Autora : Elisa Muñoz Pulido
4º Curso de Medicina grupo "D" (curso 2024/25)
Código de trabajo : 2422-EMP
INTRODUCCIÓN
La inmunoglobulina A (IgA) es la encargada de la defensa y tolerancia inmune de las mucosas. Su inmunodeficiencia es la más frecuente en los seres humanos. Sin embargo, esta suele ser asintomática y transitoria. La deficiencia de IgA puede ser primaria, de origen desconocido, o secundaria a infecciones o a consumo de ciertos fármacos.
Figura 1. Diagrama esquemático de la estructura de la SIgA, mostrando dos moléculas de IgA unidas covalentemente a través de la cadena J y el componente secretor, que permite al anticuerpo atravesar las células epiteliales de la mucosa al lumen.
Tomada de : British Society of Immunology. Pagina web : https://www.immunology.org/es/public-information/inmunología-bitesized/receptors-molecules/inmunoglobulina-iga
Para el diagnóstico de la deficiencia de IgA, se mide la concentración de IgA en sangre y se cuantifica la magnitud de su disminución. Según esto, la inmunodeficiencia de IgA se puede clasificar en deficiencia parcial o deficiencia total. Además, si solo se encuentran afectados los niveles de IgA sin alteración de los niveles de otras inmunoglobulinas recibe el nombre de inmunodeficiencia selectiva de IgA. Esta entidad se considera un error innato de la inmunidad, aunque tiene una etiología desconocida.
La deficiencia selectiva de IgA se define como la presencia de niveles séricos de IgA por debajo de 7 mg/dL y niveles normales de IgG e IgM en individuos mayores de cuatro años y en quienes se han descartado alteraciones relacionadas con los linfocitos T y otras causas de hipogammaglobulinemia. Los individuos afectados por esta patología se caracterizan por tener infecciones del tracto respiratorio superior y gastrointestinal (1,2).
No se tiene conocimiento acerca de su patrón de herencia. Sin embargo, se ha observado que tener un familiar con deficiencia de IgA aumenta el riesgo 50 veces de padecer esta condición. En algunos casos, se han identificado mutaciones en el gen TACI (activador transmembrana y modulador de calcio y ligando de ciclofilina interactor). Esta deficiencia suele presentarse también en individuos con determinados haplotipos HLA, donde se observan alelos poco frecuentes o depleciones de genes en el complejo mayor de histocompatibilidad de clase III (3).
PREVALENCIA E INCIDENCIA
En cuanto a su prevalencia, esta varía entre 1 caso cada 100 habitantes hasta 1 caso por 1.000 habitantes (3).
Su incidencia varía dependiendo del grupo étnico. Así, se ha reportado una incidencia de 1 cada 143 habitantes en la península arábiga, 1 cada 163 habitantes en España, entre 1 cada 2.600 y 1 cada 5.300 en China y entre 1 cada 14.840 y 1 cada 18.500 en Japón. De forma general, la deficiencia selectiva de IgA es más frecuente en la población caucásica (4).
ETIOLOGÍA
Como se ha dicho anteriormente, no se conoce con exactitud la etiología de la deficiencia selectiva de IgA. Debido a que esta entidad tiene una naturaleza muy heterogénea, se piensa que varios elementos pueden contribuir al desarrollo de esta patología.
Se ha observado que en la deficiencia selectiva de IgA ocurre un fallo en el cambio de linfocitos B portadores de IgA en células plasmáticas secretoras de IgA. Asimismo, se ha encontrado en la sangre periférica de las personas que padecen esta entidad un número reducido de células B portadoras de IgA que tienen un fenotipo inmaduro, es decir, positivas también para IgG e IgM. Se piensa que esto es debido a un defecto en las células madre ya que la deficiencia de IgA se puede transmitir mediante injerto de médula ósea.
Se ha sugerido, además, que un defecto en las vías de señalización interna de las células B de diferentes citocinas en los centros germinales de los órganos linfoides secundarios y moléculas coestimulantes seleccionadas en la reparación de ADN puede estar involucrado en el desarrollo de la deficiencia selectiva de IgA.
Un aumento de la apoptosis durante la respuesta inmune también puede contribuir a una producción insuficiente de IgA, debido a la disminución en la supervivencia, proliferación y diferenciación de los linfocitos B.
Por último, en estos pacientes se ha observado una deficiencia de ciertas citocinas como, por ejemplo, IL-4, IL-6, IL-7, IL-10 e IL-21 (5).
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
La gran mayoría de los pacientes, entre el 85% y 90%, son asintomáticos. El 10% restante de personas que padecen deficiencia selectiva de IgA tendrán diferentes afectaciones relacionadas con el tracto respiratorio y gastrointestinal.
