lunes, 24 de junio de 2024

Mastocitosis cutánea y sistémica



Autora : Sara Montemayor Rodero

4º Curso Medicina grupo "D" (curso 2023-24)

Código de trabajo : 2309-SMR





INTRODUCCIÓN


La mastocitosis fue descrita por primera ver como tal por Sezary en 1936 se define como una hiperplasia y, en consecuencia, acumulación de mastocitos maduros (producidos en la médula ósea) los cuales infiltran tejidos y órganos. Puede presentarse como afectación cutánea, más típica de la infancia y por lo general, autolimitada hasta la adolescencia en el 90% de los casos. Por otra parte, la afectación sistémica, cuyo principal foco es la médula ósea, es más frecuente en la edad adulta y de curso más crónico. Los órganos infiltrados son principalmente aquellos que contienen más fagocitos mononucleares, lugares por los que este tipo de células presentan especificidad, por lo que además de la médula también existe una afectación de la piel, el tracto intestinal, hígado o ganglios linfáticos (1).



EPIDEMIOLOGÍA


La mastocitosis es una enfermedad poco prevalente (1/10.000) (1). La afectación es más frecuente en la edad adulta en torno a los sesenta años, que además cursa casi en la totalidad de los casos con afectación sistémica y de manera crónica. En los pacientes de corta edad suele ser autolimitado hasta la adolescencia y con una afectación limitada a la piel.

Puede darse en ambos sexos, pero existe una mayor predisposición en los varones.



CLÍNICA


Podemos dividir las manifestaciones clínicas en función de la liberación de los mediadores que se encuentran en el interior del mastocito y las manifestaciones derivadas de la propia infiltración mastocitaria:

Los mastocitos contienen mediadores linfocitarios entre los que se encuentra la histamina, la heparina, leucotrienos… Su desgranulación provoca síntomas como el prurito, el más frecuente, la vasodilatación generando flushing sin sudoración, náuseas, rinorrea, taquicardia, o alteraciones de la coagulación (1,2). Esta liberación de mediadores de los mastocitos puede ver intensificado por factores desgranuladores de diversa índole como farmacológica; antiinflamatorios no esteroideos, opioides, antibióticos; de carácter físico como el ejercicio o cambios de temperatura; alimentos como alcohol o picantes; También el estrés, picaduras de insectos o la fiebre (3). Estos pueden dar lugar al conocido síndrome de liberación mastocitaria, a veces, incluso, a un shock anafiláctico por lo que los pacientes deben conocer la manera de autoadministrarse adrenalina.

Los síntomas derivados de la propia infiltración mastocitaria pueden ocasionar también manifestaciones como alteraciones hematológicas (anemia, trombocitopenia, leucopenia, basofilia) hepatoesplenomegalia, osteoporosis, que puede derivar en aplastamientos vertebrales o fracturas patológicas, por la diminución de la absorción del calcio, aunque también puede ser debida a la liberación de mediadores anteriormente nombrada, en concreto, la heparina. Si el patrón de la lesión ósea es de osteoesclerosis, el síntoma más frecuente es el dolor de localización no articular. (1)


MASTOCITOSIS CUTÁNEA


Esta presentación es más frecuente en la infancia. La OMS ha identificado cuatro formas de manifestaciones: urticaria pigmentosa, mastocitosis cutánea difusa, mastocitoma y telangectasia macularis eruptiva. Siendo la más frecuente la urticaria pigmentosa (Figura 1) y el mastocitoma, alcanzando el 90% (3). Se trata de máculas o pápulas de color amarillo o marronáceas con signo de Darier positivo. Las lesiones pueden confluir formando placas pruriginosas que se distribuyen principalmente por el tronco y con respeto de cara, cuello, cuero cabelludo, y la zona palmo-plantar.


Figura 1. Urticaria pigmentosa. Joe E, Soter N. 
En Current Dermatologic Diagnosis and Treatment, edited by 
I Freedberg, IM Freedberg, and MR Sanchez. Philadelphia, Current Medicine, 2001.

La clínica asociada a la urticaria pigmentosa, descrita por primera vez por Sangster en 1878 es el prurito seguido de flushing (3) sin sudoración y está desencadenado por agentes físicos descritos anteriormente. Esta modalidad puede asociar más clínica sistémica que otras, como el broncoespasmo o las crisis asmáticas aunque no es común en la infancia.


MASTOCITOSIS SISTÉMICA


Esta presentación clínica es más frecuente de los adultos y suele cursar como se nombró anteriormente con una afectación de la médula ósea del 90% y afectación ósea en un 50% de los casos (2). En los adultos, es más típico encontrar erupciones más monomorfas a diferencia de la afectación infantil que suele ser polimorfa. En los adultos las pápulas suelen tener un diámetro menor de un centímetro con el signo de Darier negativo (2).

Es relevante que en los pacientes adultos se les haga un seguimiento estrecho ya que tienen un riesgo superior a la población normal de desarrollar neoplasias, sobre todo hematológicas.

En la mayoría de los pacientes adultos que presentan mastocitosis se ha identificado una mutación por sustitución de aspartato por valina en el codón 816 del protooncogén c-kit, el cual codifica una tirosin-quinasa localizada en la membrana de los mastocitos y se encarga de estimular su proliferación. La mutación provoca pues la sobreactivación del mismo y por lo tanto, la proliferación descontrolada.


DIAGNÓSTICO


El diagnóstico de esta patología es principalmente clínico y se basa en la exploración física y la anamnesis del paciente. En la exploración física, la presencia del signo de Darier (Figura 2) es patognomónico (4); importante recordar que en los adultos la mayoría de las veces es negativo. El diagnóstico de confirmación vendrá dado a través de una biopsia del tejido donde se podrá observar la infiltración mastocitaria (Figura 3).




Figura 2. Signo de Darier positivo en un paciente con mastocitoma solitario. Se aprecia un incremento de la pápula y enrojecimiento de la lesión tras las fricción o traumatismo. Cortesía del servicio de Dermatología del hospital civil de Culiacán en la presentación de mastocitosis.

En el caso de presentar la mastocitosis sistémica, se estudiará una analítica con hemograma, niveles de triptasa sérica y coagulación entre otros. Pruebas de imagen (TAC principalmente ya que la gammagrafía ósea es un muy sensible pero poco específica) para observar si hay lesiones óseas, que pueden ser de dos tipos, osteoporóticos (49,5%) y osteoescleróticos en un 33%. Una biopsia de médula ósea donde se podrá ver un infiltrado mastocitario y es la prueba con mayor rentabilidad si se sospecha de afectación sistémica. Se puede realizar también un estudio de orina donde existe un aumento de los metabolitos de la histamina como el ácido 5-metil- imidazol-acético y de prostaglandina D2.



