viernes, 27 de junio de 2025

Leucemia neutrofílica crónica

Autora : María Díaz Martínez

4º Curso de Medicina grupo "D" (Curso 2024/25)

Código de trabajo : 2423-MDM




INTRODUCCIÓN



Antes de abordar un tipo concreto de leucemia, debemos de saber que son las leucemias. Se define como un proceso caracterizado por la producción incontrolada de células hematopoyéticas anormales; habiltualmente estas son producidas en la médula ósea. Provoca que las células anormales se acumulen en distintas estructuras del organismo (1).

La leucemia se caracterizada por presentar gran heterogeneidad genética, que se relaciona con distintas alteraciones cromosómicas. Existen formas de leucemia crónica y de leucemia aguda. La leucemia mieloide crónica, es un síndrome mieloproliferativo de naturaleza clonal. A nivel genético, presenta traslocación del cromosoma (9;22) (q34; q11) que interviene en la formación del cromosoma Filadelfia (2).

Mientras que la leucemia linfoblástica aguda (LLA), es la neoplasia más frecuente en la infancia. Ocurre por una traslocación maligna de una célula progenitora linfoide inmadura con capacidad de expansión (3).

En este trabajo nos centraremos en la leucemia neutrofílica crónica (LNC), es un síndrome mieloproliferativo crónico verdaderamente raro en nuestras bibliografías y en los hospitales a día de hoy. Solo se han reportado unos 143 casos. Se caracteriza por una neutrofilia persistente en sangre periférica, así como una médula ósea hipercelular con hiperplasia de la serie granulocítica principalmente en fase madura (4).



EPIDEMIOLOGÍA


La leucemia neutrofílica crónica (LNC) es una enfermedad muy rara, descrita por primera vez en la literatura médica en 1920. No fue hasta 2001, cuando la OMS la reconoció como enfermedad diferenciada de otras (5).

Presenta una edad de inicio tardía, alrededor de los 65 años y afecta predominantemente al sexo masculino. No obstante, en 1996 se reportaron dos casos en jóvenes de 15 y 25 años. En ocasiones la fosfatasa alcalina y los niveles de vitamina B12 están aumentados lo que permite diferenciarla de una reacción leucemoide (4).

Puede darse en relación con otras neoplasias como el mieloma múltiple, síndrome mielodisplásico, policitemia vera o mielofibrosis primaria.



CITOGENÉTICA


La LNC se caracteriza por anomalías cromosómicas, como la trisomía 8 pero con cromosoma Filadelfia (Ph) y el gen de fusión bcr/abl negativo.

Tal mutación se manifiesta como una enfermedad caracterizada por neutrofilia persistente en sangre periférica, médula ósea hipercelular con hiperplasia en serie granulocítica, en su mayoría aumento de granulocitos maduros.



CLÍNICA


Al ser una enfermedad tan infrecuente, muchos pacientes se encuentran asintomáticos al inicio. Presentan clínica en relación con el aumento persistente de los niveles de neutrófilos y la progresión de la enfermedad, incluyendo (5) :

  • Fatiga.
  • Pérdida de peso.
  • Hematomas que aparecen con facilidad.
  • Dolores óseos.
  • Síntomas B como sudores nocturnos.
  • Hemorragias (hemorragia cerebral severa y epistaxis tras el diagnóstico de la enfermedad).
  • Trastornos del tracto gastrointestinal y procesos inflamatorios sin infección.

Estos síntomas se podrían confundir con clínica general de un cuadro gripal o malestar general.

La peculiaridad que diferencia a la LNC (y también a la leucemia mieloide crónica) de las reacciones leucemoides son (6) :

  • Hepatomegalia (75%).
  • Esplenomegalia (100%) (produce en el paciente una sensación extraña en el costado izquierdo).
  • Este cuadro clínico no se acompaña de episodios febriles.


