de sangre periférica que incluya un hemograma. El hemograma, como podemos intuir después de mencionar la fisiopatología y las manifestaciones clínicas de la enfermedad, muestra generalmente leucocitosis con neutrofilia y monocitosis, además de anemia y trombocitopenia en una gran cantidad de casos. Además, la basofilia es mínima o ausente, a diferencia de la LMC clásica (6).
  • Estudio morfológico de la médula ósea: El estudio de la médula ósea también es crucial para el diagnóstico de esta enfermedad. Como hemos comentado, observamos una médula ósea hipercelular con hiperplasia granulocítica y displasia en una o más líneas celulares. Además, la fibrosis medular es común en la LMCa, lo que puede dificultar el aspirado de la médula, requiriéndose, en algunos casos, una biopsia para una evaluación adecuada (6).
  • Estudios genéticos y moleculares: El estudio genético para el diagnóstico de la LMCa se basa básicamente en la detección de la ausencia del reordenamiento BCR/ABL1 y en la detección de las mutaciones más comúnmente asociadas en los genes SETBP1, ASXL1 y ETNK1. La citogenética convencional y el FISH se utilizan para descartar la presencia del cromosoma Philadelphia y otras anomalías cromosómicas recurrentes (6).
  • Inmunofenotipado: El inmunofenotipado por citometría de flujo permite caracterizar la población celular anómala y descartar otras neoplasias hematológicas. Aunque no existe un marcador inmunofenotípico específico para la LMCa, el análisis de la expresión de antígenos podría ser útil para la diferenciación celular y en la detección de subpoblaciones leucocitarias aberrantes (6).

Una vez mencionadas las pruebas complementarias que ayudan al diagnóstico de la LMCa, debemos comentar los criterios diagnósticos derivados de los resultados de las mismas, que nos ayudan a descartar o confirmar si un paciente padece esta enfermedad.

Los criterios diagnósticos son los siguientes (7):
  • Sangre periférica con leucocitosis (recuento de glóbulos blancos ≥13 × 109/L) debida al incremento de neutrófilos y sus precursores con desgranulopoyesis prominente.
  • Precursores neutrofílicos (promielocitos, mielocitos, metamielocitos) que representen ≥10% de los leucocitos.
  • Ausencia del cromosoma Philadelphia o del gen de fusión BCR/ABL1 y ausencia de criterios para Policitemia Vera, Trombocitemia Esencial o Mielofibrosis Primaria.
  • Ausencia de evidencia de reordenamiento PDGFRA, PDGFRB, FGFR1; o PCM1-JAK2.
  • Ausencia o mínima basofilia, siendo los basófilos <2% de los leucocitos.
  • Ausencia o mínima monocitosis, siendo los monocitos <10% de los leucocitos.
  • Médula ósea hipercelular con hiperplasia y displasia granulocítica, con o sin displasia eritrocítica o megacariocítica.
  • Menos de un 20% de blastos en médula ósea y sangre periférica.

Después de haber comentado las pruebas y los criterios diagnósticos, se muestra a continuación un esquema para la evaluación diagnóstica de la LMCa y la identificación de oportunidad para terapia dirigida, que comentaremos en detalle en el siguiente apartado (7):


Imagen 4. Esquema para la evaluación diagnóstica de la LMCa 
(click en la imagen para ampliar)



¿CÓMO PODEMOS TRATAR LA LMCa?


El diagnóstico de la LMCa BCR/ABL negativa resulta un desafío debido a la heterogeneidad de la enfermedad y la falta de terapias dirigidas efectivas, como ya se ha señalado. Es por esto que las terapias actuales se basan en el uso de agentes hipometilantes, quimioterapia citotóxica y en el trasplante de médula ósea (8). Entre las apciones terapéuticas actuales encontramos:

  • Hipometilantes y quimioterapia: Los agentes metilantes como la azacitidina y la decitabina, han demostrado cierto beneficio en pacientes con LMCa, especialmente en aquellos que presentan en sus céululas tumorales mutaciones en ASXL1 y SETBP1. Estos fármacos pueden provocar respuestas hematológicas y retrasar la progresión a fase blástica, aunque no han demostrado una curación completa de la enfermedad (8). Por otro lado, la quimioterapia es empleada en pacientes que han presentado progresión a fase blástica o acelerada. Algunos fármacos como la citarabina y la hidroxiurea pueden ayudar a la reducción de la carga tumoral y la proliferación celular, aunque se han objetivado respuestas variables y efectos secundarios importantes (8).
  • Trasplante de médula ósea: Como en muchas otras enfermedades hematológicas, el trasplante de células madre hematopoyéticas sigue siendo la única estrategia terapéutica con potencial curativo para la LMCa. Está indicado principalmente en pacientes jóvenes con donante compatible, especialmente en aquellos pacientes con alto riesgo citogenético o progresión rápida de la enfermedad. Sin embargo, cabe mencionar que la toxicidad del procedimiento y la objetivación de un alto porcentaje de recaídas post-trasplante, han limitado su aplicabilidad en muchos casos (8).
  • Nuevas terapias en investigación: En la actualidad, se están investigando nuevas opciones terapéuticas como son inhibidores de vías moleculares característicamente alteradas en la LMCa (JAK-STAT, SETBP1) y terapias inmunológicas dirigidas. El posible desarrollo de terapias individualizadas según el perfil mutacional del paciente es considerado una esperanza para mejorar el pronóstico de esta enfermedad (8)

Después de haber mencionado las terapias disponibles en la actualidad, se muestra a continuación el algoritmo de tratamiento de la LMCa según las características específicas de la neoplasia en cada paciente (7):


Imagen 5. Algoritmo de tratamiento de la LMCa



PRONÓSTICO Y EVOLUCIÓN DE LA ENFERMEDAD


Factores pronósticos


Como ya se ha puntualizado, el pronóstico de la LMCa BCR/ABL negativa es generalmente desfavorable en comparación con la LMC clásica. Entre los factores pronósticos desfavorables encontramos la presencia de mutaciones en los genes ASXL1 y SETBP1, un recuento elevado de leucocitos en el momento del diagnóstico y una progresión rápida a fase acelerada o blástica (9).

La fibrosis medular significativa y la presencia de citopenias severas también se han asociado con una menor tasa de supervivencia (9).


Supervivencia y calidad de vida


La supervivencia de los pacientes con LMCa se sitúa entre los 20 y los 30 meses en la mayoría de los estudios. La calidad de vida de los pacientes puede verse afectada de manera significativa debido a sintomatología como la anemia, las infecciones recurrentes y la esplenomegalia sintomática (9).


Posibles complicaciones y evolución de la enfermedad


La principal complicación asociada a esta enfermedad es la progresión a una fase blástica, que se asocia con una supervivencia muy limitada. En esta fase, los pacientes desarrollan un aumento descontrolado de blastos en sangre periférica y médula ósea, que se acompaña de síntomas graves como hemorragias, infecciones severas y un deterioro importante del estado general (9).

Otras complicaciones son la esplenomegalia progresiva, que puede causar compresión de órganos vecinos; y el desarrollo de síndromes mielodisplásicos secundarios (9).



CONCLUSIÓN


La Leucemia Mieloide Crónica Atípica (LMCa) BCR/ABL negativa es una neoplasia rara y agresiva, que presenta un diagnóstico complejo y opciones terapéuticas limitadas. La ausencia del reordenamiento BCR/ABL impide el uso de inhibidores de tirosina quinasa, lo que dificulta su tratamiento. Aunque los agentes hipometilantes, la quimioterapia y el trasplante de médula ósea ofrecen algunas alternativas terapéuticas, la supervivencia sigue siendo baja. La identificación de mutaciones clave ha permitido avances en la investigación, abriendo la posibilidad de nuevas terapias dirigidas que podrían mejorar el pronóstico de esta enfermedad.



BIBLIOGRAFÍA


(1) Lasho TL. "Atypical CML- the role of morphology and precision genomics." Best Pract Res Clin Haematol. 2020;33(2):101133.

(2) Senín A, et al. "Caracterización molecular de la leucemia mieloide crónica atípica y la leucemia neutrofílica crónica." Medicina Clínica. 2015;144(11):487-490.