Figura 3: Biopsia con tinción de Hematoxilina-eosina a cuarenta aumentos de tejido afectado por la infiltración mastocitaria. Créditos: Angulo J, et al. Mastocitosis del adulto. Descripción de 9 casos clinicopatológicos en Actas Dermosifiliogr 2005;96(4):231-6.



TRATAMIENTO



El tratamiento es principalmente sintomático y conservador consistiendo en evitar los factores que precipitan la desgranulación de los mastocitos.

Para la prevención, como fueron comentados anteriormente los factores desencadenantes de la desgranulación, consistiría en evitar la exposición a fármacos como los antiinflamatorios no esteroideos, limitar la ingesta de alimentos picantes, evitar los cambios bruscos de temperatura entre otros. También se puede mantener la barrera cutánea usando emolientes. El paciente debe llevar siempre una inyección de adrenalina ante un posible shock anafiláctico. Si la clínica persiste se puede optar por fármacos antihistamínicos H1. Si no fuese suficiente también se puede intentar un bloqueo del receptor H2.

En algunos pacientes también se ha intentado la fototerapia (PUVA) en los cuales se ha obtenido una buena respuesta. Corticoides, cromoglicato sódico para los síntomas intestinales también son una opción en función de la afectación, por ejemplo, el cromoglicato sódico, para las alteraciones gastrointestinales ha dado buenos resultados. (1, 2)

Para la afectación ósea y en consecuencia su dolor, se pueden emplear fármacos como el interferón alfa 2b la cladribina o la radioterapia, es decir, en presentaciones agresivas. En mujeres post-menopaúsicas, se puede optar por usar moduladores de estrógenos y bifosfonatos. En caso de que el dolor no responda a ninguno de estos tratamientos anteriores se puede plantear la opción de radioterapia.
 


PRONÓSTICO


Como se ha ido explicando a lo largo de todo el texto, existen dos formas de la mastocitosis cutánea y sistémica.

El 90% de las presentaciones en la infancia son autolimitadas hasta la adolescencia. Por lo tanto, es en esta edad cuando se establece o no la afectación sistémica (10% restante). Los pacientes con afectación sistémica tienen un peor pronóstico por asociar un aumento de riesgo a padecer neoplasias hematológicas, así como transformaciones malignas en un 5% de los casos y un final fatal en un 30%.



CONCLUSIÓN


La mastocitosis es una enfermedad de baja prevalencia, cuya afectación e infiltración determina el pronóstico de una persona. El tratamiento solo es sintomático por lo que las formas más agresivas y avanzadas carecen de tratamiento adecuado con la consecuente reducción de la calidad de vida de los pacientes y el constante riesgo de malignización a una neoplasia hematológica.

La mutación más relacionada con la mastocitosis en adultos, la cual conlleva prácticamente en la totalidad de los casos una afectación sistémica, está relacionada con el gen de proliferación c-kit (en concreto sustituciones de aminoácidos, a diferencia de los GIST que presentan deleciones o inserciones en este gen, pero en el exón 11). En mi opinión, quizás este puede ser un frente de investigación por el cual tratar la sustitución y revertir las formas con afectación sistémica.



BIBLIOGRAFÍA


1. Mastocitosis sistémica y afectación ósea [Internet]. Elsevier.es. [citado el 17 de junio de 2024]. Disponible en: https://www.elsevier.es/es-revista-reemo-70-pdf-13034428


2. Mastocitosis del adulto. Descripción de 9 casos clinicopatológicos [Internet]. Actasdermo.org. [citado el 17 de junio de 2024]. Disponible en: https://actasdermo.org/es-pdf-13074891


3. Zegpi-Trueba MS, Hasbún-Acuña P, Berroeta-Mauriziano D. Mastocitosis cutánea: reporte de un caso. Revista Chilena de Pediatría. 2016;87(3):204–7.
Disponible en: http://dx.doi.org/10.1016/j.rchipe.2015.09.004


4. García Jesús, Wattiez Víctor, Aquino Nidia, Aldama Arnaldo, Gorostiaga Graciela, Rivelli Victoria et al. Mastocitosis cutánea en lactante. Pediatría. (Asunción) [Internet].2016 Ago [citado 2024 Jun 17]; 43(2): 145-150. Disponible en:
http://scielo.iics.una.py/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1683- 98032016000200007&lng=es. https://doi.org/10.18004/ped.2016.agosto.145-150.


miércoles, 5 de junio de 2024

Plasmocitoma solitario



Autora : Nerea Gómez Martínez

4º Curso Medicina grupo "D" (curso 2023-24)

Código de trabajo : 2308-NGM




INTRODUCCIÓN


La primera proliferación neoplásica de células plasmáticas fue descrita por Dalrymmple y Bence-Jones en 1846, y se caracterizaba por marcada proteinuria y dolores óseos. Posteriormente, en 1873, se acuñó el término de mieloma múltiple para esta enfermedad.

Las neoplasias malignas originadas a partir de los inmunocitos de la serie B (linfocitos B y plasmocitos) abarcan:

  • Mieloma múltiple y plasmocitoma solitario
  • Macroglobulinemia de Waldeström y otras gammapatías monoclonales
  • Leucemia linfoide crónica y linfomas malignos (1)

En el caso del plasmocitoma solitario, la malignización de las células plasmáticas produce un solo tumor localizado, histológicamente idéntico al mieloma múltiple. Dependiendo de su ubicación, puede denominarse Plasmocitoma Óseo Solitario (POS), cuando afecta al hueso, o Plasmocitoma Extramedular (PEM), si se localiza en cualquier otro tejido blando extraóseo y no compromete al esqueleto (fundamentalmente en el aparato respiratorio (90%) y gastroduodenal) (2).




Figura 1. Tumoración de la región anterior derecha de la nasofaringe, 
sin infiltrar ni adenomegalias (3)




Figura 2. Rx de columna lumbar que muestra una imagen lítica 
actual a nivel de L3 y en los 2 meses previos (2)



EPIDEMIOLOGÍA


El plasmocitoma solitario constituye un 2% aproximadamente de todas las neoplasias de células plasmáticas.

La mediana de edad de presentación son 55 años, siendo los varones los que enferman 2 veces más que las mujeres (4).