ANALÍTICA Y ESTUDIO HEMATOLÓGICO 


En sangre periférica se observa neutrofilia absoluta a expensas principalmente de elementos maduros, sin eosinofilia ni basofilia. Al diagnóstico los pacientes adultos suelen presentar un valor absoluto mayor a 7500 neutrófilos y bandas/mcL, que es es considerado como neutrofilia y leucocitosis >25x109/L. No suele haber anemia.

La médula ósea es hipercelular, con incremento del número y proporción de granulocitos neutrófilos, mieloblastos < 5% y patrón de maduración mieloide sin alteración (6).



Ilustración 1: AMO en paciente con leucemia neutrofílica crónica.


OTRAS CAUSAS DE NEUTROFILIA


La neutrofilia puede ser una respuesta fisiológica normal del organismo en respuesta a determinadas situaciones. A lo largo del día, de forma fisiológica los neutrófilos presentan fluctuaciones en función de los alimentos ingeridos, posición y determinados estímulos emocionales (6).

Se divide en neutrofilia primaria y secundaria:

  • Neutrofilia primaria (alteración primeria funcional de la médula ósea):
    • Enfermedad hereditaria que provoca neutrofilia.
    • Neutrofilia crónica o de larga evolución que no llegamos a establecer la causa.
    • Como consecuencia de leucemias agudas y crónicas.
    • Alteraciones mieloproliferativas; quizá se podría relacionar también con algunos síndromes mielodisplásicos.
  • Neutrofilia secundaria: se conoce a dichas situaciones en la que la función de la médula ósea es adecuada y la neutrofilia deriva de respuestas fisiologícas del organismo frente a determinadas circunstancias:
    • Infecciones: endocarditis, neumonía, septicemia o leptospirosis.
    • Procesos de gran estrés para el organismo como inflamatorios (Vasculitis, necrosis, infarto agudo de miocardio), quemaduras o traumatismos.
    • Estrés físico o emocional.
    • Tratamiento farmacológico como corticoides, sales de litio o beta agonistas entre otros.
    • Intoxicación por plomo. Otras condiciones tóxicas: picaduras, metales pesados, vacunas, uremia o acidosis.
    • Esplenectomía.
    • Hemorragias, anemia hemolítica.
    • Neoplasias no hematológicas: carcinoma de colon o carcinoma embrionario renal.



PRUEBAS COMPLEMENTARIAS


Dada la baja incidencia de la enfermedad, no se puede confirmar el diagnóstico de forma definitiva, pero se piden las siguientes pruebas para excluir otras patologías (5) :


Analítica (bioquímica, hemograma y coagulación): de las que destacan los siguientes hallazgos :
  • Anemia leve (Hb < 11 g/dL).
  • Valor de plaquetas normal o ligeramente disminuido (principalmente en fases avanzadas de la enfermedad y asociado a hepatomegalia y esplenomegalia).
  • Elevación de la LDH (suele aumentar cuando el organismo requiere mayor producción de energía, por lo que en exceso puede indicar daño tisular o la presencia de determinados cánceres o enfermedades).
  • Elevación de la vitamina B12.
  • Aumento de los niveles de fosfatasa alcalina leucocítica (enzima presente en los glóbulos blancos, pueden aumentar en personar con procesos inflamatorios crónicos, determinados situaciones clínicas o procesos tumorales).
Mutaciones cromosómicas y genéticas: ausentes en la mayoría de las pacientes al diagnóstico. No obstante, las mutaciones más frecuentes, presentes solo en un 10% de los casos, son (7) :
  • Trisomía 8 (descubierta tras el análisis de 50 mitosis).
  • Trisomía 9.
  • Monosomía 2.
  • Deleción 11(q23).
  • Deleción del brazo largo del cromosoma 20.
  • Deleción del cromosoma 7.
  • Anormalidades (+9,20q-)(5)
  • Trisomía 21.
  • Traslocación (2,2)
     Un hallazgo molecular de gran repercusión es la mutación del gen CSF3R: esencial para entender las bases moleculares de la leucemia neutrofílica crónica. Se encarga de activar el receptor del factor estimulante de colonias 3, implicado en la producción de neutrófilos. La mayoría de los pacientes con LNC, aproximadamente el 90%, presentan alguna mutación en dicho gen (8).