El hallazgo más frecuente en la deficiencia selectiva de IgA son las infecciones recurrentes del tracto respiratorio. Estas infecciones están mayoritariamente provocadas por bacterias como Haemophilus influenzae y Streptococcus pneumoniae. Se ha observado también se pueden desarrollar complicaciones como bronquiectasias secundarias a infecciones recurrentes o crónicas.
La barrera protectora gastrointestinal se ve también afectada en esta patología, por lo que es frecuente desarrollar infecciones gastrointestinales por protozoos como Giardia lamblia. De la misma forma, es frecuente desarrollar otros del tracto digestivo, como celiaquía.
Como se ha comentado, las infecciones respiratorias son más comunes que las gastrointestinales en esta patología. Este hecho se debe a que en el tracto gastrointestinal se secreta más IgM que en las vías respiratorias, supliendo así la deficiencia de IgA.
Por otro lado, es frecuente el desarrollo de alergias alimentarias y respiratorias como asma y rinitis. Por último, se ha observado que entre el 20% y el 30% de estos pacientes desarrollan enfermedades autoinmunes como púrpura trombocitopénica idiopática seguida de anemia hemolítica, artritis reumatoide juvenil, tiroiditis o lupus eritematoso sistémico (4).
DIAGNÓSTICO
En el caso sospecha de un paciente con deficiencia selectiva de IgA, se debe hacer inicialmente una analítica básica donde se incluya una medición de la concentración sérica de IgA, IgM e IgG, así como de sus subclases. Se valoraría también la respuesta inmune humoral mediante la cuantificación de anticuerpos específicos frente a antígenos vacunales como difteria, tétanos y neumococo, tanto antes como después de la vacunación.
Si se sospecha que los pacientes presentan además una enfermedad asociada, como celiaquía, se debe incluir en el cribado anticuerpos IgG contra gliadina y transglutaminasa tisular (4).
El diagnóstico se confirma cuando la concentración de IgA sérica es <7 mg/dL y las concentraciones de IgG e IgM son normales. En cuanto a la valoración de la respuesta humoral, se cuantifican los niveles de IgG antes y después de la vacunación, donde se debería observar un aumento normal de los anticuerpos IgG después de esta.
No se realiza el cribado rutinario a miembros de la familia del paciente ya que la mayoría de los individuos con concentración de IgA baja no presentan manifestaciones clínicas significativas. Si se debe realizar el cribado a pacientes que han presentado reacciones transfusionales si algún miembro de su familia presenta déficit de IgA (3).
Por otro lado, si se debería valorar realizar un cribado de deficiencia de IgA en:
- Niños que presentan otitis media recurrente, sinusitis y neumonía. En este caso, la evaluación de las inmunoglobulinas séricas se debe realizar después de los seis meses de edad debido a que las inmunoglobulinas maternas se conservan hasta esa edad. Debido a esto, los defectos de las inmunoglobulinas no se suelen diagnosticar hasta ese momento, ya que hasta que los anticuerpos maternos enmascaran la patología.
- Pacientes con sinusitis crónica y enfermedades del tracto respiratorio recurrentes.
- Pacientes que presentan celiaquía, patología autoinmune inexplicable o recurrente o infecciones en el tracto gastrointestinal por Giardia lambia.
- Pacientes que han presentado reacciones anafilácticas a productos sanguíneos.
Cuando se diagnostica esta patología, se debe tener en cuenta los fármacos que anteriormente ha tomado el paciente, ya que ciertos medicamentos, como el ácido valproico o la fenitoína, pueden causar déficit de IgA que se puede revertir si se deja de administrar el fármaco responsable (4).
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
El diagnóstico de la deficiencia selectiva de IgA se realiza por exclusión. A la hora de realizar este diagnóstico, se deben descartar patologías como:
- Inmunodeficiencia común variable: En esta patología, tanto la IgA como la IgG se encuentran disminuidas. Además, se puede observar una disminución de los niveles de IgM en la mitad de los pacientes. En las primeras etapas de esta patología se puede observar deficiencia de IgA. Asimismo, la concentración de linfocitos B de memoria se encuentra disminuida, además de observarse una respuesta deficiente a las vacunas. Esta entidad puede compartir mutaciones genéticas con la deficiencia de IgA.
- Inmunodeficiencias primarias de un solo gen, como el síndrome de hiper- IgM ligado al cromosoma X: Estas entidades, además de niveles bajos de IgA, hay niveles bajos de algunas subclases de IgG.
- Timoma: Se puede desarrollar el síndrome de Good, donde se observa deficiencia de linfocitos B, disminución de linfocitos T CD4+ e hipogammaglobulinemia. Estos pacientes presentan infecciones frecuentes. La resolución del timoma no resuelve la inmunodeficiencia.