Además, se considera más frecuente el Plasmocitoma Óseo Solitario que el Plasmocitoma Extramedular.

No se conocen factores predisponentes a padecer este tipo de enfermedad.

El Plasmocitoma Óseo Solitario se asienta principalmente sobre la columna vertebral, y menos frecuentemente en costillas, esternón, pelvis, clavícula, escápula, cráneo y huesos largos.

El 75% de los Plasmocitomas Extramedulares se asientan a nivel nasosinusal/nasofaríngeo, el 12% en orofaringe y el 8% en laringe. Otros lugares menos frecuentes son lengua, glándulas salivares menores, tiroides, glándula parótida (1).



CLÍNICA


La principal manifestación clínica del Plasmocitoma Óseo Solitario consiste en provocar dolor dependiendo la zona donde se encuentre, en la mayoría de los casos, dolor a nivel torácico y/o lumbar (por su más frecuente localización en columna vertebral). En otras ocasiones, se detecta como un hallazgo casual en forma de fractura lítica (2).

Los Plasmocitomas Extramedulares se localizan en áreas submucosas, y entre un 80- 90% acontecen a nivel de la cabeza, y, sobre todo, a nivel del tracto aerodigestivo superior, afectando con mayor frecuencia a fosas paranasales y rinofaringe. La localización laríngea es excepcional, y la epiglotis es la estructura frecuentemente más afectada, y su síntoma más frecuente en localización craneana y cervical es la tumoración de crecimiento progresivo y dolor local (1). En estos casos, se requiere de diferenciación de los linfomas MALT y plasmablástico (4).



DIAGNÓSTICO


Las tres variedades de los tumores de células plasmáticas (Plasmocitoma Óseo Solitario, Plasmocitoma Extramedular y Mieloma Múltiple) son indistinguibles histológicamente; son únicamente diferenciables en base a una combinación de pruebas histológicas específicas y estudio de afectación sistémica. Su buen diagnóstico es indispensable, pues el tratamiento y la supervivencia son diferentes (1).

En cualquiera de los dos tipos de Plasmocitoma se puede detectar proteína monoclonal y relación anormal de sFLC en suero, pero para su diagnóstico es necesario realizar el examen histológico de la lesión y (al igual que en el Mieloma Múltiple) aspirado y biopsia de la médula ósea, estudios bioquímicos y pruebas de imagen (RMN de cuerpo completo, PET-TC si Plasmocitoma Extramedular -y eventualmente en Plasmocitoma Óseo Solitario-) (4).

El diagnóstico histológico es establecido por la presencia de agregados de células plasmáticas con frecuentes atipias, como la presencia de nucleolos irregulares, inversión en la proporción núcleo/citoplasma, más infiltración de tejido adyacentes, células binucleadas. la naturaleza monoclonal de las células plasmáticas confirma por inmunocitoquímica, tiñendo para cadenas de inmunoglobulinas kappa y lambda. Es frecuente encontrar hallazgos inflamatorios, incluyendo granulomas y depósitos amiloides.

Los criterios para diagnosticar el Plasmocitoma Extramedular son: masa solitaria extramedular de células plasmáticas monoclonales, biopsia de médula ósea normal, ausencia de alteraciones óseas radiológicas, no anemia, hipercalcemia ni alteración de la función renal debida a la discrasia de células plasmáticas y ausencia o mínima paraproteína en suero u orina (5).


En el aspirado de médula ósea se puede detectar una infiltración leve de células plasmáticas monoclonales que indican un alto riesgo de progresión a mieloma múltiple (6).



TRATAMIENTO


La radioterapia (40-50 Gy en 20 fracciones durante 4 semanas) es el tratamiento de elección para tratar el Plasmocitoma; sin embargo, algunos autores se debaten sobre si la radioterapia no es suficiente para pacientes con alto riesgo de progresión a Mieloma Múltiple, para lo que se puede utilizar la quimioterapia (7), aunque esto todavía está en constante debate. Además, adicionalmente se utiliza el tratamiento quirúrgico de los Plasmocitomas Óseos Solitarios en caso de fractura patológica o alto riesgo de esta, y en casos de complicaciones neurológicas.

Las recurrencias locales después de la radioterapia son inferiores al 5% (5). No están indicados los bifosfonatos.

Tras la finalización del tratamiento, los enfermos precisan monitorización cada 3-6 meses para detectar una eventual progresión hacia Mieloma Múltiple o (más raro) recidiva local (4).



PRONÓSTICO


La supervivencia y el periodo libre de enfermedad va a variar dependiendo del tipo de Plasmocitoma al que nos enfrentemos.

Aunque ambas formas de Plasmocitoma (óseo y extramedular) responden bien al tratamiento, la supervivencia y la progresión del Plasmocitoma Óseo Solitario es peor que la del Plasmocitoma Extramedular, debido a su alta tasa de evolución a Mieloma Múltiple (7).

En los Plasmocitomas Óseos Solitario es el indicador pronóstico es la progresión a Mieloma Múltiple, que se produce en el 35-50% de los pacientes diagnosticados entre los 3-5 años del diagnóstico. Por esta razón, a pesar de haber tenido una buena respuesta al tratamiento con radioterapia, deben llevar un seguimiento estrecho por tiempo prolongado, pues se conocen recidivas después de hasta 28 años tratados (1).

La transformación mielomatosa ocurre entre un 8% y 30% en Plasmocitomas Extramedulares.

La supervivencia global de los Plasmocitomas Óseos Solitarios tiene una mediana de 10 años, mientras que la de los Plasmocitomas Extramedulares es de 8-13 años; así como el periodo libre de enfermedad a los 10 años en el Plasmocitoma Óseo Solitario es del 15-40%, y el de los Plasmocitomas Extramedulares es del 40-70%.

Se han buscado factores pronósticos de la transformación del Plasmocitoma en Mieloma Múltiple, sin llegar a ser concluyentes. Se ha postulado que niveles de la proteína de Bence-Jones en orina superiores a 1mg/cm3 son estadísticamente significativos con la transformación mielomatosa. Otros factores que pueden influir son localizaciones múltiples, presencia de adenopatías, existencia de destrucción ósea, (sobre todo en individuos jóvenes), y las recidivas locales que aumentan el riesgo de diseminación (6).


CONCLUSIÓN


Los Plasmocitomas son tumores de baja frecuencia, histológicamente indistinguibles del Mieloma Múltiple, que representan una proliferación neoplásica de células plasmáticas.