DIAGNÓSTICO


En la mayoría de las ocasiones los pacientes no presentan clínica característica de la enfermedad y se suele diagnosticar por exclusión (5).

Acuden a los servicios sanitarios con clínica general como fatiga o alteración motora. Al realizar pruebas complementarias en estos pacientes se observa hepatomegalia y/o esplenomegalia. En la realización de un aspirado de médula ósea también se suele observar hipercelularidad, esto nos hace sospechar en un síndrome mieloproliferativo de primeras o leucemia neutrofílica crónica, aunque en menos ocasiones porque es una clínica muy rara.

Se establecen unos criterios según la OMS para establecer una leucemia neutrofílica crónica.




Ilustración 2: Criterios diagnóstico de la OMS de LNC
(doble click en la imagen para ampliar)



DIAGNOSTICO DIFERENCIAL


Es importante realizar un exhaustivo diagnostico diferencial ya que se suele diagnosticar por exclusión. 

Distintas situaciones que podemos plantearnos frente a estos pacientes (4).

  • Leucocitosis por neutrofilia por causas tanto primerias como secundarias (ver apartado de fisiopatología).
  • Reacción leucemoide: se diferencian en que esta situación no hay esplenomegalia, sino que el paciente presenta fiebre asociada a cuadro de sepsis. Así mismo presenta niveles menos elevados de vitamina B12 y ácido úrico.
  • Leucemia mieloide crónica: marcada leucocitosis en sangre periférica con desviación hacia la izquierda y basofilia, a diferencia de los pacientes con LNC.
  • Policitemia vera: se diferencian principalmente por la clínica hemática, en paciente con PV tenemos un hematocrito de 56% y hemoglobina mayor de 18 g/dL.

TRATAMIENTO


No existen protocolos de tratamiento concretos establecidos. Se habla de aplicar quimioterapia con hidroxiurea para controlar temporalmente la leucocitosis y la esplenomegalia (4).

Por otro lado, el interferón alfa muestra eficacia en determinados pacientes con respuestas duraderas al tratamiento.

Hasta la fecha no se reportan casos de curación completa de pacientes con leucemia neutrofílica crónica en fase acelerada o blástica con los tratamientos arriba citados, evolucionando a leucemia mieloide aguda.

El trasplante de médula ósea alogénico es el tratamiento más adecuado para erradicar la enfermedad.

Nuevos fármacos como el Ruxolitinib, es un inhibidor de JAK 1 y 2, actualmente se usa para el tratamiento de la mielofibrosis y policitemia vera con intolerancia al tratamiento con hidroxiurea. Se encuentra en fase de investigación su uso en la LNC, ya que en pacientes con mutaciones en el gen CSF3R, podría tener resultados positivos (5).



BIBLIOGRAFIA


1.- García SG. Técnicas de citogenética para el estudio de las leucemias. Artículo en revisión. junio de 2022;38(2):15.

2.- Pavón Morán V, Hernández Ramírez P, Martínez Antuña G, Agramonte Llanes O, Jaime Fagundo JC, Bravo Regueiro J. Leucemia mieloide crónica: Actualización en Citogenética y Biología Molecular. Revista Cubana de Hematología, Inmunología y Hemoterapia. agosto de 2005;21(2):0-0.

3.- López AGM, Frías VL, López MH, García IC, Alonso PIN, Atienza AL. Temas de Formación Continuada. Pediatría integral. 2016;20(6):97.

4.- Quintero MV. Leucemia neutrofílica crónica con tetrasomía 8. Revista Colombiana de Cancerología. 2004;8(2):40-4.