- Leucemia linfática crónica: en las etapas más avanzadas de esta enfermedad puede haber un déficit de IgA, además del resto de inmunoglobulinas.
- Mieloma múltiple: Se produce una desregulación de las células B y las células T llevando a una disminución de los niveles de inmunoglobulinas.
Además de estas patologías, se debe tener en cuenta que ciertos fármacos pueden disminuir los niveles de IgA (6).
MANEJO CLÍNICO
Los pacientes que padecen deficiencia de IgA que se encuentran asintomáticos no hace falta que reciban ningún tipo de tratamiento. Se realizará una vigilancia periódica mediante revisión por el servicio de inmunología cada cuatro o seis meses.
Por otro lado, los pacientes que presentes síntomas deben ser seguidos por un equipo multidisciplinario donde se incluya alergología, reumatología, digestivo e infectología para detectar nuevas complicaciones o evolución a deficiencia común variable (1).
En cuanto a las manifestaciones alérgicas, se tratan dependiendo de los síntomas de estas. La administración de antibióticos se realizará en caso de infecciones bacterianas respiratorias, digestivas o del tracto urogenital o en el caso de otitis y sinusitis. En situaciones más severas, se pueden administrar antibióticos de manera profiláctica (3).
En relación con la vacunación, debido a que todos los pacientes responden de forma adecuada a todas las vacunas, se recomienda la inmunización contra el Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenziae tipo B. En lo que se refiere a las vacunas vivas, no se debe administrar la vacuna oral contra la poliomielitis debido al riesgo de excreción prolongada del virus. Se desaconseja la administración de la BCG y de la fiebre amarilla. En el estudio de Franco-Gallego y colaboradores se afirma que el resto de vacunas vivas son seguras aunque se deben administrar con precaución (1). En estudios como el de Rojas-Torres y colaboradores (4), sin embargo, se desaconseja administrar cualquier vacuna de virus vivo por mucosas o vía oral.
La terapia de reposición de inmunoglobulinas tiene poca utilidad en estos casos ya que mayoritariamente están conformadas por IgG y presentan muy poca cantidad de IgA, por lo que los pacientes con déficit de IgA no se benefician con esta. No obstante, existe un riesgo de sensibilización frente a la IgA y de reacciones anafilácticas en individuos que anteriormente desarrollaron anticuerpos anti-IgA. En casos donde no se ha generado una respuesta a la vacunación o los antibióticos profilácticos no son capaces de prevenir infecciones, se puede considerar utilizar preparados de inmunoglobulinas con niveles extremadamente bajos de IgA, debido a que han demostrado algo de eficacia (3).
PRONÓSTICO
El pronóstico de la deficiencia selectiva de IgA se encuentra determinado sobre todo de sus manifestaciones clínicas y de la presencia de enfermedades autoinmunes asociadas, en cuyo caso el pronóstico sería menos favorable. Aunque esta patología suele persistir a lo largo de la vida, no provoca una disminución en la calidad de vida de estos pacientes ni propicia la aparición de infecciones graves. De hecho, la mayoría de los pacientes se encuentran asintomáticos. En ciertos casos, se ha observado una recuperación espontánea.
Por otra parte, esta entidad puede progresar a una inmunodeficiencia común variable. Esta progresión sucede de forma gradual, por lo que se debe realizar una revisión a los pacientes cada cuatro o seis meses tras el diagnóstico (5).
RIESGO DE REACCIÓN A HEMODERIVADOS
Los pacientes que padecen deficiencia selectiva de IgA presentan un mayor riesgo de desarrollar reacciones adversas a transfusiones sanguíneas o hemoderivados. Este hecho es debido a que, como estos pacientes carecen de IgA, su sistema inmunitario reconoce esta inmunoglobulina como un organismo extraño, realizando anticuerpos contra ella, al recibir transfusiones sanguíneas u otros hemoderivados que contengan esta sustancia.
Los síntomas de estas reacciones adversas incluyen sudoración excesiva, fiebre alta y escalofríos. Además, los pacientes con déficit de IgA que han sido expuestos a IgA pueden presentar reacciones anafilácticas debido al desarrollo previo de anticuerpos anti-IgA (7).
Los pacientes con déficit de IgA que requieran componentes sanguíneos celulares, que contienen pequeñas cantidades de plasma y por tanto de IgA, deben ser transfundidos con productos sometidos a lavado con solución salina fisiológica (componentes "lavados"), procedimiento que elimina el plasma residual. Si se requieren componentes plasmáticos, deben utilizarse concentrados selectivos de factores de la coagulación con 0% de IgA, plasma procedente de donante con déficit completo de IgA o productos de origen recombinante, no debiendo utilizarse plasma de donante convencional sin modificar (8).