Los plasmocitomas pueden ser de dos tipos:

  • Plasmocitoma óseo solitario (diagnosticado en lesiones líticas sobre todo vertebrales)
  • Plasmocitoma extramedular (con localización primariamente submucosa de vía respiratoria superior y cavidad bucal, y agresividad local).

Ambos tipos deben ser resecados quirúrgicamente si están bien delimitados, pero el tratamiento base es la radioterapia (y quimioterapia si hay alto riesgo de evolución a Mieloma Múltiple, todavía en discusión).

La aparición del Mieloma Múltiple representa la progresión de las formas más malignas en variable porcentaje dependiendo del tipo de plasmocitoma, sin haberse identificado factores predictivos de dicha progresión, y es el principal factor pronóstico de estos pacientes.

El Plasmocitoma Óseo Solitario tiene un peor pronóstico general que el plasmocitoma extramedular.




BIBLIOGRAFÍA


1. Krivoy A, Krivoy J, Krivoy M. Plasmocitoma solitario de cabeza: Presentación de dos casos. Gaceta Médica de Caracas. junio de 2008;116(2):143-51.

2. Franquelo Morales P, Valero Serrano B, Syldor MH, González Martínez F. Plasmocitoma Óseo Solitario. Revista Clínica de Medicina de Familia. octubre de 2010;3(3):229-32.

3. Corvo M, Granato L, Ikeda F, De Próspero J. Extramedullary nasal plasmacytoma: Literature review and a rare case report. Int Arch Otorhinolaryngol. 9 de enero de 2014;17(02):213-7.

4. Plasmocitoma solitario [Internet]. [citado 19 de mayo de 2024]. Disponible en: https://empendium.com/manualmibe/tratado/social/chapter/B76.VI.H.4.1.1.

5. Alcaide-Matas F, Galán-Álvarez P, Campano-Cruz I, Fernández-Alonso A, Oliva-Berini E, García-Olives F. Plasmocitoma solitario extramedular de localización perianal. Cir Esp. 1 de enero de 2007;81(1):54-5.

6. Caers J, Paiva B, Zamagni E, Leleu X, Bladé J, Kristinsson SY, et al. Diagnosis, treatment, and response assessment in solitary plasmacytoma: updated recommendations from a European Expert Panel. J Hematol Oncol. 16 de enero de 2018;11(1):10.

7. Grammatico S, Scalzulli E, Petrucci MT. Solitary Plasmacytoma. Mediterr J Hematol Infect Dis. 2017;9(1):e2017052.


lunes, 1 de abril de 2024

Eliptocitosis congénita

 

Autor : Mario Pérez Verdejo

4º Curso Medicina grupo "B" (curso 2023-24)

Código de trabajo : 2307-MPV


INTRODUCCIÓN

La eliptocitosis congénita o hereditaria es una patología caracterizada por una alteración de la forma de los glóbulos rojos. Los hematíes se encuentran deformados adquiriendo una forma elíptica u ovalada en vez de la habitual forma bicóncava (1). La eliptocitosis congénita es un trastorno autosómico dominante raro causado por alteraciones en la membrana eritrocitaria. Habitualmente, la hemólisis es leve o nula y se acompaña de una anemia que puede ser leve o estar ausente. En ocasiones, sin embargo, se puede observar esplenomegalia e ictericia (2).



Figura 1. Muestra de eliptocitos en sangre periférica.

Autores: A. Domingo Claros, E de la Banda. Hospital Universitari de Bellvitge.

Además, existe una variante grave e infrecuente que es la piropoiquilocitosis hereditaria caracterizada por anemia hemolítica, microesferocitosis, poiquilocitosis y una susceptibilidad aumentada de los hematíes a romperse (3).


EPIDEMIOLOGÍA Y FISIOPATOLOGÍA

La eliptocitosis congénita afecta aproximadamente a 1 de cada 2000 personas de origen europeo y sobre todo es más común en personas de ascendencia africana y mediterránea (6). La prevalencia se estima en 1 de cada 1000-4000 habitantes, aunque puede ser subestimada debido a la gran cantidad de pacientes asintomáticos. Sin embargo, en áreas endémicas de malaria como África occidental, la prevalencia puede ser de hasta 1 de cada 50 habitantes, lo que quizá se puede explicar por la mayor resistencia que presentan los eliptocitos a la infección. La piropoiquilocitosis por su parte representa menos del 10% de los casos de eliptocitosis congénita (7).

La eliptocitosis congénita es provocada por alteraciones de la membrana eritrocitaria. Se trata de una enfermedad de herencia autosómica dominante caracterizada por mutaciones genéticas que involucran los enlaces proteicos horizontales entre la membrana y el citoesqueleto de los hematíes. Las proteínas que pueden verse afectadas son (7):

  • Proteína 4.1

  • Alfa-espectrina

  • Beta-espectrina

  • Glicoforina C




Figura 2. Localización de algunos genes de proteínas de la membrana eritrocitaria (4)

(Dar click sobre la imagen para aumentar)

Como resultado de estas mutaciones, se produce una disminución de la vida de los glóbulos rojos junto a una mayor susceptibilidad a la hemólisis que suele ser generalmente extravascular y leve en la mayoría de las ocasiones.

La piropoiquilocitosis hereditaria es una rara variante caracterizada por una anemia hemolítica severa que se hereda de forma autosómica recesiva por mutaciones en homocigosis o doble heterocigosis en el gen de la espectrina (7).


CLÍNICA

Podemos dividir la eliptocitosis congénita en varios grupos según la clínica que presente el paciente:

  • Eliptocitosis congénita silenciosa: Habitualmente se trata de pacientes heterocigotos, que son clínicamente asintomáticos completamente y con una biometría y morfología del frotis normal. Normalmente se trata de familiares de pacientes con eliptocitosis congénita o piropoiquilocitosis hereditaria en los que se han encontrado sutiles defectos en la membrana eritrocitaria (4).

  • Eliptocitosis congénita común con hemólisis mínima: Es la forma clínica más común. La inmensa mayoría de los pacientes son asintomáticos y, aunque se observan numerosos eliptocitos en el frotis, estos presentan una supervivencia normal o como máximo una supervivencia ligeramente disminuida. En estos pacientes la hemólisis está compensada mediante un aumento de reticulocitos, por lo que raramente se va a observar anemia y/o esplenomegalia (4).

  • Eliptocitosis congénita común con hemólisis crónica: En estos pacientes el grado de hemólisis es mayor y no puede ser compensado. Estos pacientes suelen mostrar una anemia normocítica normocrómica (más leve en pacientes heterocigotos) y ocasionalmente se puede observar esplenomegalia (4).