5.- Leukemia C Lymphoma society. Información sobre la leucemia neutrofílica crónica. 2017;(30-S):7.

6.- Dra. Wendy Cabrera Aguilar*. Leucemia neutrofílica crónica: reporte de caso. UMSA. 2012;10(1):33-7.



jueves, 19 de junio de 2025

Deficiencia selectiva de IgA


Autora : Elisa Muñoz Pulido

4º Curso de Medicina grupo "D" (curso 2024/25)

Código de trabajo : 2422-EMP



INTRODUCCIÓN


La inmunoglobulina A (IgA) es la encargada de la defensa y tolerancia inmune de las mucosas. Su inmunodeficiencia es la más frecuente en los seres humanos. Sin embargo, esta suele ser asintomática y transitoria. La deficiencia de IgA puede ser primaria, de origen desconocido, o secundaria a infecciones o a consumo de ciertos fármacos.




Figura 1. Diagrama esquemático de la estructura de la SIgA, mostrando dos moléculas de IgA unidas covalentemente a través de la cadena J y el componente secretor, que permite al anticuerpo atravesar las células epiteliales de la mucosa al lumen. 
Tomada de : British Society of Immunology. Pagina web : https://www.immunology.org/es/public-information/inmunología-bitesized/receptors-molecules/inmunoglobulina-iga


Para el diagnóstico de la deficiencia de IgA, se mide la concentración de IgA en sangre y se cuantifica la magnitud de su disminución. Según esto, la inmunodeficiencia de IgA se puede clasificar en deficiencia parcial o deficiencia total. Además, si solo se encuentran afectados los niveles de IgA sin alteración de los niveles de otras inmunoglobulinas recibe el nombre de inmunodeficiencia selectiva de IgA. Esta entidad se considera un error innato de la inmunidad, aunque tiene una etiología desconocida.

La deficiencia selectiva de IgA se define como la presencia de niveles séricos de IgA por debajo de 7 mg/dL y niveles normales de IgG e IgM en individuos mayores de cuatro años y en quienes se han descartado alteraciones relacionadas con los linfocitos T y otras causas de hipogammaglobulinemia. Los individuos afectados por esta patología se caracterizan por tener infecciones del tracto respiratorio superior y gastrointestinal (1,2).

No se tiene conocimiento acerca de su patrón de herencia. Sin embargo, se ha observado que tener un familiar con deficiencia de IgA aumenta el riesgo 50 veces de padecer esta condición. En algunos casos, se han identificado mutaciones en el gen TACI (activador transmembrana y modulador de calcio y ligando de ciclofilina interactor). Esta deficiencia suele presentarse también en individuos con determinados haplotipos HLA, donde se observan alelos poco frecuentes o depleciones de genes en el complejo mayor de histocompatibilidad de clase III (3).



PREVALENCIA E INCIDENCIA


En cuanto a su prevalencia, esta varía entre 1 caso cada 100 habitantes hasta 1 caso por 1.000 habitantes (3).

Su incidencia varía dependiendo del grupo étnico. Así, se ha reportado una incidencia de 1 cada 143 habitantes en la península arábiga, 1 cada 163 habitantes en España, entre 1 cada 2.600 y 1 cada 5.300 en China y entre 1 cada 14.840 y 1 cada 18.500 en Japón. De forma general, la deficiencia selectiva de IgA es más frecuente en la población caucásica (4).



ETIOLOGÍA


Como se ha dicho anteriormente, no se conoce con exactitud la etiología de la deficiencia selectiva de IgA. Debido a que esta entidad tiene una naturaleza muy heterogénea, se piensa que varios elementos pueden contribuir al desarrollo de esta patología.