CONCLUSIÓN
La deficiencia selectiva de IgA es la inmunodeficiencia más frecuente en los seres humanos. En esta entidad, la IgA, inmunoglobulina encargada de la protección de las mucosas, se encuentra disminuida, mientras que el resto de inmunoglobulinas presentan valores normales. Tiene una prevalencia e incidencia variable, siendo más frecuente en la población caucásica.
En lo referente a su herencia y etiología, no se sabe con exactitud la naturaleza de ninguna de las dos. No obstante, se ha observado diferentes fallos en el funcionamiento de los linfocitos B y una disminución de ciertas citocinas que pueden contribuir a desarrollar esta condición. Además, se piensa que mutaciones en ciertos genes, como el gen TACI, pueden provocar deficiencia de IgA.
Como manifestaciones clínicas, las más frecuentes son las infecciones del tracto respiratorio, seguidas del tracto gastrointestinal. Asimismo, se pueden desarrollar distintos tipos de alergias y enfermedades autoinmunes. No obstante, la mayoría de estos pacientes no presentan síntomas. La calidad de vida de estos pacientes no se ve afectada, por lo que el pronóstico es bueno.
Para realizar el diagnóstico de la deficiencia selectiva de IgA, se debe hacer una analítica básica donde se incluye una medición de la concentración sérica de IgA, IgM e IgG, así como de sus subclases. El diagnóstico se confirma cuando la concentración de IgA sérica es <7 mg/dL y las concentraciones de IgG e IgM son normales. Es interesante distinguir esta condición de otras patologías donde el resto de inmunoglobulinas se encuentran también disminuidas. Se podría realizar, además, una valoración de la respuesta humoral mediante la cuantificación de anticuerpos específicos frente a antígenos vacunales, donde se observarían niveles normales de IgG antes y después de la vacunación.
La mayoría de pacientes con deficiencia selectiva de IgA, al no presentar síntomas, no necesitan tratamiento, basta con revisiones periódicas. El resto de los pacientes recibirán tratamiento sintomático dependiendo de las manifestaciones clínicas que presenten. La terapia de reposición de inmunoglobulinas está contraindicada.
Por último, se debe tener especial precaución a la hora de administrar hemoderivados a estos pacientes, ya que pueden desarrollar reacciones adversas.
BIBLIOGRAFÍA
1.- Franco-Gallego A, Pelaez-Sánchez RG, Trujillo CM, Rojas JL, Correa N, Franco JL. Deficiencia selectiva de inmunoglobulina A: manifestaciones clínicas, hallazgos de laboratorio y diagnóstico preciso. CES Medicina. 2020 Feb 11;34(1):64–73.
2.- Ribalta García, Gricel, Ángel M, Ojeda Odelin, Aymee, Ribalta García, Gricel, Ángel M, Ojeda Odelin, Aymee. IgA deficiente. Medicentro Electrónica [Internet]. 2023 [cited 2025 Jun 13];27(3):-. Available from:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?pid=S1029- 30432023000300017&script=sci_arttext&tlng=pt.
3.- Fernandez J. Deficiencia selectiva de IgA [Internet]. Manual MSD versión para profesionales. Manuales MSD; 2024 [cited 2025 Jun 13].
Available from: https://www.msdmanuals.com/es/professional/inmunolog%C3%ADa-y-trastornos- al%C3%A9rgicos/inmunodeficiencias/deficiencia-selectiva-de-iga.
4.- Rojas-Torres DS, Bastidas-Yaguana DK, Sierra-Santos L, Aguilar-Shea AL. Importancia del déficit selectivo de inmunoglobulina A. SEMERGEN - Medicina de Familia. 2014 Apr;40(3):e65–8.
5.- Yazdani R, Azizi G, Abolhassani H, Aghamohammadi A. Selective IgA Deficiency: Epidemiology, Pathogenesis, Clinical Phenotype, Diagnosis, Prognosis and Management. Scand J Immunol. 2017 Jan;85(1):3-12. doi: 10.1111/sji.12499. PMID: 27763681.
6.- Killeen RB, Joseph NI. Deficiencia selectiva de IgA. [Actualizado el 26 de junio de 2023]. En: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; enero de 2025. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK538205/.
7.- Mayo Clinic. Deficiencia selectiva de IgA: síntomas y causas [Internet]. Rochester (MN): Mayo Foundation for Medical Education and Research; [cited 2025 Jun 15]. Available from: https://www.mayoclinic.org/es/diseases-conditions/selective-iga-deficiency/symptoms-causes/syc-20362236.
8.- Apuntes asignatura de Hematología y Oncología y material adicional de prácticas. Hernández de León, NC; Rubio Batllés, M. UCLM 2025.
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