(3) Zhou T, Medeiros LJ, Hu S. "Chronic Myeloid Leukemia: Beyond BCR-ABL1." Curr Hematol Malig Rep. 2018;13(6):435-445

Imágenes:

(4) Figueroa-Faúndez, Fernanda, Vidal-Rojas, Catalina, Briones-Muñoz, Vania, & Chandía-Cabas, Mauricio. (2022). Leucemia mieloide crónica atípica BCR-ABL1 negativa: reporte de 2 casos. Revista médica de Chile, 150(3), 397-401.

(5) GECH Atlas. Grupo Español de Citología Hematológica. Leucemia Mieloide Crónica Atípica.

(6) Belkhair J, et al. "Atypical chronic myeloid leukemia BCR-ABL 1 negative: A case report and literature review." Leuk Res Rep. 2019;12:100172.

(7) Jason Gotlib; How I treat atypical chronic myeloid leukemia. Blood 2017; 129 (7): 838–845.

(8) Jabbour E, Kantarjian H. "Chronic myeloid leukemia: 2020 update on diagnosis, therapy and monitoring." Am J Hematol. 2020;95(6):691-709.

(9) Giri S, et al. "Characteristics and survival of BCR/ABL negative chronic myeloid leukemia: a retrospective analysis of the Surveillance, Epidemiology and End Results database." Ther Adv Hematol. 2015;6(6):308-312.


jueves, 20 de marzo de 2025

Mieloma múltiple


Autora : Rosa Padilla García

Curso 4º de Medicina grupo "B" (curso 2024/25)

Código de trabajo : 2420-RPG



 

INTRODUCCIÓN


La idea de este trabajo surge a partir de mi primer acercamiento a la hematología y la experiencia vivida con un paciente al que realicé una historia clínica el curso pasado en la asignatura de semiología, durante su ingreso en la planta de Medicina Interna, donde fue diagnosticado de Mieloma Múltiple y operado de urgencia de un plasmocitoma.

Este caso me despertó la curiosidad sobre esta enfermedad y sus opciones de tratamiento, que han conseguido aumentar la supervivencia de estos pacientes notablemente.


GENERALIDADES (1) (2) (3)


El mieloma múltiple es un tipo de cáncer que se forma en las células plasmáticas en la médula ósea, que, de normal, ayudan a combatir las infecciones fabricando unas proteínas llamadas anticuerpos (encargados de encontrar a los gérmenes y atacarlos).

Por tanto, esta enfermedad se define como una proliferación maligna de células plasmáticas derivadas de un solo clon, con producción de proteína M (monoclonal) en suero y/o orina. (3) Estas se multiplican sin control en la médula ósea y forman tumores en las zonas de hueso sólido. Y también afectan a la formación de las plaquetas y las células sanguíneas sanas. (2)

Es la neoplasia de células plasmáticas más importante. Afecta más a mayores de 60 años, sobre todo a la raza negra y de forma similar entre ambos sexos.

Etiología: Las causas de la aparición de esta enfermedad se desconocen.


Imagen 1: Diferencias entre el hueso sano y afectado por mieloma múltiple (11) 

 

Tipos de mieloma múltiple

Hay una clasificación global según la localización de las células plasmáticas malignas:

Medulares: Mielograma alterado. Hay diferentes tipos según la proteína monoclonal que haya proliferado (IgG, A, D, E, M y no secretor). Cada uno de estos subtipos, tendrá una progresión u otra, por ejemplo, el Mieloma Múltiple de tipo IgG tiene una evolución más lenta que el resto, siendo este además el más frecuente. Y afecta principalmente a los huesos. Además, hay 2 tipos de cadenas ligeras, kappa y lambda.

Extramedulares: El mielograma es normal. Es un tipo más agresivo en el que las células plasmáticas malignas diseminan fuera de la médula ósea invadiendo órganos y tejidos. Se produce un plasmocitoma, que puede ser:

  • Óseo solitario: Lesión única más frecuente en la columna torácica. Sin plasmocitosis medular.
  • Extramedular: Predomina en tejido linfoide submucoso, y tampoco presentan plasmocitosis medular.