Se ha observado que en la deficiencia selectiva de IgA ocurre un fallo en el cambio de linfocitos B portadores de IgA en células plasmáticas secretoras de IgA. Asimismo, se ha encontrado en la sangre periférica de las personas que padecen esta entidad un número reducido de células B portadoras de IgA que tienen un fenotipo inmaduro, es decir, positivas también para IgG e IgM. Se piensa que esto es debido a un defecto en las células madre ya que la deficiencia de IgA se puede transmitir mediante injerto de médula ósea.

Se ha sugerido, además, que un defecto en las vías de señalización interna de las células B de diferentes citocinas en los centros germinales de los órganos linfoides secundarios y moléculas coestimulantes seleccionadas en la reparación de ADN puede estar involucrado en el desarrollo de la deficiencia selectiva de IgA.

Un aumento de la apoptosis durante la respuesta inmune también puede contribuir a una producción insuficiente de IgA, debido a la disminución en la supervivencia, proliferación y diferenciación de los linfocitos B.

Por último, en estos pacientes se ha observado una deficiencia de ciertas citocinas como, por ejemplo, IL-4, IL-6, IL-7, IL-10 e IL-21 (5).



MANIFESTACIONES CLÍNICAS


La gran mayoría de los pacientes, entre el 85% y 90%, son asintomáticos. El 10% restante de personas que padecen deficiencia selectiva de IgA tendrán diferentes afectaciones relacionadas con el tracto respiratorio y gastrointestinal.

El hallazgo más frecuente en la deficiencia selectiva de IgA son las infecciones recurrentes del tracto respiratorio. Estas infecciones están mayoritariamente provocadas por bacterias como Haemophilus influenzae y Streptococcus pneumoniae. Se ha observado también se pueden desarrollar complicaciones como bronquiectasias secundarias a infecciones recurrentes o crónicas.

La barrera protectora gastrointestinal se ve también afectada en esta patología, por lo que es frecuente desarrollar infecciones gastrointestinales por protozoos como Giardia lamblia. De la misma forma, es frecuente desarrollar otros del tracto digestivo, como celiaquía.

Como se ha comentado, las infecciones respiratorias son más comunes que las gastrointestinales en esta patología. Este hecho se debe a que en el tracto gastrointestinal se secreta más IgM que en las vías respiratorias, supliendo así la deficiencia de IgA.

Por otro lado, es frecuente el desarrollo de alergias alimentarias y respiratorias como asma y rinitis. Por último, se ha observado que entre el 20% y el 30% de estos pacientes desarrollan enfermedades autoinmunes como púrpura trombocitopénica idiopática seguida de anemia hemolítica, artritis reumatoide juvenil, tiroiditis o lupus eritematoso sistémico (4).



DIAGNÓSTICO


En el caso sospecha de un paciente con deficiencia selectiva de IgA, se debe hacer inicialmente una analítica básica donde se incluya una medición de la concentración sérica de IgA, IgM e IgG, así como de sus subclases. Se valoraría también la respuesta inmune humoral mediante la cuantificación de anticuerpos específicos frente a antígenos vacunales como difteria, tétanos y neumococo, tanto antes como después de la vacunación.

Si se sospecha que los pacientes presentan además una enfermedad asociada, como celiaquía, se debe incluir en el cribado anticuerpos IgG contra gliadina y transglutaminasa tisular (4).

El diagnóstico se confirma cuando la concentración de IgA sérica es <7 mg/dL y las concentraciones de IgG e IgM son normales. En cuanto a la valoración de la respuesta humoral, se cuantifican los niveles de IgG antes y después de la vacunación, donde se debería observar un aumento normal de los anticuerpos IgG después de esta.

No se realiza el cribado rutinario a miembros de la familia del paciente ya que la mayoría de los individuos con concentración de IgA baja no presentan manifestaciones clínicas significativas. Si se debe realizar el cribado a pacientes que han presentado reacciones transfusionales si algún miembro de su familia presenta déficit de IgA (3).