  • Eliptocitosis congénita común con hemólisis esporádica: En pacientes con una eliptocitosis mínima que no presentan hemólisis en condiciones normales, se pueden desarrollar crisis hemolíticas por ciertos estímulos que afecten al sistema fagocítico: hepatitis viral, cirrosis hepática, infecciones bacterianas y por parásitos… También puede ocurrir en pacientes con púrpura trombocitopénica trombótica, durante el embarazo o en situaciones que provoquen un déficit de vitamina B12 (4).

  • Eliptocitosis congénita común con poiquilocitosis infantil: Dentro de este grupo se pueden incluir pacientes con una eliptocitosis congénita común heterocigota con hemólisis leve o nula, pero que al nacimiento presentan una hemólisis moderada-severa, que se distingue de una piropoquilocitosis hereditaria o de una eliptocitosis congénita homocigota porque, pasado un tiempo variable, se transforma de forma espontánea en una eliptocitosis congénita heterocigota común sin anemia y sin poiquilocitosis visible. Esto ocurre en pacientes heterocigotos en los que hay un exceso de hemoglobina fetal al nacimiento, aumentando la susceptibilidad de los eritrocitos a la hemólisis (4).

  • Eliptocitosis congénita común homocigota: Los pacientes que se encuentran dentro de este grupo presentan una clínica mucho más severa que los anteriores. Se puede observar una hemólisis descompensada con una anemia severa (el paciente presenta de 2 a 6 g de hemoglobina), aunque algunos pacientes pueden presentar un cuadro menos severo. También se observa un mayor porcentaje de pacientes con esplenomegalia y un menor porcentaje de respuesta a esplenectomía que en los grupos anteriores (4).

  • Piropoiquilocitosis hereditaria: En los pacientes que presentan esta variante, se ve una hemólisis grave junto a una anemia severa durante los primeros meses de vida e hiperbilirrubinemia al nacimiento y esplenomegalia. Con frecuencia presentan un retraso en el crecimiento y en el desarrollo secundario a la anemia y un abombamiento notable del hueso frontal por el aumento de la eritropoyesis. También, debido a la gran cantidad de bilirrubina excretada, se pueden observar cálculos biliares a edades tempranas (4).


DIAGNÓSTICO

Para el diagnóstico de la eliptocitosis congénita podemos hacer una anamnesis y una exploración física exhaustiva y acompañarnos de una serie de pruebas complementarias eficaces:

  • Anamnesis: Se debe preguntar al paciente sobre antecedentes familiares de eliptocitosis congénita y/o de otras posibles patologías que cursen con anemia hemolítica o trastornos sanguíneos. También hay que preguntar al paciente sobre la presencia de síntomas como fatiga, debilidad o ictericia.

  • Exploración física: Con una exploración física correcta y exhaustiva se pueden descubrir signos de palidez cutánea indicadores de anemia y esplenomegalia al realizar una buena palpación abdominal.

  • Pruebas complementarias: Entre las pruebas complementarias que se pueden realizar para el diagnóstico de eliptocitosis congénita se encuentran:

Hemograma: Puede objetivar bajos niveles de hemoglobina, así como de hematocrito y de glóbulos rojos. Habitualmente, el volumen corpuscular medio y la concentración de hemoglobina corpuscular media son normales, aunque en los casos más severos y en la piropoiquilocitosis hereditaria el volumen corpuscular medio estará disminuido y la concentración de hemoglobina corpuscular media se encontrará aumentada (3) (5).

Frotis de sangre periférica: Habitualmente se ven al menos un 60% de eritrocitos con forma elíptica (eliptocitos) o en forma de cigarro en la muestra (5). En la piropoiquilocitosis hereditaria se pueden observar junto a los eliptocitos una cantidad variable de esquistocitos y microesferocitos (3).


Figura 3. Frotis de sangre periférica en el que se observan múltiples eliptocitos.


Electroforesis de hemoglobina: Pueden objetivar variantes de hemoglobina anormales, aunque esto no es necesario para el diagnóstico de eliptocitosis congénita. Sin embargo, permitirá descartar otras posibles enfermedades hemolíticas.
 
Prueba de fragilidad osmótica: En los casos leves la resistencia osmótica eritrocitaria es normal, aunque en casos más severos se puede objetivar una resistencia eritrocitaria disminuida (5).

Prueba de autohemólisis de eritrocitos: Mide la cantidad de hemólisis espontánea que ocurre tras 48 horas de incubación estéril y en pacientes con patología severa va a mostrar una hemólisis aumentada (5).  

Test de Coombs directo: Los resultados serán negativos ya que la causa de la hemólisis va a ser un defecto congénito de la membrana de los eritrocitos y no hay ninguna causa inmune de por medio (5).

Test genéticos: Pueden mostrar mutaciones características, dando un diagnóstico definitivo y proporcionado información añadida sobre el tipo de mutación.

Ecografía abdominal: Se puede realizar si se sospecha esplenomegalia y no es objetivable a la exploración.


TRATAMIENTO

Actualmente no hay un tratamiento curativo para la eliptocitosis congénita. Por lo tanto, el tratamiento se centra en controlar la sintomatología y prevenir posibles complicaciones en estos pacientes. En pacientes asintomáticos o con sintomatología leve en muchas ocasiones no es necesario tratamiento (6), pero en casos más graves sí puede ser necesario pautar un tratamiento de soporte y corregidor de las crisis hemolíticas:

  • Tratar la fatiga y la debilidad asociada en pacientes que desarrollan anemia.

  • Administrar suplementos de ácido fólico para aumentar la producción de glóbulos rojos y en pacientes con anemia ayudar a reducir la sintomatología.

  • Realizar transfusiones sanguíneas en casos más graves en los que los pacientes presentan anemia severa secundaria a la crisis hemolítica. Sin embargo, es recomendable intentar limitar las trasfusiones por los riesgos que esta conlleva.

  • Quelantes de hierro en pacientes a los que se les ha hecho transfusiones sanguíneas recurrentes y se evidencia una sobrecarga de hierro.

  • Tratamiento de la hiperbilirrubinemia y de los cálculos biliares en pacientes con piropoiquilocitosis hereditaria.

  • La esplenectomía es el único tratamiento específico para la eliptocitosis congénita. La esplenectomía puede ser útil en pacientes que presentan crisis hemolíticas, anemia severa, esplenomegalia sintomática u otras complicaciones (5). Sin embargo, esto no va a ser eficaz en aproximadamente la mitad de los pacientes.