Y también se pueden clasificar según la progresión :
 
  • Sintomático.
  • Indolente/Asintomático: Sin síntomas clínicos inmediatos pero con riesgo de progresión.
  • Gammapatía Monoclonal de significado incierto. Este es el comienzo del Mieloma Múltiple, aquí el nivel en la sangre de las proteínas M es bajo, por tanto, no causan daños en el organismo.

Factores de riesgo: (4) 
 
Los posibles factores de riesgo para el desarrollo del Mieloma Múltiple son:
  • Radiaciones ionizantes.
  • Sustancias químicas. En relación con exposiciones ocipacionales. De todos modos, según el artículo (4), no hay suficientes evidencias de asociación.
  • Situación socioeconómica: mayores tasas de mortalidad en clases altas.
  • Defectos citogenéticos. Se han encontrado alteraciones en el cromosoma 14.
  • Edad, sexo y raza. Aumenta la incidencia en mayores de 60 años, de raza negra y varones.
 
 

FISIOPATOLOGÍA (4)


La fisiopatología de esta enfermedad es debida a la proliferación descontrolada de las células plasmáticas que se acumulan en la médula ósea. Estas células secretan inmunoglobulinas en exceso, lo que interfiere con la producción normal de células en la médula ósea, dando anemia, y a veces, leucopenia y trombocitopenia también.

Otra característica es que secretan ciertas sustancias estimuladoras de los osteoclastos e inhibidoras de los osteoblastos que ocasiona una destrucción exagerada del tejido óseo, produciendo hipercalcemia. A veces, la proliferación de las células puede comprimir la médula espinal y producir efectos neurológicos. También hay una alta tasa de infecciones en estos pacientes, al verse alterados los glóbulos blancos (la primera manifestación de la enfermedad en el 25% de los pacientes son las infecciones recidivantes; siendo también la primera causa de muerte).



Imagen 2: Fisiopatología del Mieloma Múltiple (4). 
 


CUADRO CLÍNICO (3) (5)


Muchos casos se detectan cuando las pruebas de laboratorio de rutina muestran aumento de la concentración de proteínas totales en sangre, proteinuria, anemia o insuficiencia renal de causa desconocida.

  • Síntomas de anemia (normocítica y normocrómica).
  • Sangrado anormal por trombopenia.
  • Manifestaciones de síndrome de hiperviscosidad (cansancio, astenia, diátesis hemorrágica, diplopía, cefalea, vértigo…) aunque es raro en el Mieloma.
  • Fragilidad ósea, fracturas patológicas, compresión radicular, paraplejía, neuropatía periférica.
  • Dolores óseos (de costillas y espalda).
  • Síntomas de hipercalcemia (polidipsia, deshidratación, somnolencia…)
  • Síndrome del túnel carpiano (especialmente en pacientes con amiloidosis).
  • Afectación renal, insuficiencia renal causada por hipercalcemia principalmente. Las linfadenopatías y la hepatoesplenomegalia son infrecuentes.

 
 
Imagen 3: Cuadro clínico de pacientes con MM (10).
 
 

DIAGNÓSTICO Y CLASIFICACIÓN (4)


El diagnóstico del mieloma requiere un mínimo de 1 criterio mayor + 1 menor o 3 criterios menores que incluyan los criterios a y b. 

Criterios mayores:
  • Plasmacitoma demostrado por biopsia.
  • Plasmacitosis en médula ósea mayor del 30%.
  • Componente monoclonal
    • IgG > de 3,5 g/100 ml
    • IgA > de 2 g/100 ml
    • Cadenas ligeras (proteinuria de Bence-Jones) en orina >/= 1 g/24 horas, en ausencia de amiloidosis.
 
Criterios menores:
  • Plasmacitosis médula ósea entre 10-30%.
  • Componente monoclonal inferior a los de los criterios mayores
  • Lesiones osteolíticas.
  • Descenso de inmunoglobulinas las normales (IgG < 600 mg/100 ml, IgA < 100 mg/100 ml, IgM < 50 mg/100 ml).
 