Por otro lado, si se debería valorar realizar un cribado de deficiencia de IgA en:
  • Niños que presentan otitis media recurrente, sinusitis y neumonía. En este caso, la evaluación de las inmunoglobulinas séricas se debe realizar después de los seis meses de edad debido a que las inmunoglobulinas maternas se conservan hasta esa edad. Debido a esto, los defectos de las inmunoglobulinas no se suelen diagnosticar hasta ese momento, ya que hasta que los anticuerpos maternos enmascaran la patología.
  • Pacientes con sinusitis crónica y enfermedades del tracto respiratorio recurrentes.
  • Pacientes que presentan celiaquía, patología autoinmune inexplicable o recurrente o infecciones en el tracto gastrointestinal por Giardia lambia.
  • Pacientes que han presentado reacciones anafilácticas a productos sanguíneos.

Cuando se diagnostica esta patología, se debe tener en cuenta los fármacos que anteriormente ha tomado el paciente, ya que ciertos medicamentos, como el ácido valproico o la fenitoína, pueden causar déficit de IgA que se puede revertir si se deja de administrar el fármaco responsable (4).



DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL


El diagnóstico de la deficiencia selectiva de IgA se realiza por exclusión. A la hora de realizar este diagnóstico, se deben descartar patologías como:

  • Inmunodeficiencia común variable: En esta patología, tanto la IgA como la IgG se encuentran disminuidas. Además, se puede observar una disminución de los niveles de IgM en la mitad de los pacientes. En las primeras etapas de esta patología se puede observar deficiencia de IgA. Asimismo, la concentración de linfocitos B de memoria se encuentra disminuida, además de observarse una respuesta deficiente a las vacunas. Esta entidad puede compartir mutaciones genéticas con la deficiencia de IgA.
  • Inmunodeficiencias primarias de un solo gen, como el síndrome de hiper- IgM ligado al cromosoma X: Estas entidades, además de niveles bajos de IgA, hay niveles bajos de algunas subclases de IgG.
  • Timoma: Se puede desarrollar el síndrome de Good, donde se observa deficiencia de linfocitos B, disminución de linfocitos T CD4+ e hipogammaglobulinemia. Estos pacientes presentan infecciones frecuentes. La resolución del timoma no resuelve la inmunodeficiencia.
  • Leucemia linfática crónica: en las etapas más avanzadas de esta enfermedad puede haber un déficit de IgA, además del resto de inmunoglobulinas.
  • Mieloma múltiple: Se produce una desregulación de las células B y las células T llevando a una disminución de los niveles de inmunoglobulinas.

Además de estas patologías, se debe tener en cuenta que ciertos fármacos pueden disminuir los niveles de IgA (6).



MANEJO CLÍNICO


Los pacientes que padecen deficiencia de IgA que se encuentran asintomáticos no hace falta que reciban ningún tipo de tratamiento. Se realizará una vigilancia periódica mediante revisión por el servicio de inmunología cada cuatro o seis meses.

Por otro lado, los pacientes que presentes síntomas deben ser seguidos por un equipo multidisciplinario donde se incluya alergología, reumatología, digestivo e infectología para detectar nuevas complicaciones o evolución a deficiencia común variable (1).

En cuanto a las manifestaciones alérgicas, se tratan dependiendo de los síntomas de estas. La administración de antibióticos se realizará en caso de infecciones bacterianas respiratorias, digestivas o del tracto urogenital o en el caso de otitis y sinusitis. En situaciones más severas, se pueden administrar antibióticos de manera profiláctica (3).

En relación con la vacunación, debido a que todos los pacientes responden de forma adecuada a todas las vacunas, se recomienda la inmunización contra el Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenziae tipo B. En lo que se refiere a las vacunas vivas, no se debe administrar la vacuna oral contra la poliomielitis debido al riesgo de excreción prolongada del virus. Se desaconseja la administración de la BCG y de la fiebre amarilla. En el estudio de Franco-Gallego y colaboradores se afirma que el resto de vacunas vivas son seguras aunque se deben administrar con precaución (1). En estudios como el de Rojas-Torres y colaboradores (4), sin embargo, se desaconseja administrar cualquier vacuna de virus vivo por mucosas o vía oral.