PRONÓSTICO

El pronóstico de la eliptocitosis congénita en general es bastante bueno y no tiene efecto en la esperanza de vida ni causa complicaciones serias (7). En pacientes asintomáticos la enfermedad puede pasar desapercibida toda la vida y en pacientes con sintomatología leve puede incluso no ser necesario tratamiento. Sin embargo, algunos pacientes con eliptocitosis congénita homocigota o pacientes que presenten piropoiquilocitosis hereditaria pueden tener crisis hemolíticas que produzcan anemia, ictericia, cálculos biliares y otras complicaciones graves y potencialmente mortales que necesiten tratamiento urgente.

En general, el pronóstico del paciente va a depender sobre todo de la gravedad de la enfermedad, de las complicaciones asociadas y de la respuesta al tratamiento, siendo muy bueno en personas asintomáticas o con sintomatología leve y buena respuesta al tratamiento, mientras que en pacientes con sintomatología más grave y peor respuesta al tratamiento puede afectar a su calidad de vida a largo plazo.


CONCLUSIÓN

En definitiva, la eliptocitosis congénita es una enfermedad hematológica hereditaria poco común causada por alteraciones en la membrana de los eritrocitos. Generalmente cursa de forma asintomática por lo que seguramente esté subestimada, aunque en algunos pacientes se puede desarrollar de forma más severa o en forma de la variante piropoiquilocitosis hereditaria causando crisis hemolíticas que cursen con anemia, ictericia, cálculos biliares… La mayoría de los pacientes no van a necesitar tratamiento y su pronóstico va a ser generalmente bueno, pero los pacientes con sintomatología más grave pueden requerir tratamiento de soporte y se puede realizar esplenectomía con la intención de controlar la sintomatología, prevenir complicaciones y mejorar el pronóstico.

Aunque puede presentar una gran variedad de síntomas y complicaciones, un diagnóstico temprano y un manejo adecuado van a ayudar a mejorar el pronóstico y la calidad de vida de los pacientes en los que la enfermedad se presente de forma más agresiva.



BIBLIOGRAFÍA


(1) Martinez Sáez, F. Eliptocitosis (Feb 2018). Página web. Enciclopedia de Salud y Medicina Tuotromedico. Disponible en : Eliptocitosis: Causas, Síntomas y Tratamiento

(2) Lichtin AE. Esferocitosis y eliptocitosis hereditarias (Oct 2017) MSD Manual. Univadis from Medscape, Aptus Health. Disponible en : Esferocitosis y eliptocitosis hereditarias

(3) Villatoro V, To, M. Una guia de laboratorio de Hematología Clínica. Capítulo 9.2. Eliptocitosis hereditaria y variantes relacionadas. Open Education Alberta. Disponible en : Eliptocitosis Hereditaria y Variantes Relacionadas - LibreTexts Español

(4) Amador Guerrero, MT, Pérez Vega, S. Estrada, FJ, Ramos Kuri, M. García Tello, S. Carrillo-Farga, J. Las eliptocitosis hereditarias. Correlación morfológico-molecular. Rev Mex Patol Clin 2002; 49 (4): 185-202. Disponible en : Pt24-Eliptocitosis (medigraphic.com)

(5) Braunstein, EM. Esferocitosis y eliptocitosis hereditarias. Manual MSD versión para profesionales. Disponible en : Esferocitosis y eliptocitosis hereditarias - Hematología y oncología - Manual MSD versión para profesionales

(6) Gersten, T. Eliptocitosis hereditaria (Enero 2022). MedlinePlus enciclopedia médica. Disponible en : Eliptocitosis hereditaria: MedlinePlus enciclopedia médica

(7) Zanella, A (revisor). Hereditary elliptocytosis (Abril 2014). Orphanet. Disponible en : Orphanet: Hereditary elliptocytosis

lunes, 25 de marzo de 2024

Enfermedad Injerto Contra Receptor aguda y crónica



Autor : Samuel Sánchez Montero

4º Curso de Medicina grupo "B" (curso 2023-24)

Código de trabajo : 2306-SSM



INTRODUCCIÓN


La Enfermedad Injerto Contra Receptor (EICR; anteriormente conocida como Enfermedad Injerto Contra Huésped / Hospedador -EICH-) se ha consolidado como una complicación grave del trasplante de células hematopoyéticas, que afecta a aproximadamente al 20-50% de los pacientes (1). Esta condición, que surge cuando el injerto (células o médula ósea del donante) ataca los tejidos sanos del paciente receptor del trasplante, al reconocerlos como extraños. Dado que la EICR puede ocurrir después de un trasplante de médula ósea o de células madre, principalmente en trasplantes alogénicos donde el donante y el receptor no son genéticamente idénticos, la probabilidad de desarrollar esta enfermedad depende en gran medida de la compatibilidad entre el donante y el receptor (2).

Con este texto analizaremos más en detalle las diferentes perspectivas sobre la EICR aguda y crónica, abordando desde sus fundamentos hasta las medidas de prevención y manejo. Es importante que considere tanto las manifestaciones clínicas como las estrategias para el diagnóstico y tratamiento de la EICR, para que se obtenga una comprensión global de esta enfermedad tan compleja. 


FUNDAMENTOS DE LA EICR





Ilustración 1: Una célula T (en azul) ataca a una célula infectada (en verde). Hay células T que nunca se han expuesto a un antígeno. Fuente: Instituto Nacional de EEUU del cáncer.


La EICR representa un desafío médico que surge tras el trasplante de células madre o médula ósea, marcado por un ataque del nuevo tejido donado al cuerpo del receptor. Este fenómeno se observa con mayor frecuencia en los trasplantes alogénicos, donde el tejido trasplantado y el receptor no comparten una identidad genética completa. A continuación, se detallan los fundamentos clave de la EICR.

 

TIPOS DE EICR


EICR Aguda: Se manifiesta durante los primeros 100 días postrasplante, afectando principalmente la piel, el tracto gastrointestinal y el hígado. La causa principal es la activación de las células T del sistema inmune del donante.

EICR Crónica: Aparece después de los primeros 100 días y puede afectar múltiples órganos o sistemas de órganos, similar a una enfermedad autoinmune. La implicación de células T y B del sistema inmune del donante es notable (1).


FACTORES DE RIESGO


  • Compatibilidad entre el HLA del donante y del receptor.
  • Edad del donante y del receptor.
  • Origen de las células hematopoyéticas.
  • Intensidad del régimen de acondicionamiento previo al trasplante (1).

 

PROBABILIDAD DE DESARROLLO


Trasplantes Alogénicos: Riesgo aumentado de 60% a 80% debido a la discrepancia genética entre donante y receptor (2) .

Trasplantes Autólogos o de Donantes Relacionados
: Menor riesgo, estimado entre 35% y 45%, gracias a la mayor similitud genética o identidad completa (2).

La diferenciación entre las formas aguda y crónica de la enfermedad, junto con la identificación de factores de riesgo específicos, les permite a los médicos adaptar los enfoques terapéuticos a las necesidades individuales de cada paciente, maximizando así las posibilidades de éxito del trasplante y minimizando las posibles complicaciones asociadas.


MANIFESTACIONES CLÍNICAS DE LA EICR AGUDA



La EICR aguda se presenta manifestándose principalmente en la piel, el tracto gastrointestinal y el hígado. Este fenómeno suele ocurrir durante los primeros tres meses después del trasplante. Los factores que incrementan el riesgo de desarrollar EICR incluyen la irradiación total del cuerpo como parte del acondicionamiento antes del trasplante, así como la edad avanzada del paciente y del donante (3). 


MANIFESTACIONES CUTÁNEAS


Los síntomas cutáneos de la EICR aguda incluyen sarpullido, enrojecimiento, ampollas y úlceras, mientras que los síntomas de la EICR crónica abarcan sarpullido, picazón, piel escamosa, pérdida de áreas de piel y endurecimiento de la textura de la piel.

El sarpullido puede manifestarse como un de un sarpullido leve y fino en la espalda, hombros, orejas o cuello, palmas de las manos o plantas de los pies, puede parecerse a una quemadura solar con descamación o ampollas, o puede sentirse como una erupción por calor y eventualmente extenderse (3).


MANIFESTACIONES GASTROINTESTINALES


Dolor abdominal, diarrea con o sin sangre, náuseas y/o vómitos, pérdida de apetito o sensación de estar lleno después de comer solo un poco (3).


MANIFESTACIONES HEPÁTICAS


Aumento de las enzimas hepáticas, ictericia (amarillamiento de los ojos y la piel) y orina oscura (3).
 
 
 

MANIFESTACIONES CLÍNICAS DE LA EICR CRÓNICA



La EICR Crónica presenta un conjunto de manifestaciones clínicas que afectan múltiples órganos y sistemas, lo que requiere una comprensión detallada para su diagnóstico y manejo:


ÓRGANOS COMUNMENTE AFECTADOS Y SÍNTOMAS


  • Piel: Rash, endurecimiento o decoloración de la piel, y engrosamiento de la misma (4)
  • Ojos: Sequedad ocular, irritación o cambios en la visión (4)
  • Boca: Boca seca, llagas bucales o sensibilidad a alimentos picantes (4)
  • Pulmones y Hígado: Dificultad para respirar, sibilancias, cicatrización en los pulmones y el hígado, y flujo biliar reducido. (4)
  • Sistema Musculoesquelético: Fatiga, debilidad muscular, dolor crónico, y rigidez o dolor en las articulaciones (4).
  • Sistema Reproductivo: Sequedad vaginal y pérdida de peso (4).



Ilustración 2: Manifestaciones clínicas de los dos tipos de EICR. Fuente: ScienceDirect


DIAGNÓSTICO


El diagnóstico de la EICR se basa principalmente en la evaluación clínica del paciente, aunque se pueden emplear diversas pruebas y procedimientos para confirmar la presencia y el alcance de la enfermedad.


EVALUACIÓN CLÍNICA Y ANATOMOPATOLÓGICA


La diagnosis de la EICR es mayormente clínica, pero en casos dudosos, una biopsia de piel puede ofrecer claridad adicional (5).

En determinadas situaciones, se pueden requerir biopsias adicionales, como biopsias hepáticas o de mucosa gastrointestinal, para evaluar el impacto de la EICR en otros órganos (6).

PRUEBAS ANALÍTICAS Y DE IMAGEN


  • Pruebas analíticas : Son útiles para evaluar la función hepática y detectar anomalías que puedan indicar EICR (6).
  • Estudios por Imágenes: Incluyen radiografías, TC y PET para identificar afectaciones en órganos específicos. La cápsula endoscópica puede ser particularmente útil para examinar el tracto gastrointestinal (6).

Este enfoque multidimensional en el diagnóstico de la EICR permite no solo confirmar la presencia de la enfermedad sino también determinar su severidad y el mejor curso de tratamiento para cada paciente. La combinación de evaluaciones clínicas con pruebas de laboratorio, estudios por imágenes y, en algunos casos, tratamientos experimentales, constituye la base para un manejo eficaz de esta compleja condición.


TRATAMIENTO Y MANEJO DE LA EICR


El tratamiento y manejo de la EICR se basa en una estrategia multifacética que incluye tanto opciones farmacológicas como no farmacológicas, adaptadas a la severidad de la enfermedad y a los órganos afectados. A continuación, se detallan las opciones de tratamiento principales:


OPCIONES DE TRATAMIENTO LOCAL


  • Terapia Local: Uso de cremas para la piel (4).
  • Terapia Sistémica: Uso de fármacos inmunosupresores como prednisona, ciclosporina, tacrolimus, sirolimus, ibrutinib, ruxolitinib, belumosudil, metotrexato, micofenolato mofetilo, olumacostat glasaretil, fotoféresis, e interleucina-2 de baja dosis (4).
  • Monitoreo: Los pacientes deben examinar su cuerpo semanalmente para detectar signos de EICR crónica y reportar cualquier hallazgo inusual a su médico de inmediato (4). El diagnóstico y monitoreo de la EICR implican una vigilancia constante de los pacientes para detectar signos tempranos de la enfermedad, lo que permite un tratamiento oportuno y adecuado (1).
  • Continuidad del Tratamiento: Es crucial continuar con la medicación incluso después de sentir mejoría para prevenir recaídas o el empeoramiento de la enfermedad (4).


TRATAMIENTO ALTERNATIVO


Si la EICR no responde a los corticosteroides, pueden emplearse otras opciones de tratamiento, tales como:

  • Globulina antitimocítica
  • Fotoféresis: Se aplica en casos seleccionados, especialmente en EICR crónica, para tratar síntomas cutáneos mediante la exposición de la sangre a la luz UV después de ser tratada con un fotosensibilizador.(1)

TRATAMIENTOS AVANZADOS PARA EICR CRÓNICA


Por hablar un poco sobre medicamentos que nos infunden esperanza, comentaremos el caso de Belumosudil. Aprobado por la FDA para el tratamiento de EICR crónica, ha mostrado mejoría en los síntomas en los órganos más comúnmente afectados: piel, hígado, pulmón, intestino, ojo y articulación (7).

El 75% de los pacientes respondieron, evidenciando una mejora en los síntomas de EICR crónica. Este fármaco actúa reduciendo la actividad de las células inmunes y previniendo la cicatrización de tejidos, con una duración media de mejora de los síntomas de 50 semanas (7).

Estudios sobre el uso de Etanercept en EICR aguda refractaria a esteroides después de un trasplante de células hematopoyéticas han mostrado una tasa de respuesta del 80%, con un 60% de respuestas parciales y un 20% de respuestas completas, apoyando su uso especialmente en casos con síntomas digestivos (8).


TERAPIAS EXPERIMENTALES Y AVANCES RECIENTES


Células Estromales Mesenquimales (MSCs): Han mostrado resultados prometedores en la prevención y tratamiento de la EICR, con una mayor supervivencia general y respuesta al tratamiento en los grupos de MSC en comparación con los grupos de control (9) . 


El tratamiento de la EICR es complejo y requiere una estrategia individualizada basada en la evaluación continua del paciente y la adaptación del tratamiento a su evolución clínica. La introducción de nuevos tratamientos y el uso de terapias combinadas han mejorado significativamente las perspectivas para los pacientes afectados por esta condición de difícil manejo.


PREVENCIÓN E IDENTIFICACIÓN DE FACTORES DE RIESGO


La prevención de la EICR y la identificación de factores de riesgo constituyen aspectos cruciales en el manejo de pacientes sometidos a trasplante de células hematopoyéticas. A continuación, se detallan estrategias y factores relevantes:

SELECCIÓN DEL DONANTE Y COMPATIBILIDAD HLA


La compatibilidad entre el donante y el receptor es fundamental para minimizar el riesgo de EICR. Una alta compatibilidad HLA puede reducir significativamente la incidencia de EICR.

Las estrategias de prevención incluyen la tipificación HLA precisa y la selección cuidadosa del donante para asegurar la mayor compatibilidad posible (10).


FACTORES DE RIESGO Y ESTRATEGIAS DE REDUCCIÓN DE INTENSIDAD


Como se ha dicho antes, los principales factores de riesgo para desarrollar EICR incluyen la incompatibilidad HLA, la edad avanzada del donante y del receptor, y además el género del donante, la intensidad del régimen de acondicionamiento y las características de la infusión de linfocitos del donante (11).

Dos estrategias para disminuir el riesgo de EICR son:
  • Reducir la intensidad del régimen de acondicionamiento
  • Aplicar regímenes de inmunosupresión postrasplante.

Estas medidas pueden incluir regímenes de acondicionamiento de intensidad reducida y la depleción de células T (11).

Estas estrategias de prevención, combinadas con una evaluación cuidadosa de los factores de riesgo, son esenciales para mejorar los resultados en pacientes sometidos a trasplante de células hematopoyéticas y para minimizar las complicaciones asociadas con la EICR. (12).


CONCLUSIONES Y FUTURAS DIRECCIONES


A lo largo de este texto, hemos explorado la EICR, una complicación postrasplante que presenta desafíos tanto diagnósticos como terapéuticos. Es muy importante destacar la relevancia de comprender a fondo esta afección, ya que tiene un gran impacto en la calidad de vida de los pacientes.

Además, es necesario conocer en profundidad esta enfermedad para optimizar al máximo los resultados de los trasplantes de médula ósea y células hematopoyéticas. 




BIBLIOGRAFÍA

1.- Enfermedad de injerto contra huésped (EICH) [Internet]. Disponible en: https://together.stjude.org/es-us/diagnóstico-tratamiento/efectos-secundarios/enfermedad- de-injerto-contra-huésped.html

2.- Definición de enfermedad de injerto contra huésped - Diccionario de cáncer del NCI - NCI [Internet]. 2011. Disponible en: 
https://www.cancer.gov/espanol/publicaciones/diccionarios/diccionario-cancer/def/enfermedad-de-injerto-contra-huesped

3.- Enfermedad de Injerto contra Huésped Aguda | BMT Infonet [Internet]. Disponible en: https://bmtinfonet.org/es/transplant-article/enfermedad-de-injerto-contra-hu%C3%A9sped- aguda

4.- Enfermedad de Injerto contra Huésped Crónica | BMT Infonet [Internet]. Disponible en: https://bmtinfonet.org/es/transplant-article/enfermedad-de-injerto-contra-hu%C3%A9sped- cr%C3%B3nica

5.- Ballester-Sánchez R, Navarro-Mira M, Sanz-Caballer J, Botella-Estrada R. Aproximación a la enfermedad injerto contra huésped cutánea. Actas Dermo-Sifiliográficas. 1 de abril de 2016;107(3):183-93.

6.- Enfermedad injerto contra huésped: MedlinePlus enciclopedia médica [Internet]. Disponible en: https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001309.htm

7.- La FDA aprueba el belumosudil para la enfermedad de injerto contra huésped crónica - NCI [Internet]. 2021. Disponible en: https://www.cancer.gov/espanol/noticias/temas-y-relatos- blog/2021/fda-belumosudil-rezurock-injerto-contra-huesped-cronica

8.- Munguía SG, León MP, González MP, Pestano MMD, Gómez RM, Henríquez HDL. Etanercept en la enfermedad de injerto contra huésped aguda refractaria a corticoïdes. Farm Hosp. 1 de mayo de 2015;39(3):147-51.

9.- Células Mesenquimales Troncales en el tratamiento de la enfermedad injerto contra huésped y experiencia en Andalucía.

10.- Enfermedad de injerto contra huésped - Wikipedia, la enciclopedia libre [Internet]. Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Enfermedad_de_injerto_contra_hu%C3%A9sped

11.- Artículo sobre la EICR de la leukemya and lymphoma society [Internet]. Disponible en: https://www.lls.org/sites/default/files/National/USA/Pdf/Publications/FS32S_SPAN_GVHD_6.1 9_Update.pdf

12.- Tal vez sea posible evitar la enfermedad de injerto contra huésped crónica - NCI [Internet]. 2022. Disponible en: 
https://www.cancer.gov/espanol/noticias/temas-y-relatos-blog/2022/eliminar-celulas-t-virgenes-eich-cronica.