Pruebas de laboratorio y complementarias:

  • Electroforesis: Anomalías proteicas séricas y urinarias. Se reflejará en forma de una banda monoclonal entre 80-120 g/l, y condiciona el aumento de la velocidad de sedimentación globular (VSG).
  • Además, la inmunoelectroforesis detecta el tipo de cadena monoclonal.
  • En el frotis de sangre periférica, al hacer la extensión, los hematíes tienden a agruparse formando “pilas de moneda” suele haber anemia normocitica normocrómica.
  • Aspirado de médula ósea: Suelen mostrar un aumento del número de células plasmáticas (según el % será un criterio mayor o menor).
  • Pruebas de imagen: Se muestran las típicas imágenes osteolíticas redondeadas en “sacabocados” en la calota o aplastamientos vertebrales.



Imagen 4: Proteinograma en MM. (12)

 
 
La estadificación clínica del Mieloma Múltiple se produce mediante la clasificación de Durie-Salmon y según la B2-microglobulina y la albúmina. (4)



Tabla I. Sistema de estadiaje de Durie y Salmon (columna izquierda) 
y Sistema de Estadiaje Internacional (ISS; columna derecha).


PRONÓSTICO (3)


Se trata de una enfermedad crónica en la que la supervivencia es muy variable, según la edad, estadio, marcadores genéticos, respuesta al tratamiento… Gracias a los nuevos tratamientos, la media de supervivencia ha aumentado notablemente, viéndose pacientes que superan los 10 años desde el diagnóstico de su enfermedad. (5) “Aunque el mieloma múltiple es progresivo y sigue siendo incurable, según un estudio reciente (5.1), la supervivencia media global ha mejorado hasta más de 11 años entre un grupo de pacientes no seleccionados.”

Los factores de mal pronóstico son:
  • Aumento de B2-microglobulina
  • Aumento de IL-6
La insuficiencia renal es el factor individual con mayor influencia pronóstica desfavorable. Pero, el factor pronóstico más importante es la sensibilidad al tratamiento citostático.


TRATAMIENTO (3) (5) (6) (7) (8)


Los pacientes con Mieloma Múltiple quiescente no deben tratarse hasta que presenten síntomas.

“Con respecto al MM asintomático de alto riesgo de progresar a MM hay dos estudios randomizados fase 3 realizados por el GEM-PETHEMA4 y ECOG (Eastern Cooperative Oncology Group), que han demostrado un beneficio significativo en retrasar la progresión a MM utilizando lenalidomida y dexametasona o lenalidomida sola frente a abstención.” (7)

El tratamiento se realiza por tanto, en Mieloma Múltiple activo.

Quimioterapia: Hay muchos esquemas de tratamiento, se basa en: Inducción + Consolidación (tras trasplante)/Mantenimiento.

Las combinaciones más usadas en la inducción son:
  • VRd: Bortezomib + Lenalidomida + Dexametasona.
  • Daratumumab + VRd: En casos agresivos se agrega daratumumab, que es un anticuerpo monoclonal. (6) “La adición de daratumumab subcutáneo a la terapia (…) confirmó un beneficio significativo con respecto a la supervivencia libre de progresión entre pacientes elegibles para trasplante con mieloma múltiple recién diagnosticado”
Son administrados en ciclos de 21 o 28 días según el perfil del paciente.

Para la consolidación tras el trasplante, se utilizan dosis adicionales de quimioterapia para eliminar las células malignas que puedan permanecer todavía.

Y para el mantenimiento postrasplante se utiliza la lenalidomida.


Imagen 5: Acción de Lenalidomida (13)

  
Radioterapia local: En Mieloma solitario y plasmocitoma extramedular, asociada a cirugía.

Tratamiento sintomático de las complicaciones (anemia, hipercalcemia, disfunción renal…) transfusiones, plasmaféresis, suplementos de calcio y vitamina D, antibióticos y antivirales…
Trasplante de progenitores hematopoyéticos (PH)

Para considerar a un paciente candidato a trasplante de progenitores hematopoyéticos (TAPH) debemos evaluar la edad, las comorbilidades y el estado de la enfermedad.

Se consideran candidatos los pacientes menores de 65 años que no presenten contraindicaciones médicas, y entre los 65-70 años se debe valorar individualmente.

  • Trasplante de PH autólogos: se considera superior a la quimioterapia respecto a la respuesta completa y la supervivencia libre de progresión y global.
  • Trasplante de PH alogénico: Se emplea con fines curativos pero, por la elevada mortalidad es una opción restringida.
“En adultos con mieloma múltiple, el esquema de tratamiento con VRd más el trasplante autólogo de células madre se asoció con una mayor supervivencia libre de progresión que la VRd sola”.

CART cells (14)

“A pesar de los diversos avances terapéuticos de la última década, el mieloma múltiple sigue siendo en gran medida incurable, lo que indica la necesidad de nuevos enfoques de tratamiento.” Se están investigando nuevas técnicas para tartar a estos pacientes, como la terapia de células T (Car T cells) con receptores de antígenos quiméricos, que se crean mediante la modificación de las células T del paciente o del donante para que se dirijan a antígenos específicos y así atacar a las células malignas.

Al momento de escribir el artículo del que he sacado esta información, los datos de más de 20 ensayos clínicos han demostrado que los pacientes con MM en recaída o refractario pueden lograr respuestas objetivas; sin embargo, la mayoría de los pacientes no tienen una remisión de la enfermedad que dure más de 18 meses. Sin embargo, sigue siendo una vía prometedora de mejora.

 

RESUMEN DE CASO CLÍNICO

 
Para finalizar, voy a presentar el caso del paciente del que hablo en la introducción, para saber identificar cual puede ser la presentación de este tipo de pacientes. (9)

Hombre de 79 años que acude a urgencias por un dolor continuo y fuerte, descrito como insoportable, de más de un mes de progresión, iniciado en la mano derecha e irradiado a brazo, cuello y pecho generándole un gran dolor cervical y de pecho, incrementado en los últimos días. Refiere ser como un cosquilleo, e indica que éste empezó de forma repentina, sin asociarlo a ninguna causa. Empeora con movimiento.

Además, el paciente refiere picazón, hormigueo y pérdida de sensibilidad y fuerza en la mano afectada con respecto al miembro contralateral. Junto a una fuerte cefalea y vértigos días previos a acudir a urgencias, sin presentar náuseas o vómitos.

El paciente había sido valorado recientemente en consulta con sospecha de radiculopatía a estudio, pendiente de informe de TC. Acude con una RNM realizada en la privada que muestra lesiones óseas múltiples en columna y pelvis compatibles con metástasis, con masa que infiltra y estenosa el canal medular a nivel de C6. La confirmación del plasmocitoma cervical se realizó más adelante mediante biopsia, e indicó una masa localizada de células plasmáticas asociada al MM. 
 
 

CONCLUSIÓN


El Mieloma Múltiple es una enfermedad crónica y progresiva, pero con un diagnóstico y tratamiento adecuado, muchos pacientes logran una mejoría significativa tanto de los síntomas como de la calidad de vida. Además, gracias a los avances en los nuevos

esquemas de tratamiento, se ha conseguido aumentar la supervivencia de los pacientes, pasando de una media de 3/4 años de supervivencia a unos 12 años. Esto es algo esperanzador tanto para los pacientes como para sus familias, quienes a veces, son hasta más conscientes de la enfermedad que los propios pacientes que viven la enfermedad, como ocurrió en el caso del paciente en el que he basado este trabajo.

Se continúa investigando nuevos tratamientos para continuar intentando mejorar el manejo de esta enfermedad. 



BIBLIOGRAFÍA


1.- Personal de la clínica Mayo. (Sandhya Pruthi, Jefe de redacción médica). Mieloma múltiple. Disponible en : https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/multiple-myeloma/symptoms-causes/syc-20353378

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Bibliografía de imágenes:

10.- Imagen 3 sacada de: https://mundocancer.org/mieloma-multiple/

11.- Imagen 1 sacada de https://dnmhematologia.com/el-blog/f/%C2%BFqu%C3%A9-es-el- mieloma-m%C3%BAltiple

12.- Imagen 4 sacada de https://www.lecturio.com/es/concepts/mieloma-multiple/

13.- Imagen 5 sacada de https://www.aeal.es/mieloma-multiple-espana/7-tratamiento-del- mieloma/