La terapia de reposición de inmunoglobulinas tiene poca utilidad en estos casos ya que mayoritariamente están conformadas por IgG y presentan muy poca cantidad de IgA, por lo que los pacientes con déficit de IgA no se benefician con esta. No obstante, existe un riesgo de sensibilización frente a la IgA y de reacciones anafilácticas en individuos que anteriormente desarrollaron anticuerpos anti-IgA. En casos donde no se ha generado una respuesta a la vacunación o los antibióticos profilácticos no son capaces de prevenir infecciones, se puede considerar utilizar preparados de inmunoglobulinas con niveles extremadamente bajos de IgA, debido a que han demostrado algo de eficacia (3).



PRONÓSTICO


El pronóstico de la deficiencia selectiva de IgA se encuentra determinado sobre todo de sus manifestaciones clínicas y de la presencia de enfermedades autoinmunes asociadas, en cuyo caso el pronóstico sería menos favorable. Aunque esta patología suele persistir a lo largo de la vida, no provoca una disminución en la calidad de vida de estos pacientes ni propicia la aparición de infecciones graves. De hecho, la mayoría de los pacientes se encuentran asintomáticos. En ciertos casos, se ha observado una recuperación espontánea.

Por otra parte, esta entidad puede progresar a una inmunodeficiencia común variable. Esta progresión sucede de forma gradual, por lo que se debe realizar una revisión a los pacientes cada cuatro o seis meses tras el diagnóstico (5).



RIESGO DE REACCIÓN A HEMODERIVADOS


Los pacientes que padecen deficiencia selectiva de IgA presentan un mayor riesgo de desarrollar reacciones adversas a transfusiones sanguíneas o hemoderivados. Este hecho es debido a que, como estos pacientes carecen de IgA, su sistema inmunitario reconoce esta inmunoglobulina como un organismo extraño, realizando anticuerpos contra ella, al recibir transfusiones sanguíneas u otros hemoderivados que contengan esta sustancia.

Los síntomas de estas reacciones adversas incluyen sudoración excesiva, fiebre alta y escalofríos. Además, los pacientes con déficit de IgA que han sido expuestos a IgA pueden presentar reacciones anafilácticas debido al desarrollo previo de anticuerpos anti-IgA (7).

Los pacientes con déficit de IgA que requieran componentes sanguíneos celulares, que contienen pequeñas cantidades de plasma y por tanto de IgA, deben ser transfundidos con productos sometidos a lavado con solución salina fisiológica (componentes "lavados"), procedimiento que elimina el plasma residual. Si se requieren componentes plasmáticos, deben utilizarse concentrados selectivos de factores de la coagulación con 0% de IgA, plasma procedente de donante con déficit completo de IgA o productos de origen recombinante, no debiendo utilizarse plasma de donante convencional sin modificar (8).



CONCLUSIÓN


La deficiencia selectiva de IgA es la inmunodeficiencia más frecuente en los seres humanos. En esta entidad, la IgA, inmunoglobulina encargada de la protección de las mucosas, se encuentra disminuida, mientras que el resto de inmunoglobulinas presentan valores normales. Tiene una prevalencia e incidencia variable, siendo más frecuente en la población caucásica.

En lo referente a su herencia y etiología, no se sabe con exactitud la naturaleza de ninguna de las dos. No obstante, se ha observado diferentes fallos en el funcionamiento de los linfocitos B y una disminución de ciertas citocinas que pueden contribuir a desarrollar esta condición. Además, se piensa que mutaciones en ciertos genes, como el gen TACI, pueden provocar deficiencia de IgA.

Como manifestaciones clínicas, las más frecuentes son las infecciones del tracto respiratorio, seguidas del tracto gastrointestinal. Asimismo, se pueden desarrollar distintos tipos de alergias y enfermedades autoinmunes. No obstante, la mayoría de estos pacientes no presentan síntomas. La calidad de vida de estos pacientes no se ve afectada, por lo que el pronóstico es bueno.

Para realizar el diagnóstico de la deficiencia selectiva de IgA, se debe hacer una analítica básica donde se incluye una medición de la concentración sérica de IgA, IgM e IgG, así como de sus subclases. El diagnóstico se confirma cuando la concentración de IgA sérica es <7 mg/dL y las concentraciones de IgG e IgM son normales. Es interesante distinguir esta condición de otras patologías donde el resto de inmunoglobulinas se encuentran también disminuidas. Se podría realizar, además, una valoración de la respuesta humoral mediante la cuantificación de anticuerpos específicos frente a antígenos vacunales, donde se observarían niveles normales de IgG antes y después de la vacunación.

La mayoría de pacientes con deficiencia selectiva de IgA, al no presentar síntomas, no necesitan tratamiento, basta con revisiones periódicas. El resto de los pacientes recibirán tratamiento sintomático dependiendo de las manifestaciones clínicas que presenten. La terapia de reposición de inmunoglobulinas está contraindicada.

Por último, se debe tener especial precaución a la hora de administrar hemoderivados a estos pacientes, ya que pueden desarrollar reacciones adversas.



BIBLIOGRAFÍA


1.- Franco-Gallego A, Pelaez-Sánchez RG, Trujillo CM, Rojas JL, Correa N, Franco JL. Deficiencia selectiva de inmunoglobulina A: manifestaciones clínicas, hallazgos de laboratorio y diagnóstico preciso. CES Medicina. 2020 Feb 11;34(1):64–73.

2.- Ribalta García, Gricel, Ángel M, Ojeda Odelin, Aymee, Ribalta García, Gricel, Ángel M, Ojeda Odelin, Aymee. IgA deficiente. Medicentro Electrónica [Internet]. 2023 [cited 2025 Jun 13];27(3):-. Available from: 
http://scielo.sld.cu/scielo.php?pid=S1029- 30432023000300017&script=sci_arttext&tlng=pt.

3.- Fernandez J. Deficiencia selectiva de IgA [Internet]. Manual MSD versión para profesionales. Manuales MSD; 2024 [cited 2025 Jun 13]. 
Available from: https://www.msdmanuals.com/es/professional/inmunolog%C3%ADa-y-trastornos- al%C3%A9rgicos/inmunodeficiencias/deficiencia-selectiva-de-iga.

4.- Rojas-Torres DS, Bastidas-Yaguana DK, Sierra-Santos L, Aguilar-Shea AL. Importancia del déficit selectivo de inmunoglobulina A. SEMERGEN - Medicina de Familia. 2014 Apr;40(3):e65–8.

5.- Yazdani R, Azizi G, Abolhassani H, Aghamohammadi A. Selective IgA Deficiency: Epidemiology, Pathogenesis, Clinical Phenotype, Diagnosis, Prognosis and Management. Scand J Immunol. 2017 Jan;85(1):3-12. doi: 10.1111/sji.12499. PMID: 27763681.

6.- Killeen RB, Joseph NI. Deficiencia selectiva de IgA. [Actualizado el 26 de junio de 2023]. En: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; enero de 2025. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK538205/.

7.- Mayo Clinic. Deficiencia selectiva de IgA: síntomas y causas [Internet]. Rochester (MN): Mayo Foundation for Medical Education and Research; [cited 2025 Jun 15]. Available from: https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/selective-iga-deficiency/symptoms-causes/syc-20362236.

8.- Apuntes asignatura de Hematología y Oncología y material adicional de prácticas. Hernández de León, NC; Rubio Batllés, M. UCLM 